Uno de los problemas que mas
preocupa a los países industrializados como el nuestro, es la elevada tasa del
paro, que se acerca en estos momentos en España a la fatídica cifra de más de 3.857.776 de personas desempleados en el mes de mayo de 2020.. No vislumbramos que el paro pueda ser reducido de forma
rápida, incluso con la esperada recuperación económica de los países de nuestro
entorno --que incidiría posiblemente en el nuestro,-- solamente se espera una
estabilización del número de parados, pero, en ningún caso, se tienen
expectativas de una reducción notable.
Como resolver el problema
del paro es algo que preocupa a todos los agentes sociales. La solución de este
exacerbado aumento del paro en apenas dos años, exige un diagnostico acertado
de las causas del mismo. En la teoría y en la práctica, las causas del paro son
muy discutidas. Existe, sin embargo, una coincidencia a la hora de analizar las
causas del paro. Uno de ellos es que si el salario fuera cero no podría
emplearse a nadie, porque nadie tendría dinero para gastar, y que si el salario
fuera excesivamente alto, tampoco podría emplearse a nadie, porque ningún
empresario podría pagar tales costes salariales.
A la hora de analizar las
elevadas cuotas de paro deberemos considerar tanto los motivos globales como
estructurales. La argumentación primera es la más simple porque achacamos el
problema a la globalización, mientras que las segundas se deben—sobre todo—a la
existencia en nuestro país de estructuras desgastadas y desmotivadas y que no
han sabido adaptarse a la nueva situación económica como causa fundamental del
paro.
Una expresión gráfica del
paro es que existe un desequilibrio entre la oferta y demanda. Oferta y demanda
en un mercado de competencia perfecta se regulan y buscan su punto de
equilibrio mediante el mecanismo de los precios. Si la oferta es superior a la
demanda se reducen los precios para ser competitivos, con lo cual podremos
aumentar o estimular la demanda, y en la medida en que sea necesario para
alcanzar este equilibrio.
El paro es la consecuencia
de que la oferta y la demanda de trabajo no están debidamente compensadas. La
incapacidad del mercado por mantener el mecanismo de precios ya no funciona y
el exceso de oferta se mantiene o incluso se aumenta para dar salida a los
stocks acumulados.
Este fallo en el mecanismo
de los precios se debe a la falta de flexibilidad en los niveles salariales.
Como se esta comprobando durante los últimos meses, en el combate a tres
bandas,-- gobierno, sindicatos y patronal—se ha demostrado que el
poder de los sindicatos elimina la función reguladora de los salarios como
precio para el trabajo lo que conduce a una fijación monopolística cuya
consecuencia—y así lo hemos visto—han sido despido y paro, derivada de la
reciente reforma del mercado laboral y propiciada por el Gobierno.
Los despidos de mano de obra
cualificada conducen a que, por un lado, no se utilice correctamente la oferta
de trabajo (desequilibrio en el mercado de trabajo), pero que, por otro lado,
se deje de utilizar capacidad de producción real y efectiva en las empresas
(desequilibrio en el mercado de bienes).
Como decíamos antes si la
oferta es superior a la demanda se reducen los precios hasta que se incremente
la demanda. Por consiguiente el
desequilibrio en el mercado de bienes es debido a una defectuosa política de
precios. Debido a los costes de producción establecidos, y el nivel de precios
exigidos circunstancialmente por el mercado, es demasiado bajo para
que justifique o se puedan utilizar las capacidades de producción disponibles
y/u obtenibles.
Por consiguiente una de las
causas del paro es el nivel de los precios. La fijación de precios monopolistas
por parte de la empresa obstaculiza el que los precios puedan ceder de forma
rápida cuando se produce una disminución de la ocupación. Por ello hemos visto
que las empresas, en estos momentos y para no perder cuota de mercado, fijan
los precios y se adaptan a la reacción cuantitativa de los consumidores.
Deberemos considerar como
valido el argumento generalizado sobre las causas del paro que apunta a que los
precios de los bienes son muy poco flexibles. La cuestión sobre la causa por la
que los precios de nuestros productos nacionales no reaccionen de forma
suficientemente rápida a la profunda recesión en la que nos encontramos
inmersos, no es muy convincente y no es un argumento o una respuesta
satisfactoria.
El comportamiento de muchas
empresas, antes unas expectativas pesimistas de la demanda, tiende a
estabilizar el beneficio, siendo todo ello debido a la elevación de los costes
y tratan—craso error—transferir con elevaciones de costes a los compradores.
Para terminar seria
interesante contemplar una historia y que nos lleva siempre al problema de la
economía en el tema del paro. Peanuts (o "Rabanitos" en
México) es una tira de prensa desarrollada por Charles M. Schulz desde 1950
hasta su muerte en el año 2000. En español la tira era a veces
titulada como Carlitos, Charlie Brown o como Snoopy.
Carlitos decía a Lucy. “Dile
a tu madre que estoy dispuesto a quitar la nieve de tu puerta.” Al
marcharse, Carlitos le dice: “Pero quiero 85 $ a cambio.” Lucy vuelve
y le dice: “Mi madre opina que tu puedes limpiar la acera de nieve, pero solo
te dará 50 centavos.” A lo cual Carlitos contesta: “Hecho”.
Y entonces Carlitos limpia
de nieve la acera. Por dentro él piensa: “Nunca he sido un buen negociador
en las negociaciones salariales”
Si Carlitos hubiera
insistido en sus exigencias de precio se hubiera quedado en el paro.
La conclusión respecto a
esta historia es que nos permite apreciar claramente su posición
neoconservadora frente al problema del paro: ni una palabra sobre la imposición
salarial y sobre el monopolio de los empresarios, que es lo que tenia la madre
de Lucy”
Pedro Rubio Domínguez
Director General
Instituto Europeo de Gestión
Empresarial
IEGE-MADRID-ESPAÑA
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