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viernes, 3 de enero de 2020

INSTRUMENTOS PERSONALES DEL CONSULTOR



Los instrumentos especiales personales del consultor son muchos y variados. He aquí algunos de ellos:

Escuchar. Para comprender mejor la situación; para ver lo que se oculta detrás de lo que alguien está diciendo ( lo que las palabras significan para un ejecutivo, lo que éste ve, cuáles son sus necesidades, qué es lo que le amenaza); para prestar un oído confidencial y amistoso a la persona que quiere desahogar sus sentimientos.

Observar. Para ver qué hay detrás del comportamiento, las relaciones, la organización formal, el funcionamiento y métodos operacionales; para determinar la calidad de la organización informal y sus comunicaciones; para determinar cómo funciona un individuo; para analizar el funcionamiento de un grupo.

Preguntar. Para aclarar significados; para desarrollar una actitud más crítica y objetiva; para apartar obstáculos imaginarios: para profundizar en las cuestiones; para ayudar a un ejecutivo a pensar exhaustivamente sobre el problema; para actuar como "el abogado del diablo", ayudando a un ejecutivo a ver todos los aspectos de un asunto o a comprobar sus razonamientos; para ayudar a otros a ver "el bosque en vez de los árboles"; para definir y aclarar la dirección de una discusión o razonamiento en relación a objetivos o problemas.

Informar. Para introducir ideas, prácticas, conceptos y principios nuevos, o un modo distinto de considerar los problemas, destacando su naturaleza general a fin de ampliar horizontes; para ofrecer ejemplos apropiados de experiencias pertinentes acaecidas a otros; para destacar las posibilidades generales.

Alertar. Para estimular el interés, la comprensión, la acción, las decisiones, los cambios en comportamiento y actitudes; para fijar o ampliar objetivos, pero sólo hasta el punto en que éstos sean aceptados por una persona o grupo, para proporcionar una atmósfera de libertad y autorización para airear los propios pensamientos, sentimientos y problemas; para conceder apoyo moral cuando sea preciso; para aliviar tensiones.

Integrar. Para guiar la explotación de todos los aspectos de un problema; para aclarar las relaciones entre varias ideas, pensamientos y sugerencias, y coordinarlos; para proporcionar una serie de pasos sistemáticos para analizar las situaciones y hallar la solución; para asegurar un mejor funcionamiento del grupo; una atmósfera colectiva más armoniosa, y el ajuste de los individuos al grupo; para tratar de mediar en las disensiones.

Con esta definición de la naturaleza del papel del consultor, están puestos los fundamentos para una descripción de las cinco fases del papel del consultor en organización, o el modo en que desempeña su tarea.

Pedro Rubio Domínguez
Consultor de Gestión
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