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viernes, 1 de mayo de 2020

La franquicia. Situación, retos y tendencias

 

El sistema de franquicia viene desarrollándose en todos los mercados y países y se convierte cada vez más en una de las principales opciones de expansión de los negocios en cualquier área de actividad. Un sistema que cuenta con la fuerza de trabajo de cada emprendedor y que debe encontrar en la franquicia una forma más segura de emprender una actividad empresarial al beneficiarse de un modelo ya experimentado, una marca en desarrollo continuo y el apoyo del franquiciador para ayudarle a obtener los resultados esperados.

No obstante, la falta de financiación y un menor consumo nos llevan a un nuevo paradigma, de hecho el que nunca deberíamos haber olvidado y que puede resumirse muy brevemente en: ”Mejorar los negocios y gestionar  rentablemente las redes impidiendo el intrusismo”.

Estamos en un nuevo escenario en el que no hay espacio para todos, sino sólo para aquellos empresarios que ven el modelo de negocio de franquicia como una asociación en la que todos ganan y donde la relación franquiciador/ franquiciado es realmente beneficiosa para todas las partes.

En el nuevo escenario que se aproxima veremos cómo un número significativo de empresas que actualmente operan en  franquicia deben diferenciarse como “concesiones” o “licencias” y no tienen cabida en el sistema.

En la actualidad, cada vez son más las personas que optan por el autoempleo  como salida profesional y, concretamente, apuestan por la franquicia como  opción de negocio, debido a las ventajas que presenta esta fórmula, como  trabajar con presupuestos cerrados, contar con una experiencia y un concepto de negocio de éxito probado y recibir formación y todo el apoyo necesario  para el desarrollo del proyecto.

Pero para que el sector sea transparente y que el sistema de franquicia cumpla los objetivos para lo cual fue creado es necesario que las empresas que apuesten para su expansión a través de la franquicia deben cumplir los criterios legales y funcionales para que sean consideradas empresas franquiciadoras.

  • Cumplimiento de los criterios básicos del Código Deontológico Europeo de la Franquicia
  • Obligaciones informativas en consonancia con el RD 201/2010
  • Establecimiento de recursos adecuados a los objetivos y capacidades
  • Estrategia empresarial definida para su desarrollo en franquicia
  • Bases documentales sólidas y desarrolladas
  • Plan de formación y asistencia adecuado, estructurado y continuado
  • Énfasis en el perfil del franquiciado y adecuada selección de los mismos
  • Adecuada gestión de la red de franquicia
En adelante deberán  cumplirse las exigencias  y los requisitos del  sistema de franquicia porque afecta a todas aquellas empresas que actualmente están operando y muy principalmente a las nuevas que se incorporan.

Un importante número  de empresas han  reducido las condiciones de acceso y han ajustado sus inversiones adaptándose a las circunstancias actuales.

Como hemos mencionado, lo más destacable es la  introducción de criterios deontológicos que en adelante diferenciarán “franquicias” de “concesiones, licencias y oportunidades de negocio”. De esta forma, se presenta un sector mucho más sólido y unas empresas más solventes donde paulatinamente no pueden  tener cabida en el mismo aquellas empresas  que no cumplan con los criterios mínimos exigibles en el sistema de franquicia.

Más ética significa más negocio y este es el proceso que se inicia. De aquí en adelante el propio sector debe excluir a aquellas empresas que no estén debidamente  preparadas para franquiciar o que no lo hacen con la ética necesaria.

De igual forma, las exigencias para todas las nuevas empresas que se incorporan deben ser muy superiores a las que hemos vivido en los últimos años.

La caída del consumo, falta de financiación y un entorno económico incierto.

El consumidor tiene menos dinero y reduce el gasto superfluo lo que confirma la recesión de las ventas, y en las unidades de negocio de Franquicia no iba a ser una excepción. Los principales canales de distribución  –supermercados, autoservicio y etc. –, pierden volumen, y sin embargo las tiendas de barrio o establecimientos de pequeño formato aún se mantienen y son los únicos que crecen, con productos más elásticos frente a la demanda.

