Hace siglos que los hombres tratan de dar con la verdadera definición de fraude. En los Viajes de Gulliver, Jonatan Swift escribió: "El cuidado y la vigilancia, junto con un entendimiento muy corriente, pueden bastar para librar de los ladrones los bienes de un hombre, pero la honestidad carece de barreras contra una astucia superior."
El aumento exponencial del número de delitos registrados en la dos ultimas décadas en España ha sido una de las características más preocupantes de nuestra sociedad desde el incio de la transición política. A lo largo de los últimos veinticinco años, la cifra anual de delitos económicos se ha incrementado exponencialmente. Hasta tal punto que la Hacienda Pública tuvo que multiplicar por mil el número de inspectores fiscales que pudieran controlar esta inusitada situación, hasta entonces no puesta en evidencia de forma tan clara y alarmante. Delitos económicos siempre los hubo, pero no de tal magnitud.
Dentro de estos datos, los delitos denunciados de fraude ( "inducir mediante engaño a una persona o entidad a actuar en perjuicio propio") crecieron, sobre todo en el ámbito empresarial. No obstante, muchos de estos delitos que se suelen incluir dentro del término coloquial de "fraude" son recogidos, a efectos casuisticos y/o estadisticos, como el de "robo por empleados" La cantidad de delitos sin denunciar es muy dificil de conocer y son imposible de calcular, lo que aumentaría el número de casos denunciados a la policia, lo que incrementaria considerablente las cifras conocidas.
Ello resulta particularmente cierto en lo que se refiere al fraude, pues este se distingue de la mayoría de las restantes modalidades de delito en que, por su misma naturaleza, la victima rara vez, por no decir nunca, advierte que se la privado de su dinero o propiedades hasta mnucho después de cometido aquel. Con frecuencia y por diversas razones, se da cuenta de ello, siente pocos deseos de informar a la policia. De hecho, se ha llegado a decir que, en el campo de los delitos informaticos, casi el 80% de los descubiertos no se denuncian; el número de los que quedan sin descubrir es materia de meras conjeturas.
La mayoría de las empresas procuran contratar a empleados honrados, honestos y leales e intentan que lo sigan siendo evitándoles tentaciones frecuentes de estafar. Pero las tentaciones no se pueden eliminar del todo, y nadie está libre de pecado. Las flaquezas humanas hacen que haya una pequeña proporción de personas que pierden la cabeza en alguna ocasión y se apartan del buen camino. Los investigadores se encuentran normalmente con que se enfrentan con personas en el fondo honradas que de pronto se han dejado arrastrar por la tentación. Rara vez van a dar con genios del desfalco, capaces de urdir y ejecutar fríamente intricados planes.
En mi experiencia como analista financiero, he detectado que algunas
veces de forma intencionada los responsables financieros aportan datos que
distorsionan o maquillan la información sobre la situación real de la empresa,
como:
§ Una amortización excesiva en los valores de Activo.
§ Valoración deficiente de los stocks y demás valores especulativos.
§ No hacer figurar en el Activo partidas que lo componen realmente.
§ Estimación exagerada de los valores del Pasivo.
§ Creación de deudas imaginarias y supuestas, con el pago de intereses
ficticios.
§ Producir amortizaciones de deudas con cargo a beneficios.
§ Hacer figurar gastos supuestos y quebrantos imaginarios o exagerados.
§ Abonar las cuentas especulativas por importes inferiores a los
resultados percibidos en las ventas.
§ Dejar de abonar ventas, no anotando cobros realizados.
§ Cargar compras o prestación de servicios externos por cantidades
superiores a las realizadas simulando compras ficticias o aumentando los importes
reales.
§ Suponer retornos, devoluciones o falta de cobros irreales.
§ Introducir en el flujo de tesorería dinero perteneciente de otras
fuentes para que aparezcan como ventas reales,
§ Etc.
Como integrante del departamento de análisis y activación de empresas del IEGE, he tenido la oportunidad de examinar directamente los métodos empleados en la llevanza de contabilidades y con los estudios de casos concretos en mas de 300 empresas se demuestra que son a menudo el descuido, la ineficacia y la mala gestión por parte de los empresarios o responsables de las mismas los que también propician -- estas acciones con el fin de eludir o incumplir los preceptos fiscales.
PRD
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