Casi todas las informaciones son gratuitas para quién sabe buscarlas. Algunas veces, sin embargo, tendrá que pagar a personas entendidas para que lo informen o asesoren, y entonces trate de que lo que obtenga valga lo que le cueste.
Numerosas son las pequeñas empresas que quiebran, la mayor parte de ellas en los primeros años de su existencia. Incluso aquellas que llevan años funcionando, una vez realizado el correspondiente análisis o diagnóstico de calidad, se encuentran en una teórica suspensión de pagos, o están sufriendo un proceso largo y duro de recuperación, después de la crisis pasada.
No se desanime, pero sepa que, en su calidad de empresario, usted deberá hacer frente a muchos problemas que pueden tener graves consecuencias para su negocio. En más de una ocasión deberá decidir sin disponer de toda la información que quisiera y sin comprender a fondo todos los aspectos de un problema. En muchos casos, la información o la ayuda que un empresario necesita existe en alguna parte, pero él, no sabe dónde, o sencillamente no está predispuesto a pedir ayuda.
En una pequeña empresa, prácticamente todas las decisiones deben ser tomadas por el propio empresario. Cuanto más importante es una decisión y menos tiene que ver con la rutina de todos los días, tanto más necesario es que se base en la información más fidedigna y amplia posible y en el estudio de varias soluciones, y tanto menos probable es que el empresario posea él mismo o pueda encontrar dentro de su empresa toda la información pertinente y considere todas las opciones que existen. Por consiguiente, vale la pena que usted tenga conciencia de las muchas fuentes a que puede recurrir en busca de información, ideas, asesoramiento y ayuda.
La gente que trata con usted-- su personal, sus clientes, sus proveedores, los profesionales y los otros empresarios-- constituye su principal fuente de información, ideas y ayudas. Preste, pues, la debida atención a sus opciones, sugerencias y observaciones. También puede obtener toda clase de información en los organismos oficiales, las asociaciones de industriales y comerciantes, otras entidades, las bibliotecas y los libros, diarios y revista. Y por encima de todas estas fuentes de información y gracias a las nuevas aplicaciones tecnológicas, tenemos a nuestra disposición a todas las horas del día a la red Internet, que a través de una simple pregunta a través del navegador de su ordenador, puede obtener la información que precisa en cada momento. La buena interpretación y uso de esta información le permitirán tomar decisiones ajustadas a la realidad.
Un pequeño empresario tiene poco personal, tiempo y dinero, pero necesita mucha información, ideas y consejos y ayuda. Búsquelos tanto en su empresa como fuera de ella. No tema pedir opiniones a su personal, clientes, proveedores, ejecutivos bancarios, abogados, economistas, consultores de empresa, agentes de seguro y otra gente, y sepa escuchar. No tiene que seguir necesariamente los consejos que le den, pero aun si no los aplica, estará mejor informado de los problemas de su negocio, los considerará desde nuevos puntos de vista, sabrá de otras posibilidades de solucionarlos y podrá evitar algunos problemas futuros enterándose a tiempo de las causas que pueden provocarlos.
Como consultor de empresa, he visto negocios que luchan por salir adelante y en que los empleados tenían la respuesta a los problemas y nadie les pidió opinión. Hay una cualidad menos frecuente, mucho más fina, más rara que las habilidades en un empresario: es la capacidad de reconocer el talento.
Numerosas son las pequeñas empresas que quiebran, la mayor parte de ellas en los primeros años de su existencia. Incluso aquellas que llevan años funcionando, una vez realizado el correspondiente análisis o diagnóstico de calidad, se encuentran en una teórica suspensión de pagos, o están sufriendo un proceso largo y duro de recuperación, después de la crisis pasada.
No se desanime, pero sepa que, en su calidad de empresario, usted deberá hacer frente a muchos problemas que pueden tener graves consecuencias para su negocio. En más de una ocasión deberá decidir sin disponer de toda la información que quisiera y sin comprender a fondo todos los aspectos de un problema. En muchos casos, la información o la ayuda que un empresario necesita existe en alguna parte, pero él, no sabe dónde, o sencillamente no está predispuesto a pedir ayuda.
En una pequeña empresa, prácticamente todas las decisiones deben ser tomadas por el propio empresario. Cuanto más importante es una decisión y menos tiene que ver con la rutina de todos los días, tanto más necesario es que se base en la información más fidedigna y amplia posible y en el estudio de varias soluciones, y tanto menos probable es que el empresario posea él mismo o pueda encontrar dentro de su empresa toda la información pertinente y considere todas las opciones que existen. Por consiguiente, vale la pena que usted tenga conciencia de las muchas fuentes a que puede recurrir en busca de información, ideas, asesoramiento y ayuda.
La gente que trata con usted-- su personal, sus clientes, sus proveedores, los profesionales y los otros empresarios-- constituye su principal fuente de información, ideas y ayudas. Preste, pues, la debida atención a sus opciones, sugerencias y observaciones. También puede obtener toda clase de información en los organismos oficiales, las asociaciones de industriales y comerciantes, otras entidades, las bibliotecas y los libros, diarios y revista. Y por encima de todas estas fuentes de información y gracias a las nuevas aplicaciones tecnológicas, tenemos a nuestra disposición a todas las horas del día a la red Internet, que a través de una simple pregunta a través del navegador de su ordenador, puede obtener la información que precisa en cada momento. La buena interpretación y uso de esta información le permitirán tomar decisiones ajustadas a la realidad.
Un pequeño empresario tiene poco personal, tiempo y dinero, pero necesita mucha información, ideas y consejos y ayuda. Búsquelos tanto en su empresa como fuera de ella. No tema pedir opiniones a su personal, clientes, proveedores, ejecutivos bancarios, abogados, economistas, consultores de empresa, agentes de seguro y otra gente, y sepa escuchar. No tiene que seguir necesariamente los consejos que le den, pero aun si no los aplica, estará mejor informado de los problemas de su negocio, los considerará desde nuevos puntos de vista, sabrá de otras posibilidades de solucionarlos y podrá evitar algunos problemas futuros enterándose a tiempo de las causas que pueden provocarlos.
Como consultor de empresa, he visto negocios que luchan por salir adelante y en que los empleados tenían la respuesta a los problemas y nadie les pidió opinión. Hay una cualidad menos frecuente, mucho más fina, más rara que las habilidades en un empresario: es la capacidad de reconocer el talento.
Pedro Rubio Domínguez
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Textos extraidos de su libro INTRODUCCIÓN A LA GESTIÓN EMPRESARIAL, publicado y distribuido a la comunidad empresarial española e hispanoamericana por el INSTITUTO EUROPEO DE GESTIÓN EMPRESARIAL-MADRID-ESPAÑA.(B78404290)
ISBN-84-689-7602-4. NÚMERO DE REGISTRO: 06/21440
(Textos actualizados en 2016)
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Con éste articulo continuamos con la serie "otras cosas que todo empresario debe saber"
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Próximo tema y último de esta serie:
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5. El Estado, la legislación y la estrucutura jurídica de las empresas.
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