Centro logístico de Amazon en San Fernando de Henares
La convergencia del repunte de la economía, el avance tecnológico, y el crecimiento del comercio
electrónico, han dado un fuerte empuje a la actividad logística actual, así como a los espacios que
componen su infraestructura inmobiliaria.
El buen comportamiento de la economía
española, con crecimientos del PIB a ritmo del 3,2%
en el bienio 2015 – 2016, y con una estimación del
2,8 % para el presente ejercicio, según las últimas
previsiones del Banco de España, han generado una
mayor actividad en la práctica totalidad de los
sectores, beneficiando de manera particular al
logístico, si bien más a la de consumo con la
aparición de distintos canales de venta, que a la de
producción.
El valor agregado bruto, VAB, del sector
Transportes y Almacenamiento creció un 5% en 2015
y un 4,9% en 2016, bastante por encima del resto de
la economía, y la logística alcanzó un peso del 2,9%
en el PIB en 2016, frente al 0,87 % de 2007, según el
Observatorio del Transporte y la Logística del
Ministerio de Fomento.
Las previsiones apuntan a que el sector logístico
seguirá creciendo animado además de por el buen
comportamiento de la economía, impulsada por la
producción, consumo, empleo, importaciones/ex
portaciones y turismo, por los cambios que se están
introduciendo en la cadena de suministro derivados
de los avances tecnológicos, principalmente los que afectan a la Conectividad, el Internet de las Cosas y
Big Data. Asimismo, con innovaciones como robots,
drones, inteligencia artificial o las impresoras 3D,
que impulsarán grandes cambios en los procesos de
producción y de la logística.
Además, las tendencias globales hacia la
urbanización y la sostenibilidad afectarán al sector
logístico y los operadores ya están tomando medidas
y aplicando criterios de sostenibilidad en el desarrollo
de sus plataformas logísticas.
La infraestructura inmobiliaria es fundamental
dentro de la cadena de suministro actual, porque
sirven no solo para su almacenamiento, sino también
para que se realicen determinadas operaciones que
permiten que los productos estén en el lugar y tiempo
requeridos por los demandantes, en las condiciones
que los solicitan, independientemente desde donde
elijan realizar la compra.
La vinculación de internet a los objetos físicos,
conocida como el Internet de las Cosas, IoT, por sus
siglas en inglés, Internet of Things, ha permitido la
integración de los sistemas de información e
infraestructuras, que ha dado paso a la omnicalidad,
que permite a los retailers la gestión de los pedidos
tanto desde la tienda como desde el almacén,
eliminando la distinción entre los dos.
El Internet de las Cosas puede seguir
produciendo cambios en las cadenas de suministro al
hacer posible que se puedan rastrear y supervisar el
movimiento de las mercancías, facilitando
información que permita una mejor asignación de
recursos de activos en las operaciones de almacenaje
y transporte.
Internet de las cosas
En definitiva, se trata de dotar a los objetos de
un identificador único, UID, que puede ser un emisor de radio frecuencia de baja potencia, RFID, que
emplea Inditex, un código QR, o cualquier otro
módulo de los que proporciona la tecnología de
sensores, por medio de los cuales se dota a los
productos de una dirección IP, como las de los
móviles, ordenadores y tabletas.
De esta manera los productos tienen capacidad
para obtener información de su entorno y de
comunicarse entre sí, haciendo que las cadenas de
suministro sean más fiables y eficaces. Su uso
permite que las empresas tengan a su disposición
mapas más exhaustivos y exactos de sus procesos.
Mejorando el conocimiento del tiempo que se emplea
en fabricar, almacenar y transportar sus productos,
además de poder conocer el estado de los mismos en tiempo real.
Se puede identificar y trazar todo el
recorrido de una pieza a través de la cadena de
montaje, detectando retrasos y posibles mejoras.
Cisco calcula que el 25% del valor generado por
el IoT estará relacionado con la Logística y que en la
próxima década alcanzará los 1,9 billones de dólares.
Si bien la adaptación al IoT requerirá fuertes
inversiones por parte de las empresas, pero ofrecerá
mayor y mejor servicio a los clientes.
El beneficio para la última milla
Entre las dificultades habituales para realizar
entregas a particulares, la más importante es saber si
el destinatario está en su casa. Este problema puede
tratar de resolverse con soluciones que indiquen
automáticamente al transportista si la persona ha
salido de su casa o mediante sistemas que informen
al destinatario de la hora aproximada de entrega,
teniendo en cuenta el reparto asignado, su ubicación
e incluso el estado del tráfico en ese momento, para
que pueda avisar de si va a estar disponible o no.
Incluso se podría habilitar el acceso controlado
de los repartidores a algunas zonas en ausencia del
dueño. Bien podría ser el acceso mediante código a
algún armario exterior para entregas.
Los buzones inteligentes también son una opción
que se ha empezado a manejar. Estos buzones
inteligentes podrían servir tanto para las entregas
como para los envíos. Al notar peso, solicitarían
inmediatamente una recogida, mientras que en las
recepciones podrían avisar si el peso y dimensiones
no corresponden con el bulto esperado, de si ha
habido aperturas no permitidas del propio buzón o de
si no hay espacio para ejecutar la entrega.
