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lunes, 4 de marzo de 2019

34 AÑOS DE LA FIRMA: TRATADO DE ADHESIÓN DE ESPAÑA A LA UE


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El 12 de junio de 2019 se celebran 34 años de la firma del Tratado de Adhesión de España a la Comunidad Económica Europea, la actual UE. La entrada de España se hizo efectiva el 1 de enero de 1986. Ahora, en 2019, es momento de hacer balance de estos 34 años.

Gracias a la pertenencia a la Unión, España ha logrado consolidar la democracia, modernizar la economía, las infraestructuras, y los servicios públicos, participar de la moneda única, y disfrutar de los beneficios del mercado común.

Asimismo, España ha mantenido una participación constante y activa en el seno de la Unión Europea, impulsando las políticas sociales, la “Europa de los ciudadanos”, la política común de inmigración o las relaciones con el sur del Mediterráneo y con Iberoamérica.

La creación del Mercado único convirtió a Europa en un lugar muy atractivo para las empresas extranjeras exteriores. Mediante fusiones y adquisiciones pudieron incorporarse a la Comunidad.

A pesar del número de empresas internacionales que hacia ya mucho tiempo aprendieron a tratar con sus competidores foráneos mediante el establecimiento de fuertes posiciones competitivas en el plano nacional y en el extranjero, muy poco de lo que se escribió entonces en este sentido, se centró en la necesidad de tomar posiciones competitivas en el negocio internacional.

Fueron muchos los libros y artículos los que dedicaron a tratar de buscar oportunidades de negocios y a la compilación de anécdotas respecto a como “desnatar” los mercados foráneos de forma barata. Es un hecho histórico en la vida empresarial el que las empresas que no se orientaron internacionalmente se hallaran en desventajas competitivas muy severas. Porque el éxito de una empresa extranjera que lograra dominar en diferentes mercados nacionales fue siempre el resultado de haber llegado a ser competitivas en coste, precio, innovación y comercialización a través de lo que generaron por su actividad global.

Las empresas suizas, por ejemplo, que tenían un mercado nacional diminuto y, sin embargo, aquellas empresas son nada menos que Nestlé, Roche y Ciba Geigy, que son hoy auténticos gigantes industriales que crecieron a lo ancho del mercado mundial. No gozaron de estas mismas ventajas de los mercados nacionales, empresas estadounidenses y japonesas.

Cada mercado individual en la Comunidad fue suficientemente grande para estimular a la competencia extranjera y, al mismo tiempo, demasiado pequeño para que muchas empresas alcanzaran los niveles para que muchas empresas alcanzaran los niveles mediante los cuales pudieran permanecer en el plan competitivo frente a grandes empresas extranjeras.

Las empresas españolas, por consiguiente, necesitaron orientarse internacionalmente por tres razones básicas, como fueron:
  • La creación de una escala suficientemente grande de operaciones que permitieran competir con empresas extranjeras, para alcanzar niveles de competitividad en costes, precios, innovación y comercialización.
  • Proporcionar una cartera de mercados en los que pudieran luchar contra los competidores extranjeros, desarrollando estrategias competitivas y defensivas.
  • Proporcionar oportunidades para la colaboración internacional en términos de I+D, canales de comercialización, productos, etc.

PEDRO RUBIO DOMINGUEZ
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