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sábado, 15 de septiembre de 2018

Se cumplen 10 años de la crisis financiera: lo que nunca pensamos que podía pasar

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COMO COMENZÓ
El 15 de septiembre de 2008 quebró el cuarto banco de inversión más importante de EEUU. Lehman Brothers acumulaba a sus espaldas más de siglo y medio de actividad. Sobrevivió al crack del 29, a la crisis del petróleo y al estallido de la burbuja puntocom, pero su balance no pudo superar el golpe de las hipotecas basura.
La entidad estadounidense se había metido de lleno en el negocio de las hipotecas de alto riesgo, perdió la confianza del mercado y se vio obligado a declararse en quiebra. Su caída arrastró a las bolsas mundiales... Y dio el pistoletazo de salida a una crisis devastadora e internacional.
Unos meses antes del colapso de Lehman, el diario The Economist aventuraba para España un crecimiento sólido, el Gobierno decía que estábamos en la ‘Champions League’ de las economías mundiales, y los bancos seguían prestando dinero al sector privado.
Pero las turbulencias financieras desataron una crisis en cascada: las empresas no podían refinanciarse, despedían trabajadores y los comercios no vendían. La rueda infernal continuó con los impagos de cientos de miles de ciudadanos y empresas que no podían afrontar sus deudas. Y lo que nadie esperaba es que se podrían derrumbar instituciones y creencias que parecían fuertes como rocas.

EL EFECTO DOMINÓ DE LA CAIDA DE LEHMAN BROTKERS
España estaba viviendo un momento económico dulce antes del derrumbe de Lehman Brothers. Nunca pensamos que una crisis pudiera traer consecuencias tan devastadoras, que un sistema sólido podría derrumbarse y que tantas cosas estaban en peligro de desaparecer.  Esta es la lista de aquellas cosas que jamás pensamos que podían suceder:

1. Desaparición de las cajas

Empezó con la intervención de Caja de Castilla-La Mancha en 2009, pero siguieron otras más potentes hasta caer Caja Madrid en 2012, cuando fue nacionalizada con el nombre de Bankia. Si nos hubieran dicho hace 10 años que esta caja madrileña, una de las mayores de España, iba a desaparecer, no nos lo habríamos creído. La inmensa mayoría de las cajas fueron absorbidas por otras instituciones, y casi todas se transformaron en bancos. Han sido unos años de concentración del sector y los últimos ejemplos los han protagonizado la fusión de Bankia y BMN, y la absorción de Popular por parte de Santander

2. El sistema bancario dejó de ser inexpugnable

La banca española (incluyendo las cajas) estaba considerada una de las mejores y más modernas del mundo. Sembraba al país de cajeros y crecía por todas partes. De repente, los banqueros se convirtieron en los enemigos del pueblo. Habían sembrado el país de productos financieros arriesgados como las participaciones preferentes. Habían prestado dinero sin controlar el riesgo. Y, sobre todo, se habían concedido sueldos, dietas e indemnizaciones millonarias. Más de 175 directivos se sentaron en el banquillo y casi la mitad fueron condenados a penas de prisión de 3 meses a 6 años. Según Sabadell, la mitad de las ayudas que se concedieron a la banca son insalvables.

3. Derrumbe inmobiliario

Según Banco Santander, el impacto de la crisis se cifró en un 30% del PIB (300.000 millones de euros) en créditos impagados sobre bancos y cajas. La mayor parte eran créditos hipotecarios. Miles de pisos, casas, oficinas y terrenos quedaron en manos de bancos, que se convirtieron en activos tóxicos. Además, según las cifras oficiales, al menos se produjeron 162.700 desahucios de primera vivienda entre 2008 y 2017. Actualmente los bancos continúan soltando lastre inmobiliario con el objetivo de reducirlo a cenizas próximamente.

4. Colapso del prestigio de España

Las Letras del Tesoro español, antaño tan prestigiosas, llegaron a no valer casi nada. La prima de riesgo alcanzó en pocos meses casi los 700 puntos. España estuvo a punto de quebrar como país emisor, y a pocos metros de entrar en suspensión de pagos, se le concedió ‘in extremis’ un crédito de 100.000 millones de euros para salvar a su sistema financiero. La deuda del Estado pasó del 35% a más del 100% del PIB: más de 1,2 billones de euros.

