El liderazgo es el conjunto de habilidades directivas que un individuo tiene para influir en la forma de ser o actuar de las personas pero ¿cuáles son? El fundador de Due, John Rampton, ha dado las claves en un artículo en el que explica que mantener una conversación continuada, cercana, apropiada, así como el control de las emociones y gestos, permite afianzar la figura de un líder de cara a sus subordinados.
John Rampton es un empresario, inversor, gurú del marketing online y el fundador de Due que ha enumerado los cuatro hábitos generales que todo líder debe practicar si quiere mantener su posición pero, sobre todo, afianzarla.
En un artículo publicado en Fast Company, Rampton destaca que es importante “pasar tiempo en las trincheras”, es decir, alejarse de la imagen de autoridad con la que se relacionan a los jefes de equipo o directores y convertirse en un líder que colabora codo con codo con el resto de empleados. Además, asegura que esta cercanía permite conocer qué está pasando en primera línea y saber en qué se está trabajando sin acabar convertido en un “micromanager”. Una actitud que puede llegar a ser copiada por otras personas y que sitúa la figura del líder como alguien cercano y accesible para los trabajadores.
La segunda clave revelada por Rampton se encuentra relacionada con la autenticidad de los líderes. “Estar presente es algo más que una persona o un determinado nivel de accesibilidad”, afirma. Este empresario apunta que hablar del "compromiso de los empleados" es algo muy habitual en las empresas pero avisa de que rara vez aplican estos términos para hablar del liderazgo.
Rampton asegura que la autenticidad se encuentra asentada en la interacción continuada con los equipos de trabajo, en su apoyo e intercomunicación ya que, según él, la presencia de un líder no debe limitarse cuando surgen conflictos o problemas. “Los líderes necesitan construir relaciones durante la calma, en momentos agradables donde los miembros de su equipo sean más propensos a sentirse relajados, se abran, y compartan lo que está en sus mentes”.
“Dominar el arte de la conversación y narración”, esta es la tercera de las claves a las que apunta el empresario. Hablar y escuchar son aspectos que destaca Rampton a la hora de establecer comunicaciones correctas. Además, también incide en la necesidad de estudiar, comprender y modificar nuestro lenguaje no verbal, el que se transmite con nuestras posturas, expresiones y gestos.
Rampton cierra esta lista centrándose en la transmisión de “calidez y preocupación” por los empleados, es decir, acortar la distancia emocional con los empleados. Dedicar una parte del tiempo a motivarles, hacerles sentir relevantes y considerados por la empresa, con la organización de eventos dedicados a ellos, de forma individualizada.
Fuente: Equipos y Talento
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