La caída de la actividad obliga a las empresas a echar el cierre y despedir a sus empleados
Son muchas las empresas en España que siguen en crisis, soportando un proceso largo y duro de recuperación, y ahora se ven nuevamente frenadas o limitadas debido a la crisis del corona virus que estamos padeciendo, y que no es ajena a otros paises de nuestro entorno.
Para estas empresas, las actuales circunstancias es el único motivo de bajar sus cuentas de resultados y por ende frenar su crecimiento. Algunas de ellas, sobre todo las pymes, se encuentran esperanzadas con las medidas del Gobierno para inyectar liquidez a través de las entidades financieras estatales y privadas.
El manantial de despropósitos que no cesa.
Atribuyendo siempre todas sus desgracias a estas u otras causas, los empresarios se han olvidado ya de crecer y mas de uno ( digo miles) han tirado la toalla debido a nuevos problemas ajenos a su voluntad. El estar inoperativo durante tantos días es por el retiro forzoso (que ya va para seis semanas)
Y es que las ayudas prometidas por parte del Gobierno— Comunidades Autónomas. Ayuntamientos, etc—se están retrasando con lo cual aumenta la agonía de estos pequeños y medianos empresarios, debido en la mayoría de los casos a la falta agilidad en la concesión de estos apalancamientos financieros, y a la falta de voluntad, de aquellos de que-- a río revuelto ganancia de pescadores.-- Es decir, esta inmunidad y la poca vocación de apoyo de los organismos oficiales a los empresarios y autónomos, están provocado una inmovilidad operativa en estos pequeños y medianos empresarios, y se ven abocados al cierre de sus negocios por la nefasta gestión por parte de los responsables públicos.
Y ahora que el Gobierno les ha facilitado la vía para obtener el dinero que necesitan para soportar estos duros momentos, nos asalta la duda si se ha llegado a tiempo o tal vez, está siendo muy tarde. Posiblemente algunos de estos empresarios piensen que una vez pasada esta agonía y habiendo obtenido los créditos, quedaran resueltos todos sus problemas.
Pero olvidan—o tal vez no—que esta difícil situación inesperada, probablemente les marque para siempre y que jamás podrán alcanzar los niveles de prosperidad que tuvieron antaño y que estos créditos, aunque son un balón de oxigeno, les permita reaccionar y resolver estos problemas.
¿Y cuales son ahora estos problemas?.
Muchas veces decimos que un coche en el garaje, sin apenas hacer kilómetros, cuando lo pones en marcha, puede ocurrir que la batería esté descargada o tal vez-- una vez puesto en marcha--, ya no tenga el brío de sus primeros kilómetros en activo.
No podemos ignorar que los problemas que se están acumulando, han puesto de relieve un descenso en el registro de pedidos u operaciones en la mayoría de las pymes y autónomos, lo que posiblemente llevará a los responsables de estas empresas a poner en marcha nuevamente sus estrategias para fomentar las ventas. Y es fácil prever que recurran a todo tipo de estrategias: reducción de tarifas, descuentos sobre determinados productos, promociones especiales, campañas publicitarias mas agresivas, etc.
Las pymes tratarán de superar estas dificultades comerciales mediante el desarrollo nuevas estrategias. Pero estas acciones, tendrán un efecto mas bien efímero, ya que estas acciones se enfrentarán—en primer lugar-- a un problema innegable como es la recesión de la demanda de los consumidores, y por otro, la reacción lógica de los competidores, que luchan en la misma dirección.
El panorama de nuestro sector inmobiliario—por ejemplo-- se ha visto agravado con mas del 80% de empresas inmobiliarias inoperativas durante los dos últimos meses. Es ahora cuando empiezan a surgir los problemas: el exceso de unidades inmobiliarias en stocks, la falta de compradores, las dificultades en la financiación, etc. ante lo cual las acciones positivas de los vendedores-- al chocar con estos inconvenientes-- tirarán la toalla, o pensarán cambiar de sector por si las cosas pueden irles mejor.
En otros sectores, como los que configuran los productos de consumo, equipos industriales, y otros, la penuria de los fabricantes para seguir desarrollando su actividad de fabricar y vender,-- debido a las circunstancias que venimos detallando,-- verán degradado de forma alarmante los resultados de la empresa. Y serán ( ya son) causa de desmoralización interna ante los negativos resultados por los altos costes que se han de soportar. Por este motivo, las grandes empresas de nuestro país ejecutan una oleada de despidos y expedientes temporales de empleo (ERTE).
En paralelo, a niveles inferiores del tejido empresarial, miles de pymes y autónomos están realizando sus propios ajustes de plantilla. Los trabajadores afectados se cuentan por cientos de miles y fuentes empresariales y sindicales coinciden en que las medidas laborales del plan de choque del Gobierno llegan demasiado tarde. Esperemos que este gesto del Gobierno pueda aliviar la situación de muchos pequeños y medianos empresarios. Algunos podrán recuperarse, pero otros ya estarán en fase terminal y listos para finiquitar sus actividades empresariales.
Para sobrevivir es indispensable una evolución, incluso partiendo nuevamente de cero. Pero esta situación va a imponer a los empresas unas medidas lo suficientemente duras, que solo aquellos que tengan una inequívoca vocación empresarial, podrán superarlas.
Articulo escrito por
Pedro Rubio Dominguez
Director General del IEGE
MADRID/ESPAÑA
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