Además el temor a la inestabilidad laboral está incidiendo en la expectativa del gasto. Una encuesta reciente reveló que el 80% de la gente considera que “no es un buen momento” para comprar un bien importante como una casa o un coche. Y ante la pregunta: “¿Qué confianza tiene usted en que en los próximos 12 meses le alcance el dinero para los gastos domésticos?”, un 71% respondió “poca”.

El consumo ha caído, los márgenes comerciales han mermado alarmantemente y respecto al acceso al crédito no es necesario extenderse, porque de todos es conocida la falta de apoyo crediticio de los bancos y entidades de crédito que aún sus estructuras mentales no se han socializado.

Ante esta anacrónica situación el sistema de franquicia, tal y como se ha entendido hasta ahora por parte de muchas empresas, debe cambiar. Es algo en lo que muchos consultores coincidimos plenamente.

Los negocios acogidos a este sistema comercial han perdido su rumbo y ante la difícil situación de algunos sectores (hostelería, retail y servicios) se han dedicado a un desaforado crecimiento sin base sólida mientras ello ha sido posible. Como consecuencia de lo comentado anteriormente este modelo hoy no se sostiene. Si bien hay que reconocer que en época de bonanza económica la franquicia permitió el desarrollo durante mucho tiempo a miles de empresas en diversos ámbitos o sectores de actividad económica.

Este nuevo escenario exige a cada empresa una intensa competitividad y flexibilidad. Además, en lo que respecta a la franquicia exige también aquilatar las inversiones iniciales en cada unidad de negocio, marcarse objetivos de rentabilidad reales y tratar por todos lo medios de alcanzarlos, y sobre todo afrontar nuevos retos, sobre todo que entiendan que la demanda ya no crece en función de la oferta. Y sobre todo tener en cuenta la irrupción del comercio  virtual, haciéndolo compatible y sinérgico con los diseños comerciales ya implantados en el sistema de franquicia.

Las estructuras comerciales de las franquicias estaban diseñadas para un mercado en crecimiento continuo donde el consumo no bajaba, sino todo lo contrario iba en continuo aumento. Ahora este cambio de panorama muchas empresas franquiciadoras deberán reorganizar sus modelos de negocio. El proceso actual va a exigir a muchas empresas franquiciadoras reestructurar y orientar sus modelos de negocio y su proyección futura. Este proceso no será fácil pero es necesario llevarlo a cabo para volver a una nueva etapa de crecimiento y la rentabilidad. El cambio ha llegado y quien no se adapte al nuevo entorno no tendrá continuidad.

En múltiples encuentros y cambio de impresiones con otros consultores de franquicia, y a raíz de la preocupación sobre el futuro del sector, en muchos foros han sido abordados los diversos problemas que aquejan a nuestro sector y que de forma sucintamente indicativa exponemos a continuación:

1. ¿Cuáles son las dificultades y amenazas actuales en el sistema de franquicia?

2. ¿Qué es lo que debe mejorarse y cómo?

3. ¿Cuáles son los nuevos retos de las empresas franquiciadoras, tanto las que se inician, como las ya establecidas?

Tendencias

El sistema de franquicia representa una de las principales opciones de expansión de los negocios en cualquier área de actividad.

Un sistema que cuenta con la fuerza de trabajo de cada emprendedor y que encuentra en la franquicia una forma más segura de emprender una actividad empresarial al beneficiarse de un modelo ya experimentado, una marca en desarrollo continuo y el apoyo del franquiciador para ayudarle a obtener los resultados esperados.

No obstante, la falta de financiación y un menor consumo nos llevan a un nuevo paradigma, de hecho el que nunca deberíamos haber olvidado y que puede resumirse muy brevemente en: “Mejorar los negocios y gestionar rentablemente las redes impidiendo el intrusismo”.

Porque, al igual que ha ocurrido con otros sectores de la economía, la franquicia también se ha visto afectada por una situación económica adversa. La escasez de financiación, unida a unas bajas tasas de ahorro y restricciones en el consumo han dado lugar a una mayor dificultad en la expansión, el crecimiento y la sostenibilidad de las redes. Y estas dificultades van a extenderse en el corto y medio plazo.

