Existen muchas formas para definir lo que queremos
decir con el término "organización".
Si reflexionamos sobre el mundo que nos rodea, veremos que la mayoría de los
seres vivos se encuentran agrupados, realizando cada uno de ellos sus
actividades cotidianas para su supervivencia.
Si observamos detenidamente a las hormigas veremos un
modelo de comportamiento cooperativo con una clara definición de las funciones:
parte de la población se dedica a construir y reparar el hormiguero; otras
recogen materiales y otras protegen al resto. Cuando se trata de trasladar una
carga pesada o difícil las hormigas trabajan en equipo y cada una de ellas
presta la fuerza necesaria.
Al contrario de los seres humanos, las hormigas poseen
un fuerte instinto colectivo para sobrevivir. Si las personas actúan con un
cierto grado de cooperación hacia una meta común, precisarán que alguien les
dirija.
Es por ello por lo que las organizaciones humanas tienen las
siguientes características:
- Son grupos o combinación de grupos de personas, específicamente diseñados y ejercitados para conseguir una serie de objetivos.
- Generalmente los objetivos de la organización lo conocen todos los componentes de esta.
- Los criterios básicos de una organización son las ideas del conjunto y no las individualidades; la organización dispone de un mayor grado de continuidad. Esto significa que cuando alguien se marcha, y entra otra nueva, los trabajos siguen siendo prácticamente los mismos.
- Dentro de la empresa existen un marco de reglas y procedimientos que sirven para dirigir las actividades de las personas que trabajan en ella.
La organización eficiente
Para sobrevivir en un mercado de competencia perfecta, una
empresa debe lograr al menos las siguientes condiciones:
Si el diseño de la estructura minimiza los conflictos y evitan las tareas reiterativas o repetitivas, se podrá potenciar al máximo el tiempo y dedicación de los trabajadores.
- La calidad de sus productos y/o servicios debe permanecer inalterable. Este nivel permitirá al cliente determinar el nivel de excelencia y cubrirá sus expectativas.
- La empresa debe gestionar estas expectativas, reduciendo en lo posible la diferencia entre la realidad del producto y/o servicio y lo que espera el cliente.
- El cliente es el único juez de la calidad y sus consejos, por tanto, son fundamentales.
- La empresa debe previamente conseguir los acuerdos necesarios entre el personal y la dirección, para que las cosas ocurran como las hemos descrito anteriormente.
- El hecho de que la calidad sea, en parte, subjetiva, no impide que se deban definir normas precisas.
- Los costes para alcanzar todas estas condiciones deben ser mínimos y la empresa debe funcionar con la mayor autonomía financiera.
Si el diseño de la estructura minimiza los conflictos y evitan las tareas reiterativas o repetitivas, se podrá potenciar al máximo el tiempo y dedicación de los trabajadores.
Este diseño deberá contener los
elementos de control que asegure que todas las acciones se concreticen en
rendimiento real y efectivo, y cubra las expectativas de la dirección en cuanto
a sus políticas presupuestarias para no extralimitarse de los mismos, al mismo
tiempo que garantice el control y evaluación permanente de todos los servicios.
Esta estructura debe garantizar o disponer del grado de
información necesario para quienes trabajan en ella. El departamento de
Marketing requiere información sobre las condiciones y evolución de los
mercados. Sobre como funciona la competencia, si están o no satisfechos
nuestros clientes.
Otras informaciones serán también importantes para los
departamentos de producción, investigación, desarrollo e innovación, etc.
A través de la estructura de la organización deberemos
detectar los problemas y cómo afrontarlos. El diseño de la organización
permitirá conocer en cada momento quien tiene la responsabilidad para tomar decisiones
en orden de resolver dichos problemas.
Si el Director de Producción ha asumido la
responsabilidad para decidir lo que hay que comprar, esta decisión no deberá
entrar en conflicto con la política presupuestaria de la empresa en esta
materia. Se deberá determinar a priori la capacidad de independencia de este
responsable, sobre todo para agilizar la gestión.
Si es preciso, autorizar a otros departamentos más pequeños
para realizar aprovisionamientos sin depender exclusivamente de la oficina central
de compras.
En la práctica, una empresa organizada deberá
contemplar una combinación de ambos extremos. En cualquier momento la Dirección
General, según convenga, podrá fomentar la centralización, en tanto que otras
veces tenderá a la descentralización, si la ocasión así lo requiere. ■
Pedro Rubio Domínguez
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