¿Qué harán los millones de trabajadores desplazados por robots en las fábricas y las oficinas? Muchos pasarán a trabajar remotamente desde sus casas para compañías de internet y formarán parte de un nuevo proletariado digital. Con la explosión de Internet, muchos pensábamos que la economía digital sería la salvación del mundo, ya que la gente tendría trabajos mucho más dignos y ambientalmente sanos sentada frente a una computadora en la comodidad de una oficina. Sin embargo, muchos de los empleos que están surgiendo en la economía digital son trabajos temporales, mal pagados y sin prestaciones sociales. Pueden ser un buen complemento para quienes ya tienen otro trabajo, pero difícilmente serán una panacea para el desempleo tecnológico.
Según el Banco Mundial, ya hay un mercado laboral de más de cinco millones de personas que ofrecen sus servicios en plataformas de internet con trabajos temporales en línea, como UpWork.com y Freelancer.com.
Es probable que la cifra sea mucho mayor: tan sólo Upwork.com, de Silicon Valley, se ufanaba en 2014 de tener más de ocho millones de trabajadores de Internet registrados en su plataforma y a 2.5 millones de empleadores. Upwork.com pone en contacto a quienes ofrecen su trabajo en internet con empleadores que buscan diseñadores de páginas web, programadores de software, diseñadores gráficos, administradores de blogs, editores de texto, traductores, transcriptores, secretarias virtuales, especialistas en leer y responder emails, vendedores y hasta contadores.
Cuando entré en la plataforma de Upwork.com recientemente, una mujer llamada Aymee, de Oklahoma, estaba pidiendo 30 dólares por hora por su trabajo de diseñadora gráfica y un joven llamado Amat, de Pakistán, ofrecía los mismos servicios por 18 dólares por hora. La ficha con la foto y la especialidad de ambos, y muchos otros, venía acompañada de la información de cuántos trabajos habían realizado en la plataforma, cuánto dinero habían ganado y —lo más importante— las evaluaciones de sus respectivos clientes.
De esta manera, cualquier empleador que busca un diseñador gráfico que trabaje por cuenta propia puede escoger entre los que ofrecen sus servicios en Upwork.com, entrevistarlos en línea y contratarlos para su proyecto a través de la plataforma. Upwork.com recibe el pago y lo retiene hasta que el trabajo se haya realizado.
Sin embargo, otros trabajos en Internet son mucho peor pagados. Varias otras plataformas ofrecen trabajos en cualquier parte del mundo, día y noche, permitiendo que empresas o personas contraten a un administrador de redes sociales por unos cuantos centavos la hora. Y esos trabajos se van a multiplicar rápidamente tras la explosión de noticias falsas que ocurrió durante las elecciones estadounidenses de 2016. Google ya tiene más de 10.000 personas monitoreando y calificando videos, incluyendo los de su subsidiaria YouTube, y Facebook anunció que aumentaría sus fiscalizadores de contenidos de 4 500 a 7 500, según reportó la revista The Economist. Y estos trabajos irán en aumento debido a la creciente demanda de “moderadores de contenido” y “policías digitales” en todo el mundo.
Hasta hace poco, sólo China, Cuba y algunas otras dictaduras empleaban a decenas de miles de censores para rastrear internet y eliminar cualquier crítica política. Pero ahora, ante el avance de las noticias falsas y el racismo en internet, incluso las democracias occidentales se ven necesitadas de usar grandes cantidades de veedores de contenidos en línea. En Alemania, por ejemplo, se aprobó una ley que impondrá multas a las redes sociales que no eliminen en 24 horas cualquier texto que niegue el Holocausto. Y en Estados Unidos, tras la avalancha de noticias falsas en redes sociales generadas en Rusia con el aparente intento de desestabilizar a las principales potencias de Occidente, y ante los avances técnicos que permitieron crear un video falso en el cual el expresidente Obama decía cosas que nunca dijo, también hará falta una gran cantidad de filtros humanos para evitar que se difundan mensajes, grabaciones y hasta videos trucados.
Pero la gran pregunta es si las labores del nuevo proletariado digital serán menos estresantes que los viejos trabajos de las fábricas y las oficinas. Sarah Roberts, profesora de estudios de la información de la Universidad de California en Los Ángeles, realizó estudios que muestran que muchos “moderadores de contenido” en las redes sociales sufren de agotamiento físico y mental por pasar demasiadas horas evaluando mensajes o videos tóxicos. Y Mark Graham, profesor de la Universidad de Oxford, concluyó que las plataformas de internet que ofrecen trabajo a cuentapropistas son una nueva fuente de empleo para mucha gente en países pobres, y que estos servicios tienden a deprimir los sueldos de todos.
