Los efectos de la crisis financiera que sufren la mayoría de países en la actualidad, están teniendo repercusiones negativas en áreas en las que normalmente no solemos prestar demasiada atención, como por ejemplo, las relaciones entre empleados.
La inseguridad laboral y la posibilidad de perder la fuente principal de ingresos, hacen que los empleados se sientan fácilmente amenazados por otros compañeros de trabajo. La gente está menos dispuesta a compartir información o conocimientos, pues quiere proteger a toda costa cualquier habilidad que le de ventaja por encima de otros compañeros. Al sentirse más vulnerable, tus trabajadores mostrarán una tendencia más marcada a verse mucho más afectados por cualquier comentario que bajo otro tipo de circunstancias más relajadas.
Un equipo de trabajo que se siente amenazado, acabará por socavar la innovación de tu empresa y afectar negativamente a la rentabilidad de tu negocio. Por lo tanto, en tiempos como estos, merece la pena que dediques un esfuerzo adicional a asegurarte que los trabajadores que puedan sentirse amenazados por la posibilidad de la pérdida de empleo, se sientan más seguros y no propaguen el malestar y el conflicto.
¿Cómo? Aquí tienes algunos consejos.
Diseña o revisa tu política de comunicación entre empleados
El propósito de la política de comunicación de tu empresa debe ser principalmente el crear un ambiente afable que ayude a tus trabajadores a hacer que la empresa funcione tan eficaz, creativa y productivamente como sea posible. Por lo tanto, la cortesía, el tacto, el respeto y la consideración hacia los otros deben ser sus elementos centrales, y deben guiar las interacciones de los empleados en todo momento.
Así que, si tienes un política de comunicación actual, plantéate si cubre los posibles problemas que puedan surgir en circunstancias especiales como estas: ¿favorece la transparencia y las relaciones positivas? o ¿promueve la culpa y el conflicto?
Y cuando concretes los últimos detalles, compártela, discútela, impártela, imprímela y cuélgala en las paredes de tu oficina o envíala a tus empleados a menudo por correo electrónico. Asegúrate de que todo el mundo sepa que existe y que entienda las reglas básicas de las relaciones entre trabajadores.
Sobre todo, recuérdales que deben mantener relaciones de trabajo profesionales, de lo contrario, si permiten que se involucren sus emociones personales, les será mucho más difícil alejarse de cualquier problema que se plantee con otra persona en la empresa.
Tranquilízales personalmente
Asegúrales que aprecias la labor que hacen. Siéntate con ellos, cara a cara, dedícales un tiempo especial, y hazles saber por qué les valoras y qué es lo que les hace diferente, en qué contribuye su trabajo al buen funcionamiento de la empresa y a crear un entorno positivo de trabajo. Hazles sentir que ellos, y solo ellos, y el papel que desempeñan, son importantes y no pueden ser sustituidos por nadie más.
Actividades para incentivar buenas relaciones entre los miembros de un equipo
¿Por qué no organizar una serie de actividades para incentivar a tus equipos? No tienen porque hacer saltar la banca y te servirán para recordarles a tus trabajadores que:
- Incluso si el mundo exterior parece que se esté hundiendo, las personas con las que trabajan en la empresa siguen siendo las mismas con las que solía llevarse bien un año antes de todo este caos financiero.
- Sí, hay más incertidumbre, es más difícil conseguir una mejora en la empresa o un aumento, pero no vale la pena someterse al martirio de un rutina diaria de constante agravación y desconfianza.
- Tenemos que aprender a apreciar lo que tenemos en nuestras manos en estos momentos y disfrutar de ello mientras dure.
Gestión de conflictos
Desafortunadamente, a veces, y pesar de toda tu buena voluntad y la información y la confianza que puedas difundir, las relaciones sufren un deterioro tal que las hace llegar a un punto del cual es muy difícil regresar sin ayuda. Si sucede esto, y ambas partes pierden su estabilidad emocional, ten presente que el conflicto tiende a escalar rápidamente. Es el momento de dar un paso atrás e iniciar una conversación entre ambas partes para evitar que la relación acabe por desmoronarse rápidamente. Hay que curar y restaurar.
He aquí algunas simples sugerencias que pueden ayudarte a disminuir las tensiones:
- Fomenta la comunicación abierta entre todas las partes para que consigan superar estos momentos difíciles.
- Si alguien no está dispuesto a hablar, dales algo de tiempo y espacio.
- Facilita el diálogo: Haz que los que estén involucrados en la relación y en la disputa consigan ver el punto de vista de los demás de manera neutral, sin implicarse subjetivamente.
- Desalentar cualquier actitud que fomente la "culpabilidad" de una u otra parte. En su lugar, promueve una solución que esté orientada a alcanzar el objetivo principal, y que proporcione una resolución positiva para ambas partes.
- Recuérdales que una comunicación exitosa no es la que gana un argumento, sino la que consigue elaborar, de manera sosegada y pacífica, un plan de acción que les ayude a superar el conflicto en el que se encuentran.
- Ayúdales a aceptar su propia responsabilidad, recuérdales que posiblemente se les pida hacer concesiones, y guíales por el camino que les lleve a la formulación de un plan de ataque que restaure la relación.
Con suerte, los tiempos difíciles pasarán, las tensiones se disiparán y las relaciones se curarán. Dale a tus empleados la oportunidad de volver a centrarse de nuevo, que puedan volver a su comportamiento normal, que reconozcan que ha habido un bache en el camino, pero que deben seguir adelante, preferentemente sin mirar al pasado.
Pero si la crisis persiste y se cierne la amenaza del desempleo, puede que tengas que convertir la comunicación y las relaciones entre tus empleados en una prioridad, y hacer un esfuerzo extra para asegurarte de que la tensión entre ellos no afecte a su bienestar y, en definitiva, a la productividad y los resultados de tu empresa.
Teresa Rodríguez Barnada
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