5. Adiós al trabajo de por vida

En 2009 más de un millón de personas perdió su puesto de trabajo. En 2013 el paro alcanzó su récord histórico: casi el 27% de la población activa, o 6,2 millones de personas. El contrato indefinido no garantizaba nunca más tener trabajo de por vida y los contratos temporales se convirtieron en una fórmula masiva de contratación.

6. No más indemnizaciones de 45 días

El Gobierno de Zapatero cambió las normas laborales para que las empresas pudieran despedir con menos costes. Los jueces ya no decretaban despidos improcedentes, sino procedentes. La indemnización bajó de 45 días por año trabajado, a 33 días, y luego a 20 días.

7. El empleo público dejó de ser una salida

El Estado necesitaba recortar gastos, y se congeló la oferta de empleo público. Peor aún: miles de interinos, que hacían sustituciones en las administraciones casi de por vida, fueron despedidos.

8. Las pensiones, en la cuerda floja

El sueño de muchos trabajadores era alcanzar la edad de jubilación y retirarse con una pensión. En 2010 fueron congeladas por el gobierno socialista. Luego, con el PP se aumentó el número de años para cobrar el 100%. Ahora, se pone en duda todo el sistema de pensiones, las jóvenes generaciones no saben si van a cobrarlas y está pendiente alcanzar la fórmula que garantice su sostenibilidad.

9. El autoempleo no es tan bonito

Nos decían que el empleo autónomo era cosa de pioneros y temerarios. Pero esta fórmula fue la que tuvieron que escoger muchos trabajadores para seguir trabajando para su antigua empresa, pero desde fuera: pagándose ellos la Seguridad Social y los gastos corrientes. Se les llama “falsos autónomos” y se calcula que en España puede haber más de 200.000 afectados.

10. El Banco de España, en duda

El Banco de España era puesto como modelo en todo el mundo por su seriedad y su control. En la crisis, se demostró que no pudo dominar las “armas financieras de destrucción masiva” que emitían los bancos, es decir, los productos financieros sofisticados como los CDS que nadie entendía, ni siquiera, como reconoció un gobernador, el propio banco central. Tampoco pudo poner coto a las sociedades de tasación que, controladas por los grandes bancos, tasaban los pisos por encima de su valor para conceder más créditos, por mayor volumen y ganar más dinero. El Banco de España no midió el riesgo.

11. Las agencias de rating, vapuleadas

Son las empresas encargadas de calificar la solvencia de las entidades financieras. Pero ¿qué credibilidad puede tener una empresa que tiene que juzgar a quien le paga? Salieron informes y correos electrónicos que demostraban cómo Moody’s, Fitch, y Standard & Poor’s desfiguraban sus informes y omitían información relevante de sus clientes.

12. El capitalismo, cuestionado

La crisis no acabó con el capitalismo ni la libertad de mercado. Pero sí sirvió para denunciar sus excesos como los altos salarios de los ejecutivos ligados al valor de las acciones, y sus decisiones llenas de codicia. De hecho, los gobiernos nacionalizaron empresas en EEUU y en Europa, y se tuvo que establecer un férreo control sobre determinados comportamientos como las ventas a corto, técnica que apuesta a que caiga el precio de las acciones para ganar dinero, como revelaban las películas ‘Margin call’ o ‘The big short’.

CAMBIOS EN LA POLITICA EN ESPAÑA
Las consecuencias de la crisis también se dejaron sentir en la política. España ha dicho adiós al bipartidismo para dar representación parlamentaria a un amplio abanico de formaciones. Las elecciones generales de noviembre de 2011 fueron las últimas en las que un partido consiguió mayoría absoluta. En estos años han cogido fuerza los partidos que promueven ideas populistas, se han tenido que repetir los comicios y ha salido adelante una moción de censura que ha traído consigo un cambio de Gobierno.