LOS JÓVENES VAN A TENER QUE INVENTARSE SUS TRABAJOS
“Mi generación la tuvo fácil: nosotros teníamos que buscar un trabajo. Pero ahora, cada vez más, nuestros hijos van a tener que inventar un trabajo”, decía el columnista de The New York Times Thomas L. Friedman ya en 2013. “Es cierto que los más afortunados van a encontrar su primer trabajo. Sin embargo, considerando la rapidez con que están cambiando las cosas hoy en día, incluso ellos van a tener que reinventarse, hacer una reingeniería y reimaginar su futuro, mucho más que sus padres.”
La tendencia a la que apuntaba Friedman ya se está dando. Algunas estimaciones citadas por el Foro Económico Mundial señalan que entre 75 y 80% del mercado laboral de los países industrializados en 2030 estará compuesto por trabajadores independientes o temporales.
En este nuevo mercado laboral, en que cada vez más gente trabajará por cuenta propia, lo importante no serán los conocimientos adquiridos —que cualquiera puede encontrar en el buscador de Google— sino la automotivación y las “habilidades blandas” como la creatividad, la capacidad para detectar nuevas oportunidades, la facultad de resolver problemas y el trabajo en equipo.
A medida que los empleos se vuelvan más dependientes de la iniciativa personal y que las empresas requieran cada vez gente más capaz de montarse en las nuevas olas tecnológicas, aumentará la brecha motivacional. Aquellos que permanezcan con las habilidades que aprendieron en la escuela por el resto de sus vidas se quedarán cada vez más atrás, mientras que quienes tengan una pasión, quieran superarse constantemente o estudien de por vida escalarán cada vez más alto en el mundo laboral. La automotivación será, junto con la educación, la mejor credencial para lograr un buen empleo. La uberización de la economía —el hecho de que cada vez más gente esté prestando servicios en calidad de empresarios independientes— hará que muchos tengamos que funcionar como microempresarios. Para muchos, nuestro trabajo será nuestra empresa y tendremos que manejarlo como tal.
LOS TRABAJOS DEL FUTURO SERÁN CADA VEZ MÁS INDEPENDIENTES
La mayoría de estos empleos del futuro no serán como los tradicionales, con un empleador fijo y horarios de 9:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, sino trabajos independientes. Hasta hace poco, quienes querían trabajar sólo unas pocas horas por día o unos pocos meses por año —como muchas madres de niños pequeños o los jubilados— debían tener la suerte de encontrar un empleador dispuesto a hacer ese tipo de contrataciones. Pero hoy, gracias a plataformas de internet como Upwork o Uber, cualquiera puede conectarse con quienes ofrecen un empleo con horarios flexibles.
Y gracias a otras plataformas como eBay o Etsy, cualquiera puede convertirse en un vendedor por su cuenta y trabajar las horas, días, semanas o meses que desee.
Estas plataformas nos permiten conectarnos con gente a la que jamás hubiéramos tenido acceso antes. Como lo relatábamos en un capítulo anterior, los algoritmos de estas plataformas digitales le permitieron a una banda de rock de Corea del Sur descubrir que tiene una enorme cantidad de fanáticos en Chile y organizar un concierto en ese país. De la misma manera, un vendedor en eBay o Etsy puede saber dónde hay una mayor demanda para sus productos, e incluso ver cuál es la evaluación que hicieron otros vendedores sobre algún potencial cliente. El radio de nuestra clientela ya no es nuestro vecindario, sino el mundo.
La economía digital también hará surgir “empresas de medio tiempo”, creadas para un proyecto en particular y que se disuelven una vez que el proyecto se concreta. El modelo típico de estas empresas es el de Hollywood, donde se juntan productores, directores, guionistas, actores, diseñadores de vestuarios, publicistas y muchos otros profesionales para realizar una película cuyo costo a veces alcanza cientos de millones de dólares, y la empresa se disuelve una vez terminada la cinta. Antes, este tipo de empresas eran raras fuera de la industria del cine, porque los costos de montar una estructura de trabajo —incluyendo contratar empleados y entrenarlos— eran tales que hacían que fuera mucho más práctico conservar esta estructura para proyectos futuros. Sin embargo, las nuevas plataformas digitales como Upwork.com o Freelance.com, que permiten a un empresario contratar trabajadores independientes en cualquier parte del mundo en un santiamén, están dando lugar a lo que algunos llaman “organizaciones flash”, que aparecen y desaparecen en poco tiempo.
