Un informe exhaustivo titulado El futuro del periodismo aumentado: una guía para las redacciones en la era de las máquinas inteligentes, realizado por la agencia de noticias Associated Press, concluyó que el impacto de la inteligencia artificial en el periodismo será enorme, pero que “la tecnología cambia, el periodismo no”. Según el estudio, “la inteligencia artificial no será una panacea. La inteligencia artificial no puede resolver todos los problemas. A medida que la tecnología avanza, seguramente permitirá hacer análisis más precisos, pero siempre habrá desafíos que la inteligencia artificial no podrá superar”.
Por ejemplo, “la inteligencia artificial es susceptible a los mismos prejuicios y errores que los humanos. La inteligencia artificial está diseñada por humanos y los humanos cometen errores. Por eso, la inteligencia artificial puede equivocarse. Un sistema de inteligencia artificial es tan bueno como los datos que le proporcionan”. Por ejemplo, el estudio citaba un ejemplo hipotético en que los periodistas podrían crear un algoritmo para encontrar en qué lugares del mundo la perforación petrolera ha causado deforestación y aniquilado los bosques. Los periodistas podrían suministrarle a ese algoritmo datos de cuatro sitios donde la perforación petrolera ha causado la deforestación y datos de otras cuatro áreas en que la deforestación no ha sido causada por la perforación petrolera, sino por otros factores, como incendios o compañías madereras. Sin embargo, el algoritmo podría dar resultados errados si los periodistas que alimentaron al algoritmo no se hubieran percatado de que sus cuatro primeros ejemplos estaban cerca de lugares montañosos. En ese caso, el programa de inteligencia artificial podría concluir erróneamente que todos los lugares del mundo donde la deforestación ha sido causada por compañías petroleras están en zonas montañosas.
O sea, la inteligencia artificial será crucial para procesar los datos y analizar millones de documentos en cuestión de segundos, pero siempre será necesario que los periodistas vayan a los lugares y certifiquen que los algoritmos no se hayan equivocado por algún error de quienes les dieron los datos. Hará falta el sentido común de los humanos. La conclusión final del estudio es que “la inteligencia artificial puede aumentar las capacidades del periodismo, pero nunca reemplazará al periodismo. La inteligencia artificial podrá ayudar en el proceso de reportar las noticias, pero los periodistas siempre van a ser necesarios para atar los cabos sueltos y construir una narrativa fácil de digerir y creativa”.
Estoy de acuerdo, aunque en el camino se perderán muchos trabajos de periodistas. El periodismo será cada vez menos un refugio para los negados a las matemáticas y cada vez más una profesión que requerirá analistas de datos, ingenieros y reporteros todo terreno capaces de trabajar en conjunto con sus colegas del mundo escrito, visual y auditivo para integrar estos medios en la narración de las noticias. La esencia del periodismo no cambiará, aunque la forma de presentar las noticias y los análisis noticiosos será muy distinta.
LA NACION
Desde 1983, escribe para The Miami Herald y su columna se edita semanalmente en más de cincuenta periódicos de Estados Unidos y América latina. Realizó una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en 1978 y, ese mismo año, comenzó a trabajar en The Associated Press, en Nueva York. Fue miembro del equipo del Herald que ganó el Premio Pulitzer en 1987, además de ganar el Premio Ortega Y Gasset en 1993, el Premio María Moors Cabot en 1998, y el Premio Iberoamericano Rey de España en 2001.Es autor de La hora final de Castro, (Touchstone/Simon y Schuster, 1993), En la frontera del Caos (Little, Brown y Co., 1996), Crónicas de héroes y bandidos (Grijalbo, 1998) y Ojos vendados (Sudamericana/Plaza y Janés, 2001).
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