Ahora, como como consecuencia de las repercusiones del Brexit, Wall Street se prepara para lo que podría ser una prolongada caída en el sector, puesto que inquilinos e inversores, especialmente en Europa, han aumentado su cautela a la hora de alquilar o comprar propiedades.
Una desaceleración que podría reducir las comisiones que perciben estas empresas de servicios inmobiliarios y que, a largo plazo, las consecuencias del Brexit es probable que vuelva a dibujar el mapa de fusiones y adquisiciones en un negocio que ha vivido una ola de consolidación sin precedentes en los últimos años.
Las empresas con un bajo endeudamiento y líneas de crédito sin disponer en sus balances, como CBRE y JLL, podrían ser capaces de tomar ventaja de la situación, y poder cumplir con sus objetivos de adquisición, en un mundo post-Brexit.
Sin embargo, una disminución en los ingresos por comisiones podría complicar los planes de las empresas con un alto grado de apalancamiento, como Cushman & Wakefield Inc., que fue adquirida el año pasado por un grupo inversor liderado por la firma de capital privado TPG y se fusionó con DTZ.
Para Cushman, mantenerse al día con la competencia podría significar tener que asumir más deuda o conseguir una inyección de capital. Ninguna de las alternativas ha sido particularmente atractiva para el equipo directivo de Cushman, que ha preferido financiar la expansión a través del flujo de caja.
Es más, en esta situación de la industria, es probable que Cushman desista de realizar la oferta pública de acciones que se esperaba iba a realizar. Los analistas habían previsto que su salida a bolsa iba a tener lugar a finales de este año o principios del año próximo. Lo que parecía posible, cuando las acciones de otras compañías de la industria se negociaban a niveles record, hoy no lo es, puesto que algunas están cotizando un 30% por debajo de esos niveles.
Desde Cushman indican que su exposición a Europa es inferior a la de algunos de sus mayores competidores.
Estas empresas de servicios inmobiliarios ha estado tratando de protegerse contra un descenso de las transacciones mediante la creación y adquisición de otras empresas, como las gestión de las propiedades y otros servicios que consiguen ingresos recurrentes y son menos dependientes de los ciclos económicos.
Hasta hace poco, estas empresas han tenido el viento a favor, gracias en parte al enorme aumento del volumen de ventas de activos inmobiliarios comerciales en todo el mundo. En 2015, el valor de las propiedades comerciales que cambiaron de manos, en todo el mundo, alcanzó la cifra record de 1,3 billones de dólares, según Real Capital Anallytics.
Pero las operaciones comenzaron a disminuir el año pasado y el volumen de negocio comenzó a caer, como consecuencia de los problemas de la economía china y de otros motores de la economía mundial. El voto sorpresa a favor del Brexit añadió más leña al fuego.
En la actualidad, existe cierta falta de claridad en Europa en relación a la política, tipos de cambio, entorno regulador, importaciones y exportaciones, así como sobre el movimiento del personal con talento y capacidades. Ante esta situación, la gente espera a que vuelva la claridad.
A finales de junio, poco después del Brexit, CBRE emitió un comunicado de prensa señalando que los ingresos de la consultora obtenidos en el Reino Unido representaron, aproximadamente, el 10% de los ingresos globales de la firma antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización.
Mientras tanto, los ejecutivos de estas empresas se centraron más en el mercado de EE.UU., y el CEO de Newmark Grubb Knight Frank, manifestó que: "Cuanto más dinero llegue a Estados Unidos, mejor para nosotros".
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