La existencia de ofertas invisibles implica un obstáculo para acceder a ciertas posiciones. La importancia creciente de nuestra red de contactos determina las estrategias de búsqueda de empleo y exige nuevas soluciones.
En el escenario laboral actual, el 80% de las ofertas de empleo son invisibles. Esto significa que los cauces tradicionales para saber siquiera que existen no sirven de nada. Si esto es cierto, y el networking bien armado se convierte en la mejor baza para conseguir un trabajo, cabe preguntarse qué pasa con las demás estrategias de búsqueda de empleo, sean tradicionales o novedosas y rompedoras.
La preeminencia de los contactos y la existencia de un mercado oculto de ofertas harían que cualquier recomendación sobre la mejor manera de encontrar un puesto de trabajo chocara con el hecho de que pueda haber grupos cerrados de candidatos, una especie de elite en la que figuran aquellos que están superrelacionados y que van rotando de empresa en empresa.
Pablo Urquijo, director general de Experis, no cree que exista un porcentaje tan elevado de ofertas invisibles: "Creo que la mayoría de ofertas sí se conocen, aunque siempre va a haber un mercado oculto, porque siempre habrá ofertas que dependan de la confidencialidad y la confianza".
Hay posiciones que no se hacen públicas porque se trata de puestos
que requieren una confianza especial
María José Martín añade que siempre ha habido mercado oculto, porque puede haber posiciones que no se sacan al exterior si se trata de puestos que requieren una confianza especial.
Silvia Leal, mentora de Human Age Institute, también duda de que el mercado oculto pueda alcanzar el 80% de las ofertas, y asegura que "aunque fuera un 50%, tendríamos menos posibilidades, pero seguiría habiendo ofertas. Sean muchas o pocas, hay que seguir buscando, y esto exige más tiempo de dedicación y de preparación".
José María Gasalla, profesor y conferenciante, también cree que las referencias siguen teniendo mucho peso en los procesos de selección.
Para sobreponerse a estas dificultades, los expertos recomiendan tener muy claro cuál es nuestra marca personal, conociendo los sectores en los que queremos trabajar; quién es quién y cuál es la situación de las compañías que operan en un sector determinado. Conviene hacer una labor de investigación previa sobre la metodología de reclutamiento de las empresas, y conocer la segmentación de los cazatalentos que hacen búsquedas en las que estés interesado.
Puede que las ofertas no sean visibles, pero existen, y la red de contactos -de confianza y sostenible en el tiempo- es la mejor manera de obtenerlas. No se trata de simples enchufes, sino de personas que conocemos y que se mueven por enriquecimiento mutuo. Debe tener muy claro qué es lo que quiere que recuerden de usted, recordando que esa red no es para pedir empleo sino consejo.
Los nuevos 'agentes'
Además de los contactos, hay otros 'agentes' novedosos:
- "Cazatalentos personales". Aparecen plataformas, como es el caso de Boon, donde las compañías pueden colgar ofertas de trabajo y a las que pueden acudir particulares para hacer referencias de amigos o conocidos que podrían ser candidatos ideales para ese puesto. Si el candidato es elegido por la compañía, quien le ha recomendado puede recibir una recompensa por la referencia exitosa. Se trata de cazatalentos personales que ya están integrados en el negocio de la selección.
- "Tuneado profesional". Hay un grupo selecto de candidatos que tienen más posibilidades para acceder a un puesto: son aquellos que han accedido a una especie de reciclaje profesional (un barnizado de capacitación), que brindan cada vez más agentes en el negocio del reclutamiento. Se trata de un tuneado formativo para que los candidatos se adecuen a las exigencias y de las compañías.
Tino Fernández
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