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jueves, 18 de mayo de 2017

FACTORES QUE IMPULSAN Y TRANSFORMAN LA LOGÍSTICA

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Centro logístico de Amazon en San Fernando de Henares

La convergencia del repunte de la economía, el avance tecnológico, y el crecimiento del comercio electrónico, han dado un fuerte empuje a la actividad logística actual, así como a los espacios que componen su infraestructura inmobiliaria.

El buen comportamiento de la economía española, con crecimientos del PIB a ritmo del 3,2% en el bienio 2015 – 2016, y con una estimación del 2,8 % para el presente ejercicio, según las últimas previsiones del Banco de España, han generado una mayor actividad en la práctica totalidad de los sectores, beneficiando de manera particular al logístico, si bien más a la de consumo con la aparición de distintos canales de venta, que a la de producción.

El valor agregado bruto, VAB, del sector Transportes y Almacenamiento creció un 5% en 2015 y un 4,9% en 2016, bastante por encima del resto de la economía, y la logística alcanzó un peso del 2,9% en el PIB en 2016, frente al 0,87 % de 2007, según el Observatorio del Transporte y la Logística del Ministerio de Fomento.

Las previsiones apuntan a que el sector logístico seguirá creciendo animado además de por el buen comportamiento de la economía, impulsada por la producción, consumo, empleo, importaciones/ex portaciones y turismo, por los cambios que se están introduciendo en la cadena de suministro derivados de los avances tecnológicos, principalmente los que afectan a la Conectividad, el Internet de las Cosas y Big Data. Asimismo, con innovaciones como robots, drones, inteligencia artificial o las impresoras 3D, que impulsarán grandes cambios en los procesos de producción y de la logística.

Además, las tendencias globales hacia la urbanización y la sostenibilidad afectarán al sector logístico y los operadores ya están tomando medidas y aplicando criterios de sostenibilidad en el desarrollo de sus plataformas logísticas. 

La infraestructura inmobiliaria es fundamental dentro de la cadena de suministro actual, porque sirven no solo para su almacenamiento, sino también para que se realicen determinadas operaciones que permiten que los productos estén en el lugar y tiempo requeridos por los demandantes, en las condiciones que los solicitan, independientemente desde donde elijan realizar la compra. 

La vinculación de internet a los objetos físicos, conocida como el Internet de las Cosas, IoT, por sus siglas en inglés, Internet of Things, ha permitido la integración de los sistemas de información e infraestructuras, que ha dado paso a la omnicalidad, que permite a los retailers la gestión de los pedidos tanto desde la tienda como desde el almacén, eliminando la distinción entre los dos. 

El Internet de las Cosas puede seguir produciendo cambios en las cadenas de suministro al hacer posible que se puedan rastrear y supervisar el movimiento de las mercancías, facilitando información que permita una mejor asignación de recursos de activos en las operaciones de almacenaje y transporte. 

Internet de las cosas 

En definitiva, se trata de dotar a los objetos de un identificador único, UID, que puede ser un emisor de radio frecuencia de baja potencia, RFID, que emplea Inditex, un código QR, o cualquier otro módulo de los que proporciona la tecnología de sensores, por medio de los cuales se dota a los productos de una dirección IP, como las de los móviles, ordenadores y tabletas.

De esta manera los productos tienen capacidad para obtener información de su entorno y de comunicarse entre sí, haciendo que las cadenas de suministro sean más fiables y eficaces. Su uso permite que las empresas tengan a su disposición mapas más exhaustivos y exactos de sus procesos. Mejorando el conocimiento del tiempo que se emplea en fabricar, almacenar y transportar sus productos, además de poder conocer el estado de los mismos en  tiempo real. 

Se puede identificar y trazar todo el recorrido de una pieza a través de la cadena de montaje, detectando retrasos y posibles mejoras.

Cisco calcula que el 25% del valor generado por el IoT estará relacionado con la Logística y que en la próxima década alcanzará los 1,9 billones de dólares. Si bien la adaptación al IoT requerirá fuertes inversiones por parte de las empresas, pero ofrecerá mayor y mejor servicio a los clientes. 

El beneficio para la última milla 

Entre las dificultades habituales para realizar entregas a particulares, la más importante es saber si el destinatario está en su casa. Este problema puede tratar de resolverse con soluciones que indiquen automáticamente al transportista si la persona ha salido de su casa o mediante sistemas que informen al destinatario de la hora aproximada de entrega, teniendo en cuenta el reparto asignado, su ubicación e incluso el estado del tráfico en ese momento, para que pueda avisar de si va a estar disponible o no.

Incluso se podría habilitar el acceso controlado de los repartidores a algunas zonas en ausencia del dueño. Bien podría ser el acceso mediante código a algún armario exterior para entregas.

Los buzones inteligentes también son una opción que se ha empezado a manejar. Estos buzones inteligentes podrían servir tanto para las entregas como para los envíos. Al notar peso, solicitarían inmediatamente una recogida, mientras que en las recepciones podrían avisar si el peso y dimensiones no corresponden con el bulto esperado, de si ha habido aperturas no permitidas del propio buzón o de si no hay espacio para ejecutar la entrega. 

