No es casual que Corea del Sur, Japón, Alemania y Estados Unidos sean los países con la mayor cantidad de robots industriales per cápita. Según la Federación Internacional de Robótica, Corea del Sur tenía en 2015 un promedio de 531 robots por cada 10 000 trabajadores manufactureros en todas las industrias, Singapur 398, Japón 305, Alemania 301, Estados Unidos 176, España 150, Francia 127, Eslovenia 110, República Checa 93, China 49, México 33, Argentina 16 y Brasil 11.
Sin embargo, en ciertas industrias específicas, como la automotriz, la densidad de robots por trabajadores es mucho mayor. La IFR estima que la densidad general de robots en la industria automotriz de Japón es de 1 276 robots por cada 10 000 trabajadores.
Pero según me contaron ejecutivos de Yaskawa, uno de las mayores fabricantes de robots industriales del mundo, en una entrevista en Tokio, en algunos sectores de las fábricas automotrices de Japón hay sólo 20 trabajadores y unos 400 robots.
“Hoy en día, los robots en las fábricas de automóviles realizan principalmente tareas de soldadura y pintura. Los trabajadores humanos están totalmente alejados de ellos, por motivos de seguridad, y se dedican mayormente a tareas de ensamblaje del motor y los cables, en las que los robots no son tan buenos. Pero eso está cambiando muy rápido. Calculamos que la parte de los trabajos que todavía realizan trabajadores humanos se automatizará en los próximos cinco años”, me dijo Kei Shimizu,
Pero eso está cambiando muy rápido. Muy pronto, los robots se ocuparán de poner la comida en las cajas Bento”, señaló Shimizu. Probablemente Shimizu no estaba exagerando, porque los robots ya están en todos los rincones de las fábricas japonesas. Hace pocos años, en un ejercicio de ciencia ficción, la consultora McKinsey pintó así la fábrica del futuro: “Imagínese que usted es el gerente de una planta manufacturera en el año 2035. En su fábrica, los accidentes de trabajo prácticamente no existen".
De hecho, hay poca gente en la planta: un pequeño grupo de especialistas supervisan la labor de miles de robots, interactuando de manera natural con la fuerza laboral de robots para producir bienes con una rapidez y precisión sin precedentes, las 24 horas del día, los 365 días del año. Cuando se lanza un nuevo producto o un nuevo diseño, los trabajadores de la fábrica entrenan a los robots para que adopten nuevas rutinas, usando pantallas táctiles e incluso comandos verbales. Gran parte de su día consiste en buscar formas de optimizar los procesos y el flujo de producción, incluso sugiriendo nuevos diseños de productos a partir de lo que observan en la fábrica y los datos generados por los robots.
Sin embargo, McKinsey se equivocó al diagnosticar que eso ocurriría en 2035: la escena ya es una realidad en muchas fábricas de Japón y de todo el mundo.
Según Shimizu, en los próximos 10 años el área de la robótica industrial que crecerá más rápido será la de la industria alimenticia. En las fábricas de alimentos, los supermercados y restaurantes, “el costo de la mano de obra todavía es bajo, pero pronto llegaremos a un punto en que los robots serán más baratos aún". En Japón, por ejemplo, tenemos una vieja tradición de almorzar con la comida dentro de una caja de madera llamada Bento.
Actualmente, esa caja es rellenada de comida por trabajadores humanos, porque hasta ahora los robots no podían replicar la destreza de los dedos.
ANDRÉS OPPENHEIMER
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