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sábado, 24 de febrero de 2018

EL DIAGNÓSTICO A LA EMPRESA (1)



Un servicio poco conocido en España

Los Estados Unidos son, sin duda, la economía más desarrollada de Occidente y alli, precisamente, es donde más brilla la vitalidad y dinamísmo de la pequeña y mediana empresa. Algunas multinacionales superconocidas hoy eran pequeñas empresas hace tan sólo cincuenta años. El empresario estadounidense no suele dejar como coto de la gran empresa aquellos productos o servicios que considera válidos y fructiferos para él y su empresa, independientemente de su dimensión.

En 1975 empieza a ser conocido en España el servicio de diagnóstico a la empresa, también llamado chequeo o análisis. Actualmente existen una serie de circunstancias que impiden contratar este tipo de trabajos en las pymes. El empresario, equivocadamente, suele considerar muy dificil que un profesional externo pueda llegar a descubrir puntos débiles o fuertes de su empresa que él desconozca. Tampoco es amigo de abrir a terceros las puertas de su negocio, y guarda suspicacias respecto a la potencial filtración de estas informaciones a los bancos, la competencia o en sus relaciones con el Fisco. Por último, sus dudas respecto a la rentabilidad que vaya a producir el coste del análisis también constituye un freno a su contratación.

Pese a los inconvenientes apuntados, existen una serie de razones objetivas que sugieren beneficios a la empresa con un análisis realizado por profesionales externos. Entre los motivos que nacen de las dificultades pueden figurar las crisis de las finanzas, en las ventas o en la fabricación; las posibles diferencias de criterios entre socios o el alto en el camino para replegarse o ser absorbido. Por el contrario, otros aspectos positivos, dinámicos, también pueden converger en la conveniencia de un análisis, tales como el lanzamiento de nuevos productos, la apertura de nuevos mercados, los aumentos continuados en las ventas, o el intento de consolidación de las actividades actuales, antes de entrar en nuevos planes estratégicos.

Cuando en el IEGE realizamos un análisis integral a una empresa no se trata de auditar sus cuentas. No es una mentalidad contable la que puede dirigir este tipo de trabajo. El chequeo global implica analizar el área comercial, desde las cifras de venta hasta el registro de marcas, pasando por las características de la red comercial, analizar los procesos productivos, desde las instalaciones y capacidad de producción hasta los controles de costes y calidad; el área administrativa y financiera, desde los sistemas contables hasta el análisis de las cuentas de resultados y los balances. Ese diagnóstico global tampoco puede olvidarse de los recursos humanos y la calidad de la gestión del equipo directivo.

Las conclusiones obtenidas por un buen trabajo de análisis podrán permitir al empresario contrastar su opinión subjetiva con profesionales externos, lo cual implica que existan divergencias iniciales o finales. Se supone que el análisis debe aportar objetividad, dado que sus conclusiones no están comprometidas por limitaciones de funcionamiento o intereses internos. También el análisis aporta una nueva panorámica y contemplan el bosque y los árboles. El analista habrá tenido oportunidad de conocer empresas y sectores, lo cual enriquece su perspectiva. Por último, la realización de un análsis puede ser un revulsivo eficaz que reactive el espíritu y las responsabilidades de las personas que dirigen la empresa.

Pedro Rubio Domínguez
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Por gentileza de:

INSTITUTO EUROPEO DE GESTIÓN EMPRESARIAL
Formación & Consultoría
Dpto. de Análisis y Activación  de Empresas
Madrid/España
iege.formacionyconsultoria@gmail.com
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