Existe, ahí fuera, una generación de jóvenes emprendedores más preocupada por mejorar el mundo que por acumular dinero.
Son ambiciosos, pero de otra forma. Incluso tienen incubadoras y aceleradoras al puro estilo Silicon Valley como Ashoka o Unreasonable Institute. Solo el nombre de esta última es una declaración de principios.
Este instituto irrazonable propone un campamento de cinco semanas en el que confluyen proyectos en busca de financiación con algunos de los grandes filántropos del mundo, como John Mackey, presidente de la cadena de supermercados estadounidense Whole Foods y uno de los principales inversores de Silicon Valley.
Por ahora, Unreasonable Institute ha promovido 82 proyectos de empresas comprometidas socialmente en 37 países y levantado 42 millones de dólares para sostenerlas. Cifras que representan el advenimiento de un cambio.
El boom de estos emprendedores es una respuesta hacia la creciente hostilidad que despiertan algunas ONG y hacia cierto tipo de filántropos más interesados en involucrar su dinero en los proyectos que a ellos mismos.
Fuente: http://economia.elpais.com/economia
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