En el desarrollo de las actividades económicas-financieras, el Balance, como piedra fundamental de la estructura empresarial, ha llegado a convertirse, en los momentos actuales, en un documento de vital importancia.
En efecto, tanto las operaciones de financiación a corto plazo como las que se efectúan a largo plazo descansan en la situación económica que el Balance refleja. Asimismo, el Balance, es el medio idóneo, y único añadiríamos, para que los responsables de toda Empresa puedan dar conocer a sus titulares, propietarios o accionistas, la situación real de la marcha de su gestión.
Por otro lado, el reflejo externo de la Empresa y, en consecuencia, la valoración de sus acciones se basa también en el Balance. Y si consideramos, finalmente, que, por la intima conexión existente entre todos los elementos, la planificación económica de un país descansa, en definitiva, en la situación económica empresarial cuyo reflejo puede encontrase en sus Balances respectivos, fácilmente podremos llegar a la conclusión del por qué las autoridades económicas de todos los países estén dando cada vez mayor importancia a la contabilidad empresarial y, por tanto, al documento que lo resume, que es el Balance.
De lo que acabamos de exponer se deduce que la correcta formulación e interpretación del Balance constituye, en nuestros días, una de las principales funciones de la gestión de una empresa.
Ahora bien, nunca se llegaría a cumplir con esta función, si, por un lado, no se establecen los principios que constituyen la base de la confección del Balance, y por otro, no se dominan las técnicas precisas para su correcta y exacta interpretación.
Dos son, pues, las etapas que deben cubrirse en todo estudio y análisis del Balance.
1º. Como hacer el Balance, lo que presupone:
a) Contenido material del Balance, es decir, qué conceptos deben integrarlo.
b) Presentación de esos conceptos en el Balance, es decir, la estructura del mismo.
c) Bases, con arreglo a las cueles, deben aparecer los conceptos en el Balance, es decir, el problema de la valoración.
2º Como analizar e interpretar el Balance, lo que nos exige previamente, conocer:
a) Qué es y cuales son las funciones y objetivos del Balance.
b) De dónde se obtiene sus datos el Balance, lo que presupone un perfecto dominio de la técnica contable.
c) Cómo deben valorarse las diferentes partidas que integran el Balance y principios en que deben basarse dichas reglas de valoración.
Conforme a este esquema hemos trazado la estructura contenida en nuestro MANUAL DE ANÁLISIS FINANCIERO, publicado por el Instituto Europeo de Gestión Empresarial.
Dicho manual consta de las siguientes secciones:
1. El análisis de los Estados Financieros
2. Análisis de la estructura patrimonial
3. Análisis de la liquidez y solvencia.
4. El fondo de maniobra. El capital de trabajo y la situación de tesorería.
5. Los fondos generados por las operaciones. El cash-flow. La autofinanciación
6. Estado de origen y aplicación de fondos. Cuadro de financiamiento.
7. Análisis del resultado económico de las operaciones
Se trata de un proceso de reflexión con el fin de evaluar la situación financiera actual y pasada de la empresa, así como los resultados de sus operaciones, con el objetivo básico de determinar, del mejor modo posible, una estimación sobre la situación y los resultados futuros.
El proceso de análisis consiste en la aplicación de un conjunto de técnicas e instrumentos analíticos a los estados financieros para deducir una serie de medidas y relaciones que son significativas y útiles para la toma de decisiones. En consecuencia, la función esencial del análisis de los estados financieros, es convertir los datos en información útil, razón por la que el análisis de los estados financieros debe ser básicamente decisional. De acuerdo con esta perspectiva, a lo largo del desarrollo de un análisis financiero, los objetivos perseguidos deben traducirse en una serie de preguntas concretas que deberán encontrar una respuesta adecuada.
Por ejemplo: El posible inversor en una empresa probablemente se planteará las siguientes preguntas:
¿Cuál ha sido la evolución de los resultados de la empresa?
¿Cuáles son las perspectivas futuras de su evolución?
La tendencia de los beneficios supone crecimiento, estabilidad o declive?. ¿Existe alguna variabilidad o tendencia significativa?
¿Cuál es la posición financiera a corto plazo?. ¿Qué factores probablemente le afectarán en el próximo futuro?
¿Cuál es la estructura de capital de la empresa?. Qué riesgos y ventajas supone para el inversor?
¿Qué indica la comparación de los puntos anteriores con las demás empresas del sector?
En el caso de un banquero que juzgue a la empresa para decidir la concesión de un préstamo a corto plazo, puede añadir las siguientes cuestiones:
¿Cuáles son los motivos básicos de la necesidad de fondos de la empresa?. ¿Son realmente necesidades a corto plazo, y si así es, desaparecerán, por sí mismas?.
¿A partir de qué fuentes podrá la empresa obtener los fondos necesarios para el pago de los intereses y la devolución del principal?
¿Cómo ha manejado en el pasado la dirección sus necesidades a corto y largo plazo?
La dirección de la propia empresa añadirá preguntas relativas al control sobre la marcha de la misma.
Un paso muy importante, en cualquier proceso de toma de decisiones, es identificar las preguntas más significativas, pertinentes y críticas que afectan a la decisión. Pues bien, en función de estas cuestiones podremos plantearnos la mejor manera de enfocar el análisis de los estados financieros.
Pedro Rubio Dominguez
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INSTITUTO EUROPEO DE GESTIÓN EMPRESARIAL
Formación & Consultoria.
Dpto. de Información de Programas
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