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martes, 5 de julio de 2016

EL FUTURO MERCADO DE OFICINAS



El estereotipo de una oficina corporativa ha venido obedeciendo a un espacio compartimentado, que drena la creatividad e impide la colaboración. Afortunadamente, este tipo de oficinas corporativas tradicionales, con una decoración aburrida y que separaban claramente las distintas categorías de empleados, son, en muchos sentidos, cosa del pasado. 


Las empresas se dieron cuenta de que el ambiente de la oficina influye directamente en la satisfacción, la creatividad y la productividad del empleado. Se procedió a derribar tabiques, aplastar jerarquías y a que la consecución del despacho de la esquina no se vea como un premio. 

Esta tendencia se puso en marcha a finales de los años 90, cuando muchas de las empresas tecnológicas no sólo fueron innovadoras en el desarrollo de nuevos productos, sino también en el diseño de sus espacios de trabajo.

Las compañías tecnológicas desarrollaron espacios de trabajo sorprendentes, más como sala de juegos en los que sus empleados pudieran soñar con trabajar en ellos. Como resultado, atrajeron a los mejores y más brillantes empleados, y la mayor parte de ellos dieron lo mejor de sí mismos de manera creativa. 

En un principio, este movimiento tuvo lugar en empresas creativas más pequeñas, pero se está convirtiendo en algo común en los grandes entornos corporativos. De hecho, distintas empresas del selectivo español IBEX 35, han adoptado el modelo, convencidos de que lo que funciona es un espacio que fomenta la transparencia, ofrece múltiples opciones en cuanto a cómo, cuándo, y dónde trabajar, y en un entorno que imita la vida de fuera de la oficina. 

Entre las características que definen este tipo de oficinas modernas cabe destacar: zonas abiertas, escritorios compartidos, espacios comunes y edificios flexibles y sostenibles. Como animales sociales, los seres humanos queremos ser capaces de interactuar entre sí. 

Los estudios han demostrado que una zona abierta mejora el estado de ánimo de los empleados. Así las oficinas modernas son a menudo diseñadas para fomentar la colaboración, ya que los empresarios entienden que el que los empleados interac-túen mientras trabajan es más beneficioso que perjudicial para la productividad a largo plazo.

El escritorio compartido, además de significar que el empleado no está encadenado a su mesa de trabajo, se traduce en una reducción de costes y en un mayor aprovechamiento de las oportunidades que brindan las redes. Los espacios abiertos se han vuelto más valiosos también porque los avances tecnológicos permiten a los trabajadores que puedan trabajar desde casi cualquier lugar. 

El diseño de las zonas informales para reuniones ad-hoc, y la colaboración en proyectos más grandes crean una sensación de comunidad en el lugar de trabajo. Trabajar colectivamente sobre problemas difíciles puede mejorar enormemente la productividad. 

Los grandes edificios de oficinas corporativas están cada vez más equipados con cafés, restaurantes, bibliotecas, bares y gimnasios. Google es probablemente el mejor en esto, la teoría es que un empleado feliz en el trabajo es más probable que se quede en la oficina más tiempo. El nombre del juego es “la generación de ideas” por lo que a muchos empleadores no les importa si una gran idea proviene de un empleado de oficina en el gimnasio o de un trabajador que está en un escritorio. En tanto que las ideas sigan llegando, ambas partes se sentirán felices. 

Además, cada vez más empresas quieren diseñar su espacio de una manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente. La sostenibilidad es a menudo una cuestión clave para muchos empleados. 

La conclusión es que, si quieres un trabajo de alta calidad, es necesario que des a tus empleados un espacio de oficina de alta calidad.

Por gentileza de: REAL ESTATE PRESS

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