Este proyecto se encuentra en el casco histórico del distrito de Villaverde de la capital. Se trata del Edificio Talco, un inmueble de nueva construcción que incluye 18 viviendas y más de 320 m2 de zonas comunes que buscan la convivencia y la cooperación vecinal, y que está planteado para aprovechar los recursos naturales y ganar eficiencia.
El 'cohousing' nació en Dinamarca hace ya medio siglo, aunque ha sido en los últimos años cuando ha cobrado más fuerza, impulsado por factores como la búsqueda de nuevas fórmulas residenciales más asequibles.
En líneas generales, los expertos de Instituto de Valoraciones destacan que esta fórmula, al igual que otras como el ‘build to rent’ (construir viviendas para destinarlas al alquiler), está creciendo ante las dificultades para comprar vivienda, la inestabilidad laboral y la falta de ahorros de los jóvenes, así como la apuesta por un formato de vivienda que se adapta a las necesidades y hábitos postpandemia, por ejemplo, la búsqueda de espacio exterior y de diferentes servicios comunes, o las ventajas de vivir fuera de los grandes núcleos urbanos.
Por otro lado, la promotora Distrito Natural, impulsora del proyecto del Edificio Talco en Madrid, también pone sobre la mesa otros motivos, como que la soledad se ha convertido es uno de los grandes problemas del siglo XXI, y la necesidad de fomentar el ahorro. “Cada vez vivimos más aislados, especialmente las personas mayores, pese a que las ciudades son cada vez más densas y la tecnología nos conecta más rápido. La covivienda sienta las bases para recuperar espacios y experiencias compartidas entre vecinos, desde lo más tradicional -como prestarse la sal a cuidar de los niños- a otras nuevas como la producción de energía fotovoltaica colectiva, y también es una cuestión de ahorro: ¿Por qué pagar 18 conexiones a internet cuando puedes compartir una?", explican desde la compañía.
Y Rogelio Ruiz, de eCohousing, afirma que este modelo es “más social y cooperativo, más ecológico y más económico, tanto en su etapa de construcción como una vez en uso. En definitiva, es más sostenible, más racional y más apasionante de vivir”.
Además, desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, recuerdan que, pese a que esta alternativa está creciendo sobre todo entre la población de avanzada edad, también se está produciendo un cambio de mentalidad entre los jóvenes, y que cada vez podrían tener más éxito entre los ‘millennials’, que dan más importancia las experiencias que a las propiedades y que son más proclives al modelo de pago por uso que a la tenencia de un bien o servicio.
Consejos antes de entrar en un proyecto de ‘cohousing’
Según explica a idealista/news José Méndez, socio director del despacho de abogados Méndez Lit, lo primero que deben tener claro los interesados es qué es el 'cohousing'.
“El ‘cohousing’ tiene como razón de ser la de valorizar intereses comunitarios en convivencia. Destaca por su iniciativa, nacida (teóricamente) en un grupo de personas, vinculadas por un ideario o necesidad, quienes deciden emprender un proyecto edificatorio en el que materializar su propuesta de vida. Por tanto, tiene más que ver con una forma de habitar, que una fórmula jurídica o tipo edificatorio. Su fin no es solo vivir en comunidad, sino de forma colaborativa o de ayuda”, afirma el letrado.
Méndez también recuerda que la solución que tiene más encaje en este tipo de proyectos es la cooperativa, aunque no es la única que existe, y que la gran diferencia con el ‘coliving’ es que éste suele ser una iniciativa de promotores privados.
El abogado también expone que el ‘cohousing’ no siempre tiene que ser un proyecto verde o sostenible, porque no es algo consustancial. “Lo será por nuevas tendencias, demanda o por técnica de ventas. Pero un ‘cohousing’ no tiene como característica necesaria la sostenibilidad, la que muchos edificios comienzan a aplicar. Por tanto, no debemos confundir la sostenibilidad del edificio con el ‘cohousing’, lo cual comienza a convertirse en un reclamo".
Por otro lado, insiste en que la mera existencia de zonas y espacios comunes (comedores, salas multimedia, o jardines…) tampoco son concretos de estos proyectos, ya que pueden atribuirse a cualquier promoción privada. “Sí es cierto que estos espacios comunes serán adecuados a esta modalidad urbana, pero para que pueda ser considerada como un cohousing dependerá más de la gestión y participación de sus habitantes, que de la existencia de espacios comunes”. Además, también es “necesaria la existencia de algún vínculo entre las personas que lo habitan, de una interacción, más allá de haber sido promovida a través del régimen de cooperativa”, señala Méndez.
El experto también recuerda que en todo ‘cohousing’ “debería existir un reglamento de régimen interior que, consensuado por todos los partícipes, consiguiera un nivel de compromiso de participación de todos, ya que la cooperación de sus habitantes no solo debe ser un reclamo publicitario, sino que debería traducirse en un funcionamiento real”.
Por último, resume varias recomendaciones a todos aquellos que estén interesados en apostar por esta alternativa habitacional, como analizar quién promueve este tipo de propuestas, si ya está constituida o no la cooperativa, cuáles son sus estatutos, quién o quiénes forman la entidad gestora, si es en propiedad o lo que se compra es el derecho de uso, o si el desarrollo ya cuenta con las licencias urbanísticas y un proyecto visado.
Autor:@Ana P. Alarcos
Por gentileza de: idealista.news
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Cada vez es más frecuente que se conozca este tipo de viviendas y se interesan por ellas más personas. Es una tendencia creciente en nuestra sociedad.
ResponderEliminarMuy acertada su opinión. Estamos de acuerdo. Saludos cordiales. PRD -Editor del Blog
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