Diferenciarse, sobresalir, destacar. Esos son factores que surgen cada vez que pregunto por el significado de una Marca Personal. Es cierto que uno de los factores que influyen a la hora de dejar huella es distinguirse de otros como tú. Pero no es ni el único ni el más importante.
En primer lugar hay que aclarar que para generar un impacto memorable no es válida cualquier forma de destacar. Llamar la atención es sencillo. Quizás por eso muchos confunden la extravagancia con la originalidad. La provocación con el arte. El mal gusto con la rebeldía.
Incluso se da el caso paradójico de que muchos de aquellos que quieren ser “diferentes”, acaban uniéndose a tendencias, modas o tribus en las que todos presentan el mismo aspecto y piensan del mismo modo. De esa manera, pretendiendo ser originales, se convierten en “marcas blancas” de quienes crean tendencias. Y lo que en un principio parecía una buena idea, poco tiempo después queda patético porque no es más que un envase vacío que otros te han impuesto.
Pero la mejor y quizás la única forma de sobresalir y diferenciarse de forma consistente y duradera es siendo MEJOR que otros que ofrecen lo mismo que tú. Cuando todo el mundo te señala y te recomienda como la persona a la que hay que elegir, ya has conseguido la diferenciación máxima. Y si (todavía) no puedes alcanzar ese nivel, deberías hacer todo lo posible para estar entre los de más arriba.
Por eso, en un mundo en el que todo el mundo trata de llamar la atención (lo más rápidamente posible) con lo externo, lo superficial, con luces y sonidos reales o virtuales, aquellos que lo hagan con más cuidado, poco a poco, con paciencia, persistencia, constancia, consistencia y trabajo serán los que finalmente acabarán manteniéndose, diferenciándose y destacando cuando pase la tormenta.
Una de las recetas habituales especialmente en el entorno dospuntocero es la generación de contenidos. Es cierto, y yo lo repito siempre, que si no ofreces algo valioso, nadie va a fijarse en ti y todavía menos van a considerarte como alguien a elegir. Pero cuando esa creación de contenidos se convierte en un fin en lugar de en un medio, entonces todo se viene abajo. Cuando te sientes obligado a llenar todos tus Medios Sociales, todos los días y a todas horas para que te sigan teniendo en cuenta, entonces es que algo no encaja.
Alimentar los Medios Sociales requiere tiempo, medios, planificación y salvo que VIVAS DE La Red en lugar de UTILIZAR La Red, es poco eficaz o incluso suicida dedicar más recursos de los estrictamente necesarios. Por eso es importante sacarle todo el jugo a las muchas o pocas ocasiones en las que vas a hacerte visible.
Creo que una de las consecuencias de sentirte obligado a “subir cosas” constantemente es que acabas despersonalizando tus contenidos. Terminas repitiendo las mismas ideas propias o ajenas una y otra vez. ¿Te has dado cuenta de que cuando necesitas buscar algo en Internet siempre aparecen los mismos decálogos, recetas y tutoriales? ¿Crees que eso va a conseguir que alguien destaque?
Lo que llevo comprobando desde hace bastante tiempo es que lo que hace que una Marca Personal sea fuerte es precisamente que sea Personal. O lo que es lo mismo, lo que se valora es que hables de lo que conoces, de lo que has vivido, sufrido, experimentado en tus carnes y que lo hagas del modo más cercano posible. Para que me cuentes una lista de trucos impersonales y repetidos hasta la saciedad no te necesito. Quiero saber como te has sentido o qué problemas has tenido tú y no un “freelance” de Minnesota. Quiero conocer y conectar con la persona tras el decálogo.
Debes encontrar tu propio estilo de comunicación, la línea editorial que va a mantenerte centrado y que debería ser fácilmente reconocible. Eso es tan importante o más que los propios contenidos. Ya sabes aquello de que la gente olvidará lo que dijiste, también olvidará lo que hiciste, pero jamás olvidará cómo les hiciste sentir que dijo Maya Angelou.
Siempre que hablamos de Branding Personal decimos que tenemos que sacar lo que nos hace únicos. Eso implica abrirse, mostrar algo más que lo puramente racional. Requiere valor, coraje y precisamente por eso abunda poco. Pero si empiezas a hacerlo verás como no hará falta crear contenidos continuamente porque la conexión irá más allá de una lista de consejos. Y de la misma forma que no hace falta que estés todo el día hablando con un amigo de verdad porque el vínculo se mantiene, también verás que puedes dejar de ser visible constantemente en La Red.
Andrés Pérez Ortega
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