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lunes, 3 de agosto de 2020

Consejos para convertirte en un líder consciente



Ser Zen. Un profundo trabajo de autodescubrimiento permite lograr la transición de líder tradicional a consciente. Para ello es preciso aprender a detenernos, observarnos y actuar con plena atención. El liderazgo desde la óptica de Mindfulness.

Rodrigo cuenta que está comprendiendo por fin cómo funciona su empresa. En el marco administrativo-financiero siempre fue brillante, pero no alcanzaba a liderar su proyecto de manera efectiva. Cuando creía estar construyendo un equipo éste se disolvía, o renunciaba el encargado del personal o alguna pieza importante, y entonces había que comenzar de nuevo. Algunas conductas le eran extrañas, lo desorientaban y no alcanzaba a descubrir por dónde tenía que gestionar el emprendimiento.

Luego de un período de autodescubrimiento que incluyó la práctica de yoga y Mindfulness, llegó a la promisoria conclusión de que él mismo “bloqueaba el flujo saludable de la organización”. En realidad, el cambio debía comenzar por él y sólo después guiar a su personal.

Una de las aplicaciones del Mindfulness (Atención Plena) a las organizaciones es lo que llamamos el entrenamiento de “líderes conscientes”.

Entendemos por consciente una cualidad del pensamiento y la acción donde predomina la observación atenta del contexto, la comprensión de la interrelación entre los distintos componentes del mismo y una conducta asertiva y compasiva para con todos los implicados.

¿Entonces esto quiere decir que existen líderes que no son conscientes? ¿Un liderazgo sin conciencia? La verdad es que abundan los líderes que llevan adelante organizaciones, empresas, proyectos, por el mero hecho de detentar el poder o por portación de carisma solamente.

Hacer una transición del liderazgo tradicional basado sólo en el carisma a un liderazgo consciente es un desafío, y es inevitable atravesar un proceso intenso de cambios y replanteos.

El liderazgo basado en el carisma y las habilidades personales (skills)

Por mucho tiempo se abonó la idea de que el mejor líder es aquel que decide con inteligencia y ejecuta con valor y capacidad esas decisiones. Basado en sus habilidades personales principalmente (comprensivas, disuasivas y asertivas), se instala en el imaginario institucional como el héroe o guía que regula todo el proceso y toda la tropa debe alinearse tras él.

Este liderazgo vertical implica alguien que sabe y otros que siguen. Implica lucidez y equilibrio personal para hacer lo mejor en el contexto que se presenta.

Pero el problema que nos presenta es que no permite que el resto del personal de la organización se empodere y asuma una actuación “heterárquica” (poder distribuido) que alimenta saludablemente a todos. El sentimiento de pertenencia y de “tener la camiseta puesta” sólo surge cuando yo siento que soy parte de la construcción colectiva que llamamos Organización.

Qué cosas cambiar para ser un líder consciente

Un profundo trabajo de autodescubrimiento nos permite "transicionar" de líder tradicional a consciente. Para ello, aprender a detenernos, observarnos (nuestro cuerpo, nuestros pensamientos y nuestras emociones) es fundamental. En ese proceso de cambio personal, algunas habilidades comienzan a emerger:
  • Capacidad de atender con curiosidad y mente de principiante a todo el contexto.
  • Desarrollo del autocontrol, entendido como la capacidad de regular las emociones y balancear nuestra mente ante el estrés y la adversidad.
  • Ética del corazón, como la virtud de seguir nuestras convicciones más profundas y alinearlas con el bienestar para los demás.
  • Trascendencia, como el sentido que le conferimos a nuestras acciones, yendo más allá de lo inmediato y mirando con perspectiva profunda el para qué de nuestro trabajo.
El líder organizacional Debashis Chatterjee, de origen hindú, dice lo siguientes: “los líderes conscientes actúan desde el fondo de sus corazones. Su deseo de acción se vierte totalmente en el contexto inmediato de la acción. El líder actúa aquí y ahora con amor. De esta manera controla el deseo en lugar de estar controlado por él. Si esta acciona es total e instantánea, no produce actividad y agitación nerviosa. Entonces el líder puede sostener que ha cultivado el primer hábito del corazón, es decir, canalizar la energía del deseo hacia el camino de lo deseable.”

Martín Reynoso
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