Punto de partida

En mayo de 2011 empezó el principio del fin del bipartidismo. En aquel mes, justo un año después de que el Gobierno de Zapatero anunciara una batería de medidas para paliar los efectos de la crisis (recortó el salario de los funcionarios, congeló las pensiones de 2011, redujo el gasto para dependencia y eliminó el 'cheque-bebé, entre otras cosas), nació un movimiento ciudadano que se conoce como el 15-M. Su nombre se debe a que el movimiento surgió a raíz de las manifestaciones convocadas por diversos colectivos en la Puerta del Sol de Madrid el 15 de mayo de 2011, entre ellos algunas plataformas antidesahucios. Unas protestas que vinieron secundadas por acampadas masivas. Las movilizaciones no solo querían luchar contra el bipartidismo, sino que también incluyó a la banca, a los lobbies empresariales y a otras instituciones en la lista de ‘enemigos’.
Durante varios meses hubo muchos momentos de tensión social y no solo en España. En otras partes del mundo surgieron secuelas del 15-M; una de las más conocidas fue ‘Occupy Wall Street’ en Nueva York, cuya actividad arrancó en septiembre de 2011.

Momento más crítico

Fueron meses de tensión social que desembocó en la aparición del partido Podemos, una formación de extrema izquierda que aprovechó el momento para entrar en el Parlamento y que tiene como líder a Pablo Iglesias. Nació en primavera de 2014 y ya se hizo un hueco en las instituciones en las elecciones municipales y autonómicas de 2015. También logró más de 5 millones de votos en los últimos comicios generales (junio de 2016, tras la imposibilidad de formar Gobierno con el resultado electoral de diciembre de 2015), siendo el tercer partido más votado. Podemos y sus facciones están al frente de los principales ayuntamientos del país; entre ellos, los de Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza.
Pero Podemos no ha sido el único partido político que ha prosperado en los últimos años:Ciudadanos, un partido que nació en Barcelona en 2006 y cuyo líder es Albert Rivera, también ha llegado a ayuntamientos, autonomías y al Congreso y actualmente es la cuarta formación con más diputados. VOX es otro partido que nació en 2014, aunque de momento esta formación de derechas no tiene representación parlamentaria.
Y si hablamos de política no podemos olvidarnos del resurgir independentista en Cataluña, que ha sido uno de los temas más candentes del último año. En menos de un año se ha celebrado un referéndum ilegal sobre la independencia de la región del resto de España, ha habido detenciones y encarcelaciones de algunos políticos catalanes, se han producido varios exilios del país (entre ellos el de Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat), se ha activado el artículo 155 de la Constitución para suspender de forma temporal la autonomía y dar las riendas de la gestión al Gobierno central, y se han tenido que convocar elecciones autonómicas. Unos comicios en los que venció Ciudadanos en votos, pero que se han saldado con la vuelta al poder de los independentistas.

Nivel actual

Está siendo un año de cambios en política. En junio prosperó la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy, lo que ha terminado con casi siete años con el PP en el poder para devolver el poder al PSOE, mientras que el PP (el partido con más diputados) tiene como nuevo líder a Pablo Casado. Y el cambio se ha producido en un momento complicado. Con tantas formaciones, el Gobierno necesita pactar con la oposición para sacar adelante las medidas o aprobarlas vía decreto. De momento, la parálisis está provocando el retraso en la aprobación de leyes tan importantes como la nueva normativa hipotecaria (que lleva dos años y medio de retraso y para la que Bruselas exige una aprobación inmediata) o los Presupuestos Generales del Estado de 2019. Son dos de los retos económicos que debe asumir el nuevo Ejecutivo en este nuevo curso parlamentario.

Previsiones

El año que viene habrá elecciones municipales y autonómicas, mientras que las generales se convocarán en 2020 si el Gobierno no decide adelantarlas. Las últimas encuestas sitúan al PSOE a la cabeza de la lista en intención de voto, aunque su ventaja respecto al PP es mínima. Ciudadanos es el tercer partido, seguido de Podemos.
A la espera de que se vayan acercando las llamadas a las urnas, todo apunta a que las negociaciones entre partidos de diferente visión política y la aprobación de leyes vía decretos serán una constante en los próximos meses. También se espera que continúe la tensión por Cataluña, sobre todo ahora que se acerca el primer aniversario del referéndum del 1 de octubre.
Por gentileza de:
idealista/news
Puede ver el informe completo en el siguiente link:
https://www.idealista.com/news/finanzas/economia/2018/09/12/768171 
(copie y pegue en el navegador)
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