“La supervivencia del negocio sigue siendo la principal preocupación de los empresarios”
Son muchos los empresarios de pequeñas y medianas empresas que en nuestro país, debido a la anacrónica situación en la que nos encontramos, están reconociendo, tal vez demasiado tarde para muchos, que el camino no ha sido precisamente innovarse o en el mejor de los casos tomar conciencia del cambio ya que tal como están funcionando, no pueden subsistir.
Algunos de los empresarios que nos han consultado se encuentran en la actualidad con una cartera de productos obsoletos, una estructura organizativa ineficiente y con una gran falta de competitividad en el mercado, por lo que la innovación en su empresa ha dejado de ser una elección voluntaria y se ha convertido en una necesidad imperiosa.
¿Por qué se ha llegado, en muchos casos, a esta situación?
La respuesta no es fácil de dar, al carecer de una definición precisa de lo que realmente esta haciendo este colectivo empresarial junto a la diversidad de sectores en los que actúa y la multitud de organizaciones existentes; sin embargo, es posible destacar dos aspectos, íntimamente interrelacionados, que de forma constante aparecen unidos a la crisis: pérdida progresiva de productividad de los factores y disminución de su competitividad. En definitiva las dificultades actuales se derivan de la imperfecta adecuación de las pequeñas y medianas empresas a su entorno.
Es decir, a nuestro juicio, las causas deben situarse en el nivel de la estrategia y no al nivel de organización o de “mala gestión”, puesto que existe un encadenamiento en las decisiones y en las dificultades de la empresa: modificación del entorno, problemas de estrategias, problemas de estructura, problemas del personal, etc. Así, una modificación en el entorno, por ejemplo, origina consecuentemente un problema de estrategia. A su vez, un problema de estructura conduce a una cuestión de personas.
Parece evidente que, tanto los esfuerzos de los responsables políticos de la política industrial como la de los dirigentes de la Pymes, deben orientarse a los problemas que se encuentran en el principio de la cadena –los de estrategia—y no dedicarlos a atenuar “los síntomas del mal”. Es en esta problemática donde situamos la presente opinión y los objetivos que recomendamos deben ser:
- El estudio de las estrategias de supervivencia en las pymes y, de forma especial, las de innovación.
- Definir las actuales dificultades actuales de las Pymes para innovar, y no aplicar la política de parches o paños calientes.
- Una política o acciones de reforzamiento y reestructuración, marcarse objetivos de rentabilidad, y tratar por todos los medios de alcanzarlos.
La interdependencia de la introducción de un producto y/o servicio y el comportamiento de los consumidores constituye un problema decisivo del marketing para la innovación, en el cual la investigación de mercados debe ser capaz de pronosticar la aplicación a largo plazo, tanto en los mercados nacionales como los internacionales, de una idea de producto o proceso.
Con estas nuevas orientaciones hacia el marketing permitiría a las Pymes incorporarse a algunas formas de innovación, como la presentación de nuevos productos, nueva combinación “estética-función”, nuevas formas de distribución, nuevos sistemas comerciales, etc.
En definitiva: renovarse o morir.
PRD.
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