Nuestros objetivos con este tipo de encuentros se mantienen y fortalecen a medida que avanzamos en el programa. El interés aumenta y las opiniones son positivas, resaltando la labor que realizamos para acercar a los empresarios y directivos de España y Latinoamérica nuevas ideas y nuevos enfoques de cómo salir con éxito de la situación actual.
El miércoles 28 de octubre nos
reunimos virtualmente con Bruno García (CEO de SCRAPEX) desde Guatemala,
y Luis Montalvo (CEO de SUPER NET) y Santiago Rayan (CEO de BASE
10) bajo la coordinación de Félix Herrero (Socio Fundador de BESSTER)
desde España. El asunto a tratar era “Convertir adversidades en oportunidades”
y suponía ya de entrada un reto considerable porque podía dar a entender que
íbamos a sacar nuestra varita mágica para resolver todos los problemas que en
la actualidad tienen muchos empresarios. Pero ya dijimos al comienzo del ciclo
de encuentros que no la tenemos y que no hay atajos sino trabajar, pero
haciéndolo de manera inteligente. Lo importante es encontrar la clave, y de eso
va el programa de encuentros
Comenzó el encuentro Félix
preguntando a los tres invitados qué era para ellos una crisis y cómo actuaban
ante ella. Y se lo preguntó a tres CEO que tienen tatuado en su piel los
efectos de la crisis del 2007, la que en España lamentablemente se alargó hasta
2015 por lo menos. Como era lógico cada uno de ellos expuso su visión personal,
emanada de sus experiencias, y no hubo del todo coincidencia.
Bruno definió la crisis
como todo aquel episodio que a nivel personal o profesional genera una gran
incomodidad (incertidumbre) porque los resultados no responden a las acciones,
lo que antes funcionaba ahora ya no y te sientes incapaz de encontrar una
solución. En esto, con sus matices, hubo consenso por parte de todos.
En cuanto a cómo actuar, Bruno
fue categórico al decir que ante una situación de este tipo uno no puede
quedarse quieto, que debe ponerse de forma rápida en la acción para que no se
reduzca su productividad intelectual y se mantenga alta la capacidad de generar
ideas. Luis expuso que lo más importante
es la predisposición de empresarios y directivos para modificar su
comportamiento y cambiar cosas e incluso para aprender de esos cambios sin
miedo al error. Por su parte, para Santiago el gran reto de empresarios
y directivos es saber cómo hay que actuar en el corto plazo y, sobre todo,
saber anticiparse para analizar si esas acciones que ahora tienen algún sentido
lo van a tener más tarde cuando los negocios, los hábitos y los intereses de
personas y empresas cambien, como está ocurriendo en la actualidad.
Muy interesante fue la
explicación de Bruno complementando la idea inicial. Él considera que
una vez que se inicia la acción, debe echarse mano de lo que él llamaba “anclas
de valor”, esto es, sus características diferenciadoras con respecto a
la competencia, lo que Félix denominaba de forma genérica “la ecuación de
valor”. Si no se conoce, es momento de comenzar a trabajar para
conocerse a sí mismo e identificar las fortalezas y las debilidades, porque en
medio de la incertidumbre “hay que agarrarse a algo que sea fijo, algo en lo
que apoyarse para salir adelante”. En el caso concreto de su empresa, SCRAPEX,
ellos sabían que sus grandes diferenciadores eran la calidad y la
profesionalidad del servicio, y a eso se agarraron porque había un mercado que
lo valoraba. Posiblemente los ingresos sean inferiores, y también los márgenes,
pero con esos anclajes seguro que se podrá sobrevivir, mantener la actividad
que permita seguir pagando los gastos esenciales, y tener oxígeno para crear
nuevas cosas. Y añadió, que en todo este proceso es fundamental contar con el
“grupo de soporte”, esto es, aquellas personas de dentro o de fuera de la
empresa que agregan valor y que están en la misma sintonía, con quienes puedes
reflexionar y te ayudan a pensar, porque de ahí puede venir la inspiración. Santiago
coincidió con él en que la inacción hay que evitarla por todos los medios,
y que el compartir ideas con otras personas de más experiencia es clave para
encontrar soluciones.
En relación con el diagnóstico
sobre la situación los tres invitados coincidieron en que debe realizarse desde
dentro de la empresa y no desde fuera, aunque a veces solo se ve la punta del
iceberg y los cambios que se realizan no dan el resultado esperado. Es en ese
momento cuando hay pedir ayuda. Y para dar este paso, la humildad es
fundamental porque uno no tiene la respuesta a todo y debe confiar en quienes
pueden ayudarle.
Para la implantación de los
cambios, ellos prefieren pilotos rápidos y de bajo coste para ver en seguida
los resultados con un riesgo controlado. El propio temor que suele surgir
durante ese tiempo en que se esperan resultados es positivo, “es la señal de
estar vivos”, dice Bruno. Para Luis y Santiago, la
envergadura de los cambios, si los males se curarán con un tratamiento o habrá
que acudir a la cirugía, lo dirá el diagnóstico.
Gracias a Bruno, Luis y Santiago por vuestra valiosa aportación y también a Félix en su papel de moderador. Somos conscientes de que, con las pautas mencionadas durante el encuentro, y brevemente resumidas en este texto, se puede, efectivamente, convertir adversidades en oportunidades.
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