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martes, 16 de junio de 2020

Los empresarios afrontan los próximos meses con muchos temores



Se trata de un momento complejo donde aparecen en el horizonte fuertes tensiones en su tesorería (hay que pagar los trimestres de IVA e IRPF, hay que liquidar la paga extraordinaria de verano, y en la mayoría de los casos el mes de Agosto o no se factura, o los clientes no pagan aplazando los pagos para Septiembre), situación a la que se añade el cierre de cuentas (con fecha límite 30 de Junio) y la evidencia de los resultados del año anterior.

Se suelen dar en estos casos situaciones que desembocan en peticiones urgentes de créditos a las Entidades Financieras, que aprovechándose de la falta de liquidez de las empresas y autónomos en los momentos actuales suelen aplicar unos altos costes en las operaciones que aprueban, cuando no una negativa rotunda o la necesidad de aportar garantías adicionales (avales personales, hipotecas sobre activos físicos personales y/o empresariales, etc,…)

En Departamento de Análisis y Activación de Empresas del IEGE, les ofrece una serie de recomendaciones para afrontar este período y que se centran se centran en las siguientes líneas de actuación:

Anticiparse: calcular con la mayor antelación posible las necesidades financieras. Esto permitirá al empresario conocer lo que necesita con la mayor antelación y aproximación posible, para a continuación trabajar en su resolución.

Verificar los ingresos: cuando tenga sus necesidades calculadas comprobar que los ingresos que tiene previstos efectivamente se van a producir.

Cuestionar los gastos: en cuanto a sus fechas de pago, en cuanto a la posibilidad de fraccionar o aplazar los pagos, incluso distribuirlos en un espacio de tiempo suficiente.

Gestionar las necesidades: si es necesario acudir al Banco a solicitar un crédito, hay que hacerlo con el tiempo suficiente para que el Banco pueda tramitarlo sin prisas, argumentando correctamente para qué se necesita el crédito, cómo se devolverá y porqué no se va a necesitarlo de nuevo pasados unos meses. Ponérselo fácil al bancario, cuanto más fácil se lo pongamos (documentación completa y exhaustiva, bien explicados los motivos y la capacidad de devolución,…) más fácil lo obtendremos. Tramitar la operación por más de un Banco, así tendremos mayores posibilidades de conseguir lo que se necesita.

En el caso de que el banco que estudie la operación de crédito a la empresa para decidir la concesión de un préstamo a corto plazo,  puede añadir las siguientes cuestiones: 

- ¿Cuáles son los motivos básicos de la necesidad de fondos de la empresa?. ¿Son realmente necesidades a corto plazo, y si así es, desaparecerán, por sí mismas?. 
- ¿A partir de qué fuentes podrá la empresa obtener los fondos necesarios para el pago de los intereses y la devolución del principal? 
 - ¿Cómo ha manejado en el pasado la dirección sus necesidades a corto y largo plazo?

Plan alternativo: disponer siempre de un plan de emergencia, que permita cubrir las necesidades en el caso de no obtener el crédito solicitado.

Siempre cumplir: No incumplir las obligaciones. Es preferible presentar una declaración de impuestos sin ingresarla que no presentarla; es mejor avisar a un proveedor de la imposibilidad de afrontar un pago que devolver un pagaré; es mejor reunir a los trabajadores para avisar de la imposibilidad de abonar la paga extra que esperar una reclamación.

Planificar: la lección aprendida cada año debe aplicarse a los siguientes, de forma que planificar con más tiempo, supone también mayores garantías de cobertura de las necesidades.

El empresario que se anticipa, se asegura los ingresos, cuestiona (o aplaza) los pagos, gestiona bien con los bancos, dispone de un plan alternativo y siempre cumple (o avisa), planificando con antelación, afrontará esta época con mayor tranquilidad.

Pedro Rubio Domínguez
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