Las posibilidades del Internet de las Cosas en la logística son casi infinitas. Si bien en varios casos se basan en ideas ya existentes, como la trazabilidad, su implantación masiva y la profundización en la variedad y precisión de los datos recibidos suponen un salto de nivel cualitativo.

La cadena de suministro extendida con la impresión 3D 

Las innovaciones tecnológicas como la impresión 3D están revolucionando la industria tradicional y redefiniendo la noción actual de la cadena de suministro. Al reunir la fabricación y la logística bajo demanda, en la cadena de suministro extendida, se puede realizar una fabricación digital directa y una red industrial de fabricación bajo demanda que conecte desde la planta de fabricación a la casa del cliente.  

La asociación entre las empresas productoras con los proveedores de logística que ofrecen impresión 3D, permite la rápida producción de piezas sensibles al tiempo, aumentar las opciones de personalización y reducir simultáneamente los plazos de entrega al cliente, con el consiguiente ahorro de los costes de almacenaje. 

Los servicios de producción directa personalizada y los de posposición de productos, ambos impulsados por la demanda de productos personalizados por los clientes, podrían ver la fabricación y el ensamblaje divididos en etapas, con impresoras ubicadas a nivel regional o local involucradas en la producción final. Ambos requerirían estrategias de la cadena de suministro completamente nuevas.

Esto sería de gran valor para los sectores de la energía, la ingeniería y la fabricación, y también podría mejorar las operaciones de reparación en garantía en el sector del consumo. Las piezas de  repuesto bajo demanda podrían involucrar a las empresas de logística en la cadena de suministro de una manera nueva y revolucionaria, imprimiendo las piezas en ruta para entregarlas al cliente. A medida que los fabricantes adapten sus procesos de producción, se crearán nuevas oportunidades y desafíos para la cadena de suministro. 

La transformación de las funciones en la nave 

El almacén es también uno de los grandes beneficiados y la variedad de usos y aplicaciones parece ilimitada. Las estanterías equipadas con sensores de peso y dimensiones pueden avisar si el palet que se acaba de colocar en una ubicación no corresponde con el que, teóricamente, iba a albergar. O de si la colocación por parte del operario no ha sido correcta y ha de moverse en alguna dirección, o de si corre peligro de caída.

Del mismo modo, las carretillas pueden estar equipadas con sistemas de prevención de accidentes, avisando o deteniendo el vehículo ante la proximidad de objetos o personas. O encender y apagar las luces dependiendo de las condiciones visuales del almacén. También se puede optimizar su recorrido, ahorrando metros y por tanto coste, así como obtener datos sobre su rendimiento y la optimización de las ubicaciones de almacenamiento, según el nivel de rotación. 

Un almacén puede tener previsto los lugares de ubicación de los palets que vaya a recibir de diversos camiones atendiendo a su hora de llegada, el tipo de mercancía, su volumen y su peso. Sin que hayan llegado siquiera a su nave y todo ello automatizado. 

Pero, el cambio que se avecina deriva de la combinación de tres tecnologías: Impresión 3D, la robótica avanzada y la Inteligencia Artificial. La logística del futuro podría encargarse más de enviar archivos de datos que productos. 

De esta manera, una nave logística podría almacenar en sus estanterías materias primas en lugar de productos terminados y tener en sus pasillos impresoras 3D. 

El ecommerce como gran disruptor de la logística 

El aumento exponencial a escala global de las compras a través de internet, obliga a las empresas vendedoras y logísticas a adaptar sus cadenas de suministro a un tipo de operaciones distintas a las que venían efectuando.

La facturación del comercio electrónico en España alcanzó en el tercer trimestre de 2016 la cifra récord de 6.166,8 millones de euros, lo que supone un 16,3% más que los 5.302,7 millones de euros que ingresó en el mismo periodo del año precedente, según los últimos datos ofrecidos por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). 

En comparación con el trimestre anterior, las ventas del comercio electrónico se incrementaron un 3,7%, ya que su cifra de negocio en el periodo comprendido entre abril y junio alcanzó los 5.948 millones de euros. 

Si bien el 28% de este comercio lo representan las agencias de viaje y operadores turísticos que no precisan de la función logística a la que nos estamos refiriendo. 

Por su parte, el número de transacciones registradas en el tercer trimestre de 2016 alcanzó los 97,7 millones de operaciones, lo que representa una subida del 32,7% respecto a los 73,6 millones del mismo periodo del año anterior. En este contexto, el marketing directo y la venta de discos, libros, periódicos y papelería lideran el ranking por compraventas, con un 8,2% y un 7,1%, respectivamente.

En cuanto a la segmentación geográfica, las páginas web de comercio electrónico en España acumularon el 57,3% de los ingresos en el tercer trimestre de 2016, de los cuales un 15,9% son procedentes del exterior, mientras que el 42,7% restante correspondía a compras con origen en España a webs en el exterior.

Por gentileza de:
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