Estamos en un nuevo escenario en el que no hay espacio para todos, sino sólo para aquellos empresarios que ven el modelo de negocio de franquicia como una asociación en la que todos ganan y donde la relación franquiciador/franquiciado es realmente beneficiosa para todas las partes.

Expandir una marca requiere invertir en estructura, en personas y en procesos. La selección, orientación y soporte de los franquiciados son puntos clave. Y si estas premisas no se dan, todo lo demás no se sostiene. En definitiva exige un mayor esfuerzo al que muchas empresas no están ni acostumbradas, ni mentalizadas.

En el nuevo escenario que se aproxima veremos cómo un número significativo de empresas que actualmente operan en franquicia deben diferenciarse como “concesiones” o “licencias” y no tendrán cabida en el sistema.

De igual forma, en este nuevo escenario el franquiciado pasará a ser el verdadero protagonista. En palabras de un destacado franquiciador: “Una red de franquiciados es como una cadena, y cada franquiciado uno de los eslabones, si uno de estos falla, se rompe y arrastra la cadena entera; y el éxito que reposa en el grupo se desmorona”.

El franquiciado es, y debe ser, el verdadero centro del sistema de franquicia. Necesitamos franquiciados involucrados con sus marcas, franquiciados que obtengan rentabilidad al frente de sus negocios, y que sean soportados por las centrales de franquicia para poder obtener beneficios conjuntos.

La financiación especializada

Se crearán e implantarán nuevas fórmulas de financiación que favorezcan independientemente tanto el desarrollo de las centrales de franquicia, como el de las redes de franquiciados al igual que viene ocurriendo en otros países.

Deben ser fondos que se  especialicen en el sistema de franquicia y sean capaces de identificar modelos de negocio en sus fases iniciales y ayudarles al  necesario desarrollo posterior participando en la creación y potenciación de centrales de franquicia. También pueden invertir en desarrollo internacional y en la potenciación de centros propios de las marcas y/o coparticipando con los franquiciados para favorecer su implantación y desarrollo selectivo. En ningún caso nos referimos a los fondos de capital riesgo, por no ser este su  modelo de inversión. Nos referimos a grupos de inversión particulares, family offices, business angels, clubes de inversión, multifranquiciados de las propias redes, parados mediante la creación de los fondos de caución derivados de indemnizaciones o despidos..

También las entidades financieras seguirán apostando por empresas que cumplan las características expuestas apoyando a sus franquiciados. Exige por parte de los responsables una homologación previa de su modelo de negocio en cada entidad.

En cualquier caso, no debería aceptarse en ninguna franquicia candidatos que no dispongan un mínimo de un 30-40% de recursos propios directos no financiados sobre la inversión total. Adicionalmente, deberían disponer de un líquido demostrable como fondo de maniobra que les permita afrontar los primeros meses de vida del negocio.

Cualquier otra opción es apostar a perder el capital invertido.

Lo expuesto es habitual en muchos países y es precisamente el apoyo de grupos de inversión especializados el que ha permitido a muchas empresas alcanzar la fortaleza conseguida en breves periodos de tiempo. En nuestro país se ha confundido habitualmente con el capital riesgo produciéndose los consiguientes desencuentros. Es mucho el camino por andar y muchas las oportunidades.


Pedro Rubio Domínguez
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Estos textos forman parte del CURSO ON LINE DIRECCIÓN Y GESTIÓN DE FRANQUICIAS.
TEMA Nº 2- FRANQUICIAS. CONSIDERACIONES GENERALES
© INSTITUTO EUROPEO DE GESTIÓN EMPRESARIAL-MADRID (ESPAÑA)

Puede ser reproducido por cualquier medio de difusión, siempre y cuando se cite la procedencia.
© Pedro Rubio Domínguez.
ISBN-84-689-7602-4 Nº REGISTRO: 08/21440
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