En España,
una alta proporción de empleos lo generan las llamadas "pequeñas
empresas" o "negocios unipersonales". En efecto, el más alto
porcentaje de crecimiento de nuevos empleos procede de empresas con menos de
100.000 € de ventas/año. Es cierto que muchos propietarios de estas pequeñas
empresas tienen poca formación empresarial para dirigir sus empresas o
negocios. No es sorprendente, pues, que solamente pocas de estas empresas
formulen planes empresariales formales y mucho menos planes de Marketing.
Debido al
rápido crecimiento del concepto de franquicia se ha producido en nuestro país
un mercado primario al cual se han acogido muchos emprendedores. La fórmula que
proporciona a las empresas planificación, actividades de promoción, control
administrativo y financiero, imagen de marca, etc., han resuelto las
preocupaciones de estos nuevos empresarios, poco prácticos. A pesar de que la
enseñanza del Marketing está ampliamente extendida en las escuelas de negocio,
es inexacto proyectar la impresión de que la mayoría de los empresarios han
tenido alguna formación en Marketing. El problema no es tanto el acceso a la
educación como el valor que se da a una formación empresarial formal por
aquellos que están en pequeñas tiendas, el comercio, el transporte y servicios.
Aunque hay muchos pequeños empresarios bien preparados, hay muchos que
mantienen la creencia de que la experiencia es mejor profesor que el
entrenamiento empresarial formal y regulado.
La mayoría
de los consultores-formadores estamos de acuerdo en dar un alto valor a la
experiencia empresarial para formar un empresario bien adiestrado, pero la
mayoría de nosotros estaríamos, también, dispuestos a discutir que las más
sofisticadas técnicas de dirección y planificación estratégicas no pueden ser extraídas
simplemente de la práctica diaria. El desarrollo de planes de Marketing,
seguramente, se situaría en el contexto de técnicas de dirección sofisticadas.
Para
dificultar más la introducción del concepto de Marketing entre los empresarios,
muchas industrias se dirigen mediante prácticas comerciales muy extendidas. Las
prácticas comerciales sirven para dirigir apropiadamente empresas con políticas
de distribución y precios dentro de unos canales bien definidos. Esa
predefinición ofrece una eficacia meritoria. Sin embargo, muchos empresarios
siguen prácticas comerciales como sustitutivo de una mejor comprensión de la
dinámica del mercado. Son éstos los que menos probablemente percibirán el valor
del Marketing, tal y como se promulga hoy.
Aunque cada industria tiene sus propias prácticas de clientela, las ventas de empresa a empresa y el marketing industrial, difícilmente pueden descansar en prácticas comerciales para dictar la forma de venta. En muchas industrias las relaciones entre comprador y vendedor son razonablemente estrechas y, por consiguiente, la definición del trabajo o la especificación del producto toma el lugar del concepto más abstracto de definición de necesidades en mercados de consumidores agrupados. Son especialmente vulnerables aquellas industrias que, tradicionalmente, cuentan con mercados particulares. Ellas son las que con mayor probabilidad darán por garantizada la existencia de los mercados tradicionales y, por consiguiente, menos probablemente observarán los cambios en su tamaño y composición.
La
necesidad de una adaptación continua de la pequeña empresa al medio ambiente precisa un
sistema de información comercial eficaz, y el experto en marketing, a medida que sus postulados y
recomendaciones van calando, se siente entendido y prospera en su misión.
Estos
sistemas de gestión que el experto empieza a implementar, vinculan a la empresa con su
mercado objetivo, incluyendo la especificación, la recolección, el análisis y
la interpretación de la información obtenida para ayudar al empresario, a entender dicho mercado y la forma de segmentarlo, para
identificar problemas y oportunidades y desarrollar y evaluar las acciones de
marketing mas recomendables.
Partiendo
de la información y de su experiencia, el experto en Marketing se enfrenta a
múltiples alternativa u opciones que debe evaluar. Las alternativas
seleccionadas implican la ejecución de ciertas acciones y unos resultados.
Desde
el punto de vista funcional el experto en Marketing realiza tareas de análisis,
planificación, organización, ejecución y control.
1)
Análisis funcional y económico de las acciones de marketing.
2)
Planificación y organización. La planificación especifica las políticas
comerciales y selecciona las líneas de acción que guían la actividad comercial.
3)
Ejecución. La organización interna de los servicios de marketing debe atender
los siguientes requisitos:
•
Coherente con el tipo de estructura organizativa adoptada por la empresa.
• Debe
permitir realizar los objetivos y la estrategia de marketing con el máximo de
eficacia.
• El
reparto funcional de las actividades debe conciliarse con una orientación
hacia, los productos, las zonas geográficas y los mercados.
4)
Control. El propósito de todo control es cerciorarse del logro efectivo de los
objetivos. La implantación de un sistema de control permite la visualización
rápida y adecuada de la situación, en el momento oportuno, con la menor
inversión y esfuerzo. Es posible distinguir cuatro niveles posibles:
• El
control del plan anual que verifica los resultados obtenidos en relación con lo
establecido en el plan de marketing.
• El
control de la rentabilidad trata de medir la rentabilidad de los distintos
productos, territorios, clientes o canales de distribución, para determinar que
actividades potenciar y cuales deben reducirse o eliminarse.
• El
control de eficiencia trata de medir la eficiencia obtenida por la empresa a
través de la fuerza de ventas, la publicidad, la promoción y la distribución.
• El control estratégico se centra en la revisión de la efectividad de la función estratégica
Pedro Rubio
Domínguez
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