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martes, 26 de mayo de 2020

DE LA PRODUCCIÓN MASIVA A LA PRODUCCIÓN INDIVIDUALIZADA

El avance de la impresora 3D, el electrodoméstico del futuro - Infobae

Como lo señalábamos en el libro ¡Crear o morir!, las impresoras 3D van a revolucionar la industria manufacturera, ya que podrán crear o replicar todo tipo de objetos individualizados. Así como una fotocopiadora tradicional puede copiar una hoja de papel, la impresora 3D puede imprimir una cosa, ya sea un botón, un zapato o una casa. De la misma manera en que la máquina a vapor dio lugar a la revolución industrial a comienzos del siglo XIX o las computadoras personales cambiaron el mundo a finales del siglo XX, las impresoras 3D van a cambiar la producción de bienes tal como la conocemos hoy. Pasaremos cada vez más de la producción masiva a la producción individualizada.

Aunque el entusiasmo inicial por esta nueva tecnología se ha atenuado un tanto desde que se dieron a conocer sus primeros prototipos comerciales hace unos años, las impresoras 3D permitirán que cada uno produzca su camisa personalizada. Escogeremos el diseño en la pantalla de nuestra computadora, le agregaremos o quitaremos el detalle que queramos —ya sea una raya azul, un punto blanco o lo que sea— y las imprimiremos en nuestros hogares. Y si nuestra impresora 3D casera no tiene la tela o el material que elegimos, la mandaremos fabricar a la tienda con impresoras 3D más cercana a nuestro domicilio. Cada vez más se exportarán los diseños en lugar de los productos.

Las impresoras 3D, inventadas en 1986 por Chuck Hull, un ingeniero introvertido a quien entrevisté hace algunos años, comenzaron a popularizarse en la década del 2000 cuando la NASA empezó a usarlas para fabricar piezas dañadas de sus naves espaciales y reemplazarlas en el espacio. Muy pronto, las impresoras 3D comenzaron a usarse en la industria aeronáutica con el mismo fin, para reemplazar de inmediato piezas de aviones sin necesidad de tener las naves detenidas en los hangares.

La industria naviera comenzó a comprar impresoras 3D para las salas de máquinas de sus barcos con el fin de evitar que estuvieran varados en los puertos a la espera de repuestos. Y, al mismo tiempo, estos nuevos aparatos se hicieron cada vez más populares en el campo de la medicina, para fabricar dientes, huesos y hasta orejas a la medida de cada paciente. De ahí en adelante, surgieron las impresoras 3D personales para replicar una perilla del horno que se perdió o crear un objeto casero. Pero eso fue sólo el principio de algo mucho más grande.

LAS ZAPATILLAS DE ADIDAS YA SALEN DE IMPRESORAS 3D

Adidas, la empresa de productos deportivos, ya anunció el inicio de su producción masiva de zapatillas en sus nuevas plantas automatizadas de Alemania y Estados Unidos, donde se usarán impresoras 3D industriales para producir un millón de pares que antes se hacían en China y otros países asiáticos. Gracias a la impresión 3D en fábricas automatizadas cerca de sus clientes, Adidas podrá llevar sus productos al mercado mucho más rápido y estar siempre actualizada con la moda, dijeron voceros de la empresa. En muchos casos, el proceso de llevar un nuevo modelo de zapatilla al mercado tardaba, desde el momento de su diseño hasta la entrega, entre 12 y 18 meses, agregaron.

“Esto es un hito no sólo para nuestra empresa, sino también para toda la industria”, dijo Gerd Ganz, jefe de tecnología e innovación de Adidas, al anunciar el nuevo modelo de zapatillas impresas en 3D, llamado Futurecraft 4D. “Hemos superado una barrera.”

Ganz se refería al hecho de que el tiempo de producción de una suela de zapatilla con impresoras 3D industriales se había logrado acortar de una hora y media a alrededor de 20 minutos. Simultáneamente, Nike anunciaba que estaba empezando a producir suelas 10 veces más rápido con estas impresoras.

Las principales empresas de productos deportivos ya están ofreciendo a sus clientes en línea que escojan sus propios colores, diseños, suelas y formas según sus respectivos gustos, su peso, la forma de su pie y el deporte específico para el que quieran usar sus zapatos deportivos. “Lo que ahora puedes hacer es introducir nuevos tipos de productos sin pagar costos más altos. Con esta tecnología, puedes producir uno o varios ejemplares económicamente”, dice Terry Wohlers, presidente de la empresa Wohlers Associates, especializada en la industria de las impresoras 3D. estimaciones de Wohlers, la industria de las impresoras 3D cuadruplicará sus ventas en cinco años, para llegar a los 26 000 millones de dólares en 2022, la mayor parte de los cuales serán invertidos por empresas automotrices, así como por la industria médica y dental.

IMPRESORAS 3D: ¿UN ARTILUGIO INVENTADO POR LOS MEDIOS? 

A pesar de toda la publicidad en torno de las impresoras 3D, muchos han manifestado su escepticismo de que produzcan una nueva revolución industrial. Gou, el fundador de Foxconn que dijo que los trabajadores humanos le daban muchos dolores de cabeza, asombró al mundo hace unos años al afirmar que las impresoras 3D son un “artilugio” cuya importancia ha sido exagerada por los medios. Gou incluso llegó a bromear que estaba tan seguro de lo que decía, que si se equivocaba cambiaría su apellido y lo escribiría de atrás hacia adelante, Uog, según lo citó el diario South China Morning Post. Si cumple con su promesa, es probable que Gou tenga que pasar a llamarse Uog, pues todo indica que las impresoras 3D —aunque pueden estar avanzando más lentamente de lo que algunos anticipaban— terminarán imponiéndose.

Al igual que ocurrió con los autos que se manejan solos, casi siempre transcurre un tiempo entre una invención y su difusión masiva, y las impresoras 3D no son la excepción. Los pioneros de la aviación Orville y Wilbur Wright hicieron su primer vuelo en 1903, pero pudieron hacer su primer vuelo comercial 11 años después y la era de la aviación comercial en realidad comenzó en 1926, cuando entraron en vigor las regulaciones obligatorias para los operadores de vuelos.

De la misma manera, los automóviles salieron al mercado mucho después de ser inventados. Los ingenieros alemanes Nicolaus Otto, Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach patentaron vehículos de cuatro cilindros en la década de 1870, pero las primeras producciones en serie de automóviles comenzaron casi tres décadas más tarde, y Henry Ford lanzó al mercado su Ford T en 1913. Lo más probable es que lo mismo ocurra con las impresoras 3D.

ANDRÉS OPPENHEIMER
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