Miguel Vázquez, managing director de hoteles de Colliers, explica que esta crisis ha cogido al sector hotelero “bien capitalizado”, después de ocho años donde los niveles de ocupación han sido de “récord”. En este sentido, Vázquez afirma que la fase de cierre “no es la peor” para los hoteles “porque las cuentas de explotación están hibernadas” y por este motivo toda la preocupación se centra en la reapertura de los activos cuando a corto plazo no exista apenas demanda.
Las declaraciones del socio de Colliers se han producido durante un encuentro digital organizado por el IE Real Estate -con la colaboración de Spotahome-, donde se ha debatido sobre el futuro de los activos terciarios en el sector inmobiliario. También han participado Jaime Pascual, CEO de Savills Aguirres-Newman, y Letizia Ponz, head representative office de Union Investment en España.
La charla ha tenido a dos grandes protagonistas: los hoteles y los centros comerciales. Ambos segmentos del inmobiliario son los más afectados por la crisis sanitaria y económica originada por el coronavirus, pero los expertos han intentado matizar las diferencias que existen dentro de estos negocios.
Los tres panelistas afirman que esta recesión ha llegado con un sector terciario muy saneado. Una circunstancia que se presenta clave para soportar este parón de la actividad económica. “Venimos de años en los que los hoteles han marcado cifras récord. El nivel de apalancamiento es muy bajo y la tesorería de las grandes cadenas pueden soportar el cierre de sus hoteles este 2020”, explica Vázquez. Eso sí, el socio de Colliers diferencia entre grandes operadores y el resto. “Es cierto que los de mediano y pequeño tamaño -es decir el propietario que sólo tenga un hotel- les será más complicado remontar esta situación”, afirma en este sentido.
Precisamente esta diferencia de músculo financiero y la debilidad de la futura demanda son los factores que podrían desatar una guerra de precios entre los operadores que no beneficiaría al sector, según Vázquez. “Recuperar la ocupación es una cuestión de paciencia y por este motivo los operadores no deberían de entrar en una guerra de precios para captar al turista sea cual sea el precio, porque recuperar el coste por habitación no es tan sencillo a largo plazo”, explica el máximo responsable en hoteles de Colliers.
Por su parte, Pascual muestra su confianza no sólo en el segmento de hoteles, sino también en el resto de los activos terciarios. “La parte de ahorro y de canalización del sector están muy bien estructuradas. Las empresas (socimis, inmobiliarias, propietarios, operadores…) creo que tienen una gran solvencia y sus cuentas arrojan números esperanzadores. Vamos a sufrir al principio, pero creo que la inversión inmobiliaria es un valor refugio para los grandes capitales de dinero”, afirma el CEO de Savills.
Poniendo el foco de nuevo en los hoteles. Vázquez diferencia entre los peninsulares y los localizados en las islas a la hora de medir el impacto del coronavirus. “Los complejos situados en las islas van a sufrir más al principio, porque su demanda es extranjera y ahora mismo ningún alemán o británico va a querer volar. Baleares sufrirá más porque la situación le ha cogido en el comienzo de su temporada alta y Canarias podrá ser la nota positiva al comenzar su época de mayor trasiego en septiembre/octubre, cuando se espere que todo este más normalizado. Con respecto a los hoteles peninsulares, los alojamientos del interior sufrirán un repunte por la demanda de turismo nacional y sobrevivirán mejor a corto plazo”, afirma el socio de Colliers.
Además, Vázquez también matiza entre hoteles urbanos y turísticos. “Los complejos enfocados al turista de empresa -sobre todo en grandes ciudades como Madrid o Barcelona- van a pasarlo mal, porque las compañías van a reducir los viajes de sus empleados, las convenciones… Sin embargo, los de ocio sí podrán atraer esa demanda nacional cuando comience la recuperación”, explica en este sentido.
Al final, tanto el socio de Colliers como el CEO de Savills confían en el sector su estructura, por su buena tesorería y por al bajo nivel de apalancamiento, aunque los dos reconocen lo ligado de esta actividad al PIB de España. “La demanda está muy relacionada con el Producto Interior Bruto de este país y es obvio que se va a ver contraída por el covid-19. Por este motivo, hay que canalizar las ayudas económicas gubernamentales a las empresas para poder aliviar el sufrimiento de un sector -el turismo- que tanto influye en la actividad económica española”, asevera Pascual.
Con este escenario resulta muy difícil realizar una valoración de los activos terciarios. De hecho, el máximo responsable de Savills reconoce que no hay ninguna variable con la que comparar y por lo tanto deben de realizar un equilibrio entre la situación actual y el valor intrínseco del activo para poder ajustar estas estimaciones.
Otro punto que ha acaparado gran parte del debate ha sido la inversión en capex para condicionar los activos a las nuevas exigencias sanitarias para evitar contagios del covid-19. “Estos elementos para combatir la enfermedad van a ser tomados en cuenta a la hora de invertir. Nosotros ya teníamos en cuenta algunos aspectos como las mejoras en ventilación de nuestra cartera de inmuebles, pero ahora vamos a tener que repensar todas estas inversiones para mejorarlas”, afirma Ponz.
Sin embargo, Vázquez cree que esta inversión no resultará tan significativa en el sector hotelero. “El capex relacionado con el covid-19 no va a suponer un gran desembolso, más allá de acondicionar gimnasios o los espacios de restauración con elementos como mamparas o señales para organizar el flujo de personas. Sin embargo, el Opex (coste permanente para el funcionamiento de un producto/activo) si sufrirá un incremento, porque los operadores tendrán que incrementar el número de personal de limpieza, el número de veces que se desinfectan las instalaciones, el personal de seguridad…”, explica en esta línea.
Cambiando de sector y poniendo el punto de mira en los centros comerciales, Ponz considera que los complejos que cuenten con instalaciones al aire libre se recuperarán antes que sus competidores. Además, explica también las diferencias que existen entre los diferentes inquilinos, al igual que en los hoteles. “El pequeño operador con un local en un centro comercial lo va a tener muy complicado para subsistir, porque el coste de estar abierto cuando acabe esta situación supera a sus ingresos porque la demanda del consumo va a descender mucho. Sin embargo, el gran operador va a poder estar más tiempo abierto, e incluso abrir los domingos si se permite, porque tiene un mayor músculo financiero”, afirma.
Las oficinas han ocupado un menor tiempo de análisis, porque los tres ponentes creen que aguantarán mejor este frenazo de la economía. “Las rentas no van a sufrir un gran descenso, porque no existía una gran tensión, salvo en algunas zonas concretas. Además, a pesar del éxito del teletrabajo también nos hemos dado cuenta de que necesitamos el contacto humano y la oficina es el perfecto punto de encuentro”, explica el CEO de Savills. Igual de optimista se muestra Ponz. “Las empresas podrían necesitar incluso un mayor número de m2 para espaciar a sus trabajadores”, sentencia.
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