La velocidad con que se plantean los cambios en el mundo actual y la complejidad de las situaciones que se le presentan a las organizaciones y empresas, requieren nuevos conocimientos y competencias, a su vez en constante actualización y transformación.
Vivimos inmersos en un paradigma de complejidad creciente, en el cual la flexibilidad y la inclusión de innovaciones y cambios son un imperativo.
Debido a las necesidades detectadas en diferentes y variados contextos, ya se reconoce a la capacitación como un ámbito particular, con códigos que le son propios. No se trata de un campo de aplicación de conocimientos provenientes de otras ciencias sino de un campo problemático, complejo, cuyo análisis debe realizarse desde la convergencia de conocimientos diversos.
Desde nuestra visión, la característica propia del campo de esta formación reside en su enfoque teórico-práctico, que se fundamenta en el análisis y en la acción.
En el campo, la producción de conocimientos, la reflexión sistemática sobre las prácticas, la innovación en el área, la realización concreta de planes y programas, la toma de conciencia social acerca del rol de formador, son algunas de las necesidades y problemáticas que serán abordadas en este proceso de formación.
Resulta indispensable, entonces, conocer y comprender factores tales como la profesionalidad del formador, los modos de capacitar, las características del adulto y los contextos en los cuales éste desempeña su acción.
Hoy las demandas de personal y la mayor exigencia de las organizaciones y empresas en cuanto a la formación de los recursos humanos, han creado la necesidad de una profesionalización cada vez mayor, a pesar de que en muchas organizaciones son sólo idóneos quienes capacitan, es decir transmiten conocimientos, lo cual en nada garantiza que el aprendizaje sea una realidad
En entornos de búsqueda de calidad, el proceso de capacitación, es fundamental para el crecimiento y desarrollo de cada persona y de la organización en su conjunto; en este sentido la formación de recursos humanos se presenta como la ventaja competitiva en los procesos de renovación y creación de organizaciones flexibles.
Actualmente, se ha empezado a percibir la necesidad de construir un saber específico para la formación de formadores, es decir, de un saber que le sea propio, tanto desde lo conceptual como desde lo metodológico.
Para comprender más ampliamente la capacitación se vuelve prioritario la referencia al concepto de interdisciplinariedad, que implica la posibilidad de integrar varias disciplinas a través de intercambios mutuos y recíprocos, rompiendo la estructura de cada una de ellas y contribuyendo a delimitar un campo propio, problemático, complejo, en el que convergen conocimientos diversos,. Sólo se pueden entender todas las cuestiones referidas anteriormente, a partir del reconocimiento de quienes hacen posible a la capacitación como proceso, para la cual se requiere “simplemente formación”
Prof. Susana Huberman
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