La economía española terminó el año pasado creciendo en niveles importantes. Bastante por encima de los de la Unión Europea. Pero el problema que ya vienen avistando desde hace tiempo los empresarios es que ese crecimiento es menor o tiene menos fuerza que los de los años anteriores. Y así se constata en el informe Perspectivas España 2019 de KPMG que ya se encuentra en su décimo quinta edición y que cuenta con la colaboración de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, CEOE, por tercer año consecutivo.
Un informe que cuenta con la sólida opinión de más de 1.000 respuestas de directivos y empresarios españoles de diferentes comunidades autónomas y de 25 sectores distintos.
Los empresarios consultados ya contemplan las perspectivas de desaceleración económica no solo en España, sino a nivel mundial. Al analizar la visión general de directivos y empresarios, se observan análisis donde impera el realismo sobre los riesgos, pero al tiempo se hace hincapié en la necesidad de la transformación digital y en la mejora de los procesos, como visión esencial ante el futuro más inmediato. No es algo que solo prevemos los empresarios, tanto las perspectivas del Gobierno español y de los principales organismos nacionales e internacionales coinciden en que el PIB de nuestro país no crecerá más del 2,2% en el año en curso, mientras que hay que recordar que en el año 2018 se incrementó el 2,5%.
Por tanto, no es de extrañar el realismo de los empresarios al ser un 48% los que estiman que la economía española irá a peor en 2019 y un 45% cree que continuará igual. Un 7% prevé que mejore. Eso sí, -además de realistas, los empresarios contamos con grandes dosis de optimismo y de energía-, y confiamos en dirigir a nuestras empresas a través de este entorno complicado para que sus magnitudes de negocio se resientan lo menos posible. De hecho, un 69% confía en aumentar sus ventas.
Como riesgos para la economía española, los directivos consultados señalan la incertidumbre política (83%); el entorno de desaceleración económica de la Unión Europea (48%) y las tensiones políticas en el mundo. Al responder en el apartado de riesgos empresariales, los encuestados señalan en primer lugar el riesgo regulatorio (69%), seguido de los operacionales (41%); los geopolíticos (40%); los tecnológicos (33%); reputacionales (26%) y de ciberseguridad (25%). Muy interesantes son las respuestas relativas a las demandas al Gobierno de España: simplificación administrativa (46%); educación, formación y desarrollo de competencias (45%); fomento de la innovación (44%); incentivación a la creación de empleo (42%) y reforma fiscal (36%). Todas sonarán mucho a los lectores de los documentos, análisis y estudios de CEOE.
Antonio Garamendi
Presidente de CEOE
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