La experiencia me ha demostrado que la mayoría de los directivos, ejecutivos o empresarios que acuden a los Cursos y Seminarios sobre la gestión empresarial --que he dirigido o impartido--, no piensan como “estrategas empresariales”. La mayoría de ellos, quizás porque ya se encuentran en una edad madura, no entienden las ventajas que nos ofrecen las nuevas aplicaciones tecnológicas y esto supone un grave problema para sus empresas que están intentando emplear tecnología de última generación para conseguir mejores niveles competitivos.
También voy tomando conciencia con el paso por diferentes situaciones formativas, dirigidas igualmente a los responsables de organizaciones o colectivos, de que lo que cada vez con más frecuencia se demanda de los ponentes o consultores en formación es, una especie de “fórmula mágica” que comunicada a través de la puesta en escena de unos ejercicios concretos, lleve al convencimiento de los asistentes, unos procedimientos, que aplicados a las situaciones específicas de sus respectivas parcelas de gestión, puedan mejorar éstas.
Esta forma de entender la Formación, que en estos momentos es la de mayor predicamento, tiene sus virtudes, pero también, grandes inconvenientes.
En lo que concierne a la labor del consultor- formador, no cabe duda de que es mucho más cómoda en tanto en cuanto, no resulta demasiado difícil tomar unos cuantos ejemplos de algún manual anglosajón y ponerlos en práctica en el curso, a modo de juego entre distintos grupos de alumnos.
La ventaja que representa es que el consultor trabaja bastante menos y los alumnos participan más, se divierten más y se les pasa el tiempo del curso de forma más rápida y amena. Los inconvenientes es que se presentan unos modelos de gestión o actuación concretos que los alumnos asimilan y ponen posteriormente en práctica, sin apenas correcciones o adaptaciones.
Los resultados los he podido contrastar a través de determinados modelos de gestión que se intentan implantar con poco éxito en diversas parcelas del entramado productivo de nuestras empresas, porque muchos directivos y gerentes se empeñan en aplicar literalmente y sin apenas cambiar un ápice, recetas tomadas de experiencias exitosas llevadas a cabo en otros países, que presentan unos parámetros de acción y pensamientos diferentes al nuestro.
Son esquemas que funcionan únicamente a nivel de teorías, sin que los zarpazos de la realidad hagan entrar a los empresarios en el cauce adecuado. Fracaso notorio por falta de adaptación a la realidad concreta del área en que se desarrolla su actividad.
Por ello es importante dar ideas coherentes sobre los conceptos planteados, en lugar de orientar los cursos sobre ejemplos tomados “de manual”, aunque ello nos suponga un mayor trabajo para nosotros, tanto en la preparación del curso como el desarrollo del mismo.
Tengo bastante claro que el entorno empresarial del momento presente debe rechazar la aplicación de “recetas predeterminadas”, o modelos de gestión sacados de sus contextos que muchas veces tienen poco o nada que ver, con el que realmente debe ponerse en práctica.
Cada gestor, cada dirigente, debe elaborar sus esquemas de gestión a la medida de sus realidades concretas en que ha de desarrollar su trabajo, en lugar de esperar que algún “gurú”, consultor estrella o quien sea, le proporcione el modelo a seguir.
Para desarrollar nuestro trabajo como formadores en las diversas áreas funcionales de las empresas y hacerlo de forma realmente eficaz, solamente son necesarias dos condiciones:
1ª) Conocimiento de las ideas fundamentales y generales, de una parcela de gestión concreta.
2ª) Gran capacidad de liderazgo e imaginación para llegar al desarrollo de esquemas adecuados a la gestión específica que en cada caso debe realizarse.
Si este articulo es leído por el responsable de los Recursos Humanos de la empresa, le sugiero que tenga en cuenta los consejos que sobre la evaluación de las acciones formativas realiza Donald L. Kirkpatrik, en su libro “Evaluación de Acciones Formativas- Los cuatro niveles”, editado por Gestión 2000 - Barcelona. Al planificar y poner en marcha una acción formativa efectiva en su empresa, debería usted considerar el contenido de este magnifico texto de cultura empresarial.
Pedro Rubio Domínguez
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Apuntes del editor sobre el
INSTITUTO EUROPEO DE GESTIÓN EMPRESARIAL
Formación/Consultoría/Mentoring
El INSTITUTO EUROPEO DE GESTIÓN EMPRESARIAL es una institución privada e independiente fundada en 1986 y desde este año viene formando a empresarios, ejecutivos y personal de apoyo dentro de la comunidad empresarial española.
A partir de un estilo absolutamente pragmático, instrumental y aplicativo, profundamente útil, el IEGE organiza cursos y seminarios realmente enfocados a la lucha en un mercado abierto y sin fronteras: el de la Europa del siglo XXI. Dirigidos a la formación y reciclaje mental y práctico de quienes, a nivel ejecutivo, tienen la responsabilidad de alcanzar resultados rentables para la empresa, dentro de las distintas áreas funcionales de la misma.
Adoptamos e integramos perfectamente nuevos conceptos pedagógicos muy interesantes para nuestros alumnos, todos ellos pertenecientes al ámbito empresarial.
Debido a la crisis del coronavirus, esta década será una época decisiva para la dirección. Totalmente apartada del efecto 2000 en relación con el mundo de los negocios, surge una tendencia demográfica indicadora que será necesario tener muy en cuenta los recursos humanos. Irá aumentando cada día la demanda de altos niveles de destreza de la dirección.
Hemos de reconocer, no obstante, que dentro de la pirámide de la organización empresarial de nuestro país, a niveles superiores existe una gran formación de los directivos. Es en los niveles intermedios donde se pone en evidencia la falta de formación. Satisfacer esta demanda es la vocación del Instituto Europeo de Gestión Empresarial. Durante estos últimos años hemos conseguido una posición única en el mercado de la formación y desarrollo. El éxito puede verse reflejado a través de las más de 350 empresas que nos han confiado la formación de su personal directivo y de apoyo.
Estos programas se imparten regularmente en Madrid, en las propias empresas, y en plan residencial en diversos Centros de Formación, vinculados al IEGE, tanto en España como en el extranjero.
Pedro Rubio Domínguez. Director del IEGE
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