Kristi Hedges, en hbr.org del pasado 12 de septiembre, plantea que muchas organizaciones consideran que el aprendizaje es una actividad extra que hay que ver cómo se encaja independientemente del trabajo habitual. Pero si queremos crear una cultura enfocada en el crecimiento de los profesionales los directivos tienen que hacer que el aprendizaje sea una expectativa y no una opción.
El aprendizaje ayuda a las personas a mantener una perspectiva amplia. Los sociólogos han encontrado que cuando creemos que somos expertos en algo nos volvemos más cerrados de mente y tendemos a desechar las nuevas ideas y perspectivas, por tanto, los directivos deben fomentar el aprendizaje continuo con conductas de apoyo al mismo.
La autora recomienda para ello que éstos:
1.- Actúen como modelo. Deben comenzar por establecer que el aprendizaje supone una oportunidad de crecimiento y no una vía para promoción profesional. Una forma de comenzar a hacerlo consiste en hablar sobre sus propias áreas de crecimiento personal, para que de esta forma se considere aceptable que sus colaboradores también lo hagan. Pueden preguntarse cuáles son las habilidades que debe desarrollar con más urgencia y en cuáles debe crecer más y cómo hacerlo y posteriormente compartir las respuestas con su equipo. Es conveniente, también, que cuando vuelvan de una sesión de aprendizaje compartan los aspectos interesantes que han surgido durante la misma e intentar transmitir el mensaje de que aprender es divertido y que hay que estar abierto a probar nuevos comportamientos.
2.- Celebren el crecimiento y aprendan de los fallos. Carol Dweck y sus colaboradores de la Universidad de Stanford recientemente han publicado el resultado de sus investigaciones en las que mostraban que las personas no sólo tenemos pasiones sino que somos capaces de desarrollarlas. La mejor forma de descubrir aquello con lo que disfrutamos consiste en probar nuevas cosas, aunque éstas sean incómodas o complicadas. Si el líder quiere que su equipo se entusiasme y encuentre su propósito en el trabajo debe animar a sus miembros a que sean curiosos y experimenten.
Un entorno de aprendizaje eficaz celebra el crecimiento por el crecimiento. Una forma de desarrollar este tipo de cultura consiste en reconocer y felicitar cuando los colaboradores progresan en una nueva iniciativa, aunque no haya alcanzado su meta, porque han creado una oportunidad de aprendizaje no sólo para ellos sino para la organización a largo plazo.
También se puede apoyar al aprendizaje no ocultando los fallos y no penalizando por ellos.
3.- Faciliten las actividades de desarrollo. Procurar que no supongan una carga muy gravosa para el que las realiza, aligerando, lo más posible, la carga de trabajo para reducir el estrés y favorecer la atención. Posteriormente fomentar el que los profesionales pongan en práctica y utilicen los conocimientos adquiridos en los proyectos en los que participen para más tarde compartir lo aprendido con el resto del equipo.
4.- Fomenten las nuevas experiencias. Diversas investigaciones muestran que para sentirnos inspirados debemos transcender nuestros pensamientos cotidianos y percibir nuevas o mejores posibilidades. Proyectos multifuncionales, rotaciones por distintos puestos y cambios geográficos son algunas formas de exponer a los profesionales a nuevas experiencias, así como encargos especiales que duran más de un año dan al equipo la posibilidad de contemplar el impacto de sus decisiones. Las nuevas experiencias pueden ser consideradas sobrecogedoras especialmente cuando dominamos los roles que tenemos que desempeñar pero es exactamente por esto por lo que debemos abordar retos no familiares que nos van a ofrecer posteriormente el feedback necesario para aprender.
Isabel Carrasco
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