La empresa Business Talent Group, por ejemplo, se dedica a juntar equipos de expertos independientes para proyectos específicos de la industria farmacéutica, que en algunos aspectos funciona como la industria del cine en Hollywood. Cuando una empresa farmacéutica saca al mercado una nueva medicina, Business Talent Group junta trabajadores de medio tiempo de relaciones públicas, periodistas independientes, expertos en mercadeo, publicistas, encuestadores y abogados para lanzar el nuevo producto. “Nosotros somos los productores”, le dijo Jody Miller, cofundadora de la empresa, a The New York Times. Utilizando la analogía con la industria cinematográfica, Miller agregó: “Nosotros sabemos cómo evaluar el talento y elegimos el equipo”.
Dos profesores de la Universidad de Stanford, Melissa Valentine y Michael Bernstein, crearon una plataforma llamada Foundry.com, en la que el proceso de crear una “organización flash” puede desarrollarse íntegramente en línea, sin necesidad de hacer ninguna llamada telefónica. Según The New York Times, “hay algunas evidencias de que el mundo corporativo, que durante décadas subcontrató el trabajo a contratistas y empresas consultoras, está usando cada vez más organizaciones temporales”, porque de esa manera eliminan a los intermediarios y pueden reducir costos.
En el área de la tecnología existe otra plataforma llamada Gigster.com para poner en contacto a quienes tienen una idea para una aplicación con quienes poseen los conocimientos técnicos para convertirla en realidad. O sea, cualquiera que tenga una buena idea puede buscar un programador de medio tiempo en Gigster.com para materializarla. El trabajo independiente se está expandiendo cada vez más en todas las áreas.
LOS JÓVENES DE HOY TRABAJARÁN EN CARRERAS QUE AÚN NO EXISTEN
“El 65% de los niños que entran en la primaria este año terminarán trabajando en carreras que ni siquiera han sido inventadas”, decía ya en 2011 la historiadora de la tecnología Cathy Davidson en su libro Now You See It. En efecto, ¿cómo podrían haber anticipado los niños que estaban en la primaria en 1990 que terminarían trabajando como programadores de aplicaciones de iPhone, o de administradores de redes sociales como Facebook o Twitter, si cuando estaban estudiando ni siquiera existía el iPhone (que salió en 2007), ni Facebook (2004) ni Twitter (2006)? Ya hoy los millones de personas que trabajan creando plataformas digitales para trabajos de medio tiempo, o utilizándolas para ofrecer sus servicios o vender sus productos, están haciendo labores que no existían cuando iban a la escuela. Y la aceleración tecnológica hará que este fenómeno sea cada vez más común.
La gran pregunta, entonces, es qué recomendarles a los jóvenes que están por escoger una carrera y qué enseñarles a los niños para que puedan tener habilidades útiles en un mundo donde la información que recibimos en la escuela puede obtenerse apretando una tecla, o haciendo una pregunta verbalmente a un asistente virtual. Se ha vuelto un lugar común decir que en el mundo del futuro lo importante no es lo que sabemos, sino lo que podemos hacer con lo que sabemos. Pero ¿qué significa eso en términos prácticos?
Significa que debemos alentar a los niños a que encuentren sus fuentes de automotivación. Tendremos que contagiarlos de entusiasmo para que encuentren algo que los apasione y los motive. Y al mismo tiempo, como decíamos antes, deberemos enseñarles “habilidades blandas” como la creatividad y la capacidad de trabajar en equipo para que puedan funcionar en un mundo constantemente cambiante. En Finlandia, un país que siempre figura en los primeros puestos de los exámenes estudiantiles internacionales, ya se han cambiado los planes de estudio para que en 2020 comiencen a reemplazarse las asignaturas clásicas de las escuelas por otras que enfaticen cuatro competencias que serán clave: la comunicación, la creatividad, el pensamiento crítico y la colaboración.
En un mundo automatizado, donde la mayoría de la gente trabajará por cuenta propia y muchos serán emprendedores, estas habilidades serán mucho más importantes que recordar en qué año Colón descubrió América o quién inventó la imprenta.
ANDRÉS OPPENHEIMER
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