Las posibilidades del Internet de las Cosas en la
logística son casi infinitas. Si bien en varios casos se
basan en ideas ya existentes, como la trazabilidad, su
implantación masiva y la profundización en la
variedad y precisión de los datos recibidos suponen
un salto de nivel cualitativo.
La cadena de suministro extendida con la
impresión 3D
Las innovaciones tecnológicas como la impresión
3D están revolucionando la industria tradicional y
redefiniendo la noción actual de la cadena de
suministro. Al reunir la fabricación y la logística bajo
demanda, en la cadena de suministro extendida, se
puede realizar una fabricación digital directa y una
red industrial de fabricación bajo demanda que
conecte desde la planta de fabricación a la casa del cliente.
La asociación entre las empresas productoras
con los proveedores de logística que ofrecen
impresión 3D, permite la rápida producción de piezas
sensibles al tiempo, aumentar las opciones de
personalización y reducir simultáneamente los plazos
de entrega al cliente, con el consiguiente ahorro de
los costes de almacenaje.
Los servicios de producción directa
personalizada y los de posposición de productos,
ambos impulsados por la demanda de productos
personalizados por los clientes, podrían ver la
fabricación y el ensamblaje divididos en etapas, con
impresoras ubicadas a nivel regional o local
involucradas en la producción final. Ambos
requerirían estrategias de la cadena de suministro
completamente nuevas.
Esto sería de gran valor para los sectores de la
energía, la ingeniería y la fabricación, y también
podría mejorar las operaciones de reparación en
garantía en el sector del consumo. Las piezas de repuesto bajo demanda podrían involucrar a las
empresas de logística en la cadena de suministro de
una manera nueva y revolucionaria, imprimiendo las
piezas en ruta para entregarlas al cliente. A medida
que los fabricantes adapten sus procesos de
producción, se crearán nuevas oportunidades y
desafíos para la cadena de suministro.
La transformación de las funciones en la nave
El almacén es también uno de los grandes
beneficiados y la variedad de usos y aplicaciones
parece ilimitada. Las estanterías equipadas con
sensores de peso y dimensiones pueden avisar si el
palet que se acaba de colocar en una ubicación no
corresponde con el que, teóricamente, iba a albergar.
O de si la colocación por parte del operario no ha sido
correcta y ha de moverse en alguna dirección, o de si
corre peligro de caída.
Del mismo modo, las carretillas pueden estar
equipadas con sistemas de prevención de accidentes,
avisando o deteniendo el vehículo ante la proximidad
de objetos o personas. O encender y apagar las luces
dependiendo de las condiciones visuales del almacén.
También se puede optimizar su recorrido, ahorrando
metros y por tanto coste, así como obtener datos
sobre su rendimiento y la optimización de las
ubicaciones de almacenamiento, según el nivel de
rotación.
Un almacén puede tener previsto los lugares de
ubicación de los palets que vaya a recibir de diversos
camiones atendiendo a su hora de llegada, el tipo de
mercancía, su volumen y su peso. Sin que hayan
llegado siquiera a su nave y todo ello automatizado.
Pero, el cambio que se avecina deriva de la
combinación de tres tecnologías: Impresión 3D, la
robótica avanzada y la Inteligencia Artificial. La
logística del futuro podría encargarse más de enviar
archivos de datos que productos.
De esta manera, una nave logística podría almacenar en sus estanterías materias primas en lugar de productos terminados y tener en sus pasillos impresoras 3D.
El ecommerce como gran disruptor de la
logística
El aumento exponencial a escala global de las
compras a través de internet, obliga a las empresas
vendedoras y logísticas a adaptar sus cadenas de
suministro a un tipo de operaciones distintas a las
que venían efectuando.
La facturación del comercio electrónico en
España alcanzó en el tercer trimestre de 2016 la cifra
récord de 6.166,8 millones de euros, lo que supone un
16,3% más que los 5.302,7 millones de euros que
ingresó en el mismo periodo del año precedente,
según los últimos datos ofrecidos por la Comisión
Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
En comparación con el trimestre anterior, las
ventas del comercio electrónico se incrementaron un
3,7%, ya que su cifra de negocio en el periodo
comprendido entre abril y junio alcanzó los 5.948
millones de euros.
Si bien el 28% de este comercio lo representan
las agencias de viaje y operadores turísticos que no
precisan de la función logística a la que nos estamos
refiriendo.
Por su parte, el número de transacciones
registradas en el tercer trimestre de 2016 alcanzó los
97,7 millones de operaciones, lo que representa una
subida del 32,7% respecto a los 73,6 millones del
mismo periodo del año anterior. En este contexto, el
marketing directo y la venta de discos, libros,
periódicos y papelería lideran el ranking por
compraventas, con un 8,2% y un 7,1%,
respectivamente.
En cuanto a la segmentación geográfica, las
páginas web de comercio electrónico en España
acumularon el 57,3% de los ingresos en el tercer
trimestre de 2016, de los cuales un 15,9% son
procedentes del exterior, mientras que el 42,7%
restante correspondía a compras con origen en
España a webs en el exterior.
Por gentileza de:
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