Implantar la política de
reducción de costes en las empresas no ha sido un proceso sencillo, Ninguna
empresa puede jactarse de haberlo disfrutado.
Reducir costes no
siempre es la solución
Los analistas y consultores de
empresa se están volviendo escépticos frente a la reducción de costes como solución
total. Afirman que, a la larga, la verdadera “bottom line” es la “top line”.
La mejora de las ventas, a través de nuevos productos y la idea de la
innovación como motor de crecimiento son los auténticos pasaportes para el
crecimiento. Mientras que los costes relativos tienen que ser mantenidos bajo
control y la “grasa” reducida a un mínimo.
Reducir puestos de trabajo es una tarea dura y difícil. Para crear puestos de
trabajo se requiere, sin embargo, genialidad.
El abismo del cambio que afronta
el mundo de los negocios es del tamaño del Gran Cañón del Colorado (y algo más).
Son muchas(demasiadas) las empresas (y los individuos) que intentan salvar ese
abismo no en dos, sino en 22 saltos. (Aunque, cuando no se ha podido salvar de
un solo, realmente ya no importa la cantidad de saltos.) La mejora constante en
busca de la perfección es admirable…hasta cierto punto. Pero llega un momento,
a veces antes de lo imaginado—sobre todo en estos tiempos de “Six Sigma” (seguro que usted recuerda
el estándar de calidad realmente alto, popularizado por Motorola con este nombre, que solo acepta 3,4 defectos por cada millón
de partes) -- en que buscar la perfección por la perfección misma, puede constituir
un error catastrófico.
La devoción por la
calidad es cuestionable
“El incremetalismo es el peor enemigo de la innovación”. Recuerdo
cuando leí por primera vez esta frase de Nicholas
Negroponte. La subrayé. Minutos después, la volví a leer. Algunos días más
tarde la leí nuevamente, y me detuve en ella largo tiempo. Creo que su idea es
de profunda importancia. Nuestra devoción por la calidad, el a ver adoptado la
idea japonesa del “Kaizen” es decir,
que cada uno es responsable de hacer las cosas hoy un poco mejor que ayer,
constituye una de las flecas más largas y puntiagudas que hemos incorporado al
arsenal de la competitividad en los últimos 25 años.
Y, sin embargo, lo que Negroponte quiere decir es que, si uno
dedica cada hora que pasa despierto y abocado a hacer las cosas hoy mejor que ayer
(¡una idea buenísima!) entonces, necesariamente, no se dedica cada minuto a trabajar
en la reinvención de lo que se hace, recreándolo una y otra vez.
Innovación vs.
Calidad total
Entre los dos conceptos se genera
una tensión. El uno es lo opuesto de lo otro. Tengo miles (bueno, realidad son
30.000) citas o expresiones. Sería fantástico si las pudiera publicar todas. En
general, me resulta notablemente difícil elegir con precisión absoluta lo que
mejor ilustra mi mensaje. Pero, en este caso, lo he logrado. Se trata de las
dos citas siguientes: “La única ventaja competitiva permanente surge
de ganar en innovación a la competencia” y “En el nuevo régimen, la riqueza
proviene directamente de la innovación y no de la optimización, vale decir que
la riqueza no se genera perfeccionando lo conocido, sino captando
imperfectamente lo desconocido”.
Es de lo más extraño. Si uno se
dirige al sector “libros de negocios”
de cualquier librería medianamente importante, se encuentran docenas de libros
dedicados al TQM, o sea, a la Calidad Total. Docenas más tratan sobre
la formación de equipos de trabajo. Y existen otros tantos sobre reingeniería.
¿Qué pasa con la innovación? En lo que respecta a ese tema, los estantes están prácticamente
vacíos. ¿Por qué? Sinceramente, no lo sé.
La búsqueda en la ventaja
competitiva es igual a la innovación. De esto estoy convencido. Espero(desesperadamente)
poder convencerlo a usted estimado lector.
TOM PETERS
Calificado como el “profeta de la revolución del management”,
Tom Peters figura entre los autores y pensadores más destacado del mundo de la
gestión empresarial. Su libro En busca de la excelencia, que publicó
junto a Bob Whaterman en 1982, sigue siendo considerado por la crítica como “la mejor obra de economía y gestión de
todos los tiempos”. Otros libros como
A pasión for Excellence, Liberation
Management o Re-imagine business Excellence in a
disruptive age, figuran entre
las lecturas imprescindibles de cualquier directivo. Peters comparte su tiempo
entre la asesoría, la escritura y la formación, pues imparte cerca de 75
seminarios al año.
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