El experto en organización general admite que las limitaciones de su trabajo están determinadas por una comprensión total de la tarea del directivo de línea. No puede apoyarse en técnicas, especialización o pericia. Ha de encontrar el medio de penetrar en la situación de dicho directivo y trabajar directamente con éste en sus problemas. Tiene que atender a la situación total en que el ejecutivo se encuentra. No se ocupa de hacer el trabajo de éste último, sino de buscar los modos y procedimientos para obtener un mejor funcionamiento de la organización.
No debe ser sus muletas sino su fisioterapeuta.
El consultor del IEGE desea ayudar a los ejecutivos a que resuelvan por sí mismos los problemas de sus propias situaciones de trabajo-- una actitud, respecto a dichas situaciones, basada en la aceptación de la unidad de la organización y el individuo.
Este papel del consultor se refleja en cambios:
a) Creando una atmósfera en que los ejecutivos sean estimulados, y no forzados, a cambiar y,
b) Proporcionado los medios y recursos que permitan a los ejecutivos efectuira, simultáneamente, cambios en las disposiciones de trabajo ( planes de administración), y cambios en los demás procesos, y cambios en sí mismos, como el desarrollo de la habilidad directiva.
PRD.
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