Una de las consecuencias que ha traído la recesión es la necesidad de buscar nuevos mercados para nuestros productos. Esta es una tendencia que está afectando a las empresas de todos los sectores, desde los más modernos o tecnológicos hasta las compañías de Gran Consumo o aquellas dedicadas a sectores más tradicionales.
Hace algunos años, comenzó el boom de las agencias de viajes online. Resultaba fácil consultar un vuelo o un alojamiento a través de diversos buscadores, que nos ofrecían la mejor opción, dependiendo de los parámetros que estableciésemos. Sectores como la música o el software también han crecido enormemente, ya que resulta sencillo enviar los productos por vía electrónica. Hoy en día, podemos adquirir prácticamente cualquier tipo de artículo: la compra del supermercado, ropa y complementos, mobiliario, e incluso algunas marcas de automóviles ya están trabajando en esta línea.
El auge del comercio electrónico
Las transacciones comerciales pueden dividirse entre aquellas que se producen entre empresas (B2B o Business to Business) y aquellas de empresas a consumidores (B2C o Business to Consumer). Habitualmente, cuando se habla de comercio electrónico se suele hacer referencia a esta última modalidad, la de la venta a los usuarios finales.
El comercio electrónico se inició en 1994, cuando Phil Brandenberg hizo la primera prueba comercial para verificar que se podían transferir datos bancarios sin que terminasen en manos ajenas. En aquella época, Internet era un mundo desconocido para mucha gente (nada que ver con la situación actual), y hoy en día millones de personas lo utilizan no sólo para hacer consultas, sino también para comprar. Cada vez más personas, tanto en España como en el resto del mundo, utilizan la Red para adquirir productos, y el auge de los móviles inteligentes o smartphones también tiene mucho que ver en ello. La primera empresa española que introdujo Internet en España en 1995 fue Gabinete de Nuevas Aplicaciones Tecnológicas.
El comercio electrónico tiene un crecimiento anual superior al 20%. Un 28% de españoles compraron algún bien o servicio por Internet en 2014, cifra que casi duplica la de cinco años antes, aunque sigue estando por debajo de la media europea, cercana al 50%, y muy lejos del 72% británico.
Todavía queda un largo camino
A pesar del fuerte crecimiento que experimenta el e-commerce, todavía queda un largo camino por recorrer. Muchas empresas todavía utilizan su página web como un escaparate, y no aprovechan las ventajas de la Red para interactuar con sus clientes, ni para vender, o lo hacen de forma residual.
Además de comprar, en muchas ocasiones, los usuarios buscamos asesoramiento, información, opiniones, etcétera, y todas estas posibilidades potencian y se complementan con el comercio electrónico. Una empresa que no sólo venda por Internet, sino que asesore, forme y se relacione con sus clientes, potenciales o reales, tendrá mucho ganado, ya que obtendrá feedback e incluso ideas sobre las cuales ofrecer nuevos productos o mejorar los existentes.
Algunos factores que todavía dificultan la explosión definitiva del comercio electrónico son:
- La desconfianza en la seguridad de las transacciones. Aunque se ha avanzado mucho en los protocolos de seguridad y en las herramientas que se utilizan, todavía son muchos los que no se fían de las compras realizadas a través de Internet.
- En línea con el apartado anterior, hay usuarios que no manejan con soltura las nuevas tecnologías, por lo que prefieren las compras al estilo tradicional. También se ha mejorado enormemente en la facilidad de uso de las plataformas de compra, pero muchos todavía son reacios a utilizarlas.
- La logística es uno de los factores que pueden resultar determinantes para su expansión. Actualmente, ya hay empresas que entregan las compras que se realizan online en 48 horas, en 24 o incluso dentro del mismo día. En determinadas condiciones, es incluso cuestión de horas, lo cual hace posible también que los productos frescos entren a formar parte del mercado virtual.
La expansión exterior
Una de las posibilidades que ofrece la Red para las empresas es la de vender 24 horas diarias, 365 días al año y en todo el mundo. Internet es un gran escaparate virtual, que facilita a las empresas la diversificación hacia el exterior de parte de sus ventas. Existen operadores logísticos que hacen factible vender multitud de productos en los cinco continentes. La Red se convierte así no sólo en un canal de venta más para el comercio nacional, sino en la punta de lanza que puede introducir nuestros productos en otros mercados.
¿Y TÚ, QUÉ OPINAS?
Pablo Rodríguez es economista.
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