Cada vez resultan más pesadas las tareas de los ejecutivos y sus causas son bien claras: el aumento en tamaño de las empresas, el crecimiento de funciones especializadas, el incremento en la complejidad de las funciones ejecutivas, el desarrollo de las relaciones externas-- debido a que las empresas abandonan su carácter estrictamente privado se hacen cada vez más publicas.., y el mayor número de asuntos, tanto generales como especiales, a los que el ejecutivo debe dedicarse. También es una causa preponderante la mayor extensión en el tiempo y el espacio más dilatado en que se realizan los negocios.
Las consecuencias del crecimiento de las tareas del ejecutivo son cada vez más patentes. En principio, significaban una reducción en la atención a distintos valores como son los espirituales, familia, comunidad, aficciones y otras ocupaciones necesarias para una vida equilibrada. El incremento de las cargas del ejecutivo puede también ocasionar el conocido fenómeno de reducción de la efectividad ejecutiva, manifestado por una insuficiente atención, superficialidad, hastío e impaciencia, y baja moral entre los subordinados: el individuo que trabaja en excesiva tensión, es fácil que incurra en algunos fallos personales. Más serias son las consecuencias adversas, sicológicas y físicas que, a menos que se den los pasos precisos para contrarestarlas, pueden conducir a un prematuro desgaste del cuadro directivo.
Claramente surge aquí una pregunta: ¿ qué puede hacerse para reducir las tareas del ejecutivo? Aparte de una estricta limitación de las actividades sociales, que no siempre es aconsejable y a veces resulta imposible, existe la delegación, el uso de comités de dirección y la creación de un staff general.
De estos temas hablaremos en próximos comentarios.
PRD
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