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sábado, 9 de enero de 2021

¿Cómo va a ser el nuevo consumidor Post Covid-19?

Ha llegado el momento de mirar hacia delante y responder esta pregunta que todos nos hacemos. El momento de tratar de anticipar los cambios en la mentalidad y el comportamiento de los individuos que acabarán afectando a tu categoría y tendrán implicaciones en tu negocio. No todo quedará igual después de la crisis. Algunos hábitos perdurarán y otros cambiarán. La población emergerá de manera diferente. Cómo se involucran, cómo comparten, cómo aprenden, cómo trabajan, cómo compran, etc.

Todas las iniciativas encaminadas a ayudar a las personas a ser más cautelosas o estar más seguras (distanciamiento social, desinfectar o evitar contactos innecesarios), incluso después de la crisis del periodo de confinamiento, podrían beneficiarse en el futuro. P.ej. pago sin contacto, medidas higiénicas más explícitamente utilizadas en la venta/producción de alimentos, envases antibacterianos, .etc. 

Los gobiernos deben continuar: 

• Comunicando y activando a la población para cumplir con las medidas 

• Monitorear el cumplimiento de este comportamiento. Especialmente las generaciones más jóvenes y en las grandes ciudades.

Claramente se observa una intención de la población para impulsar hábitos de vida más saludables. La población sigue muy atenta los consejos para evitar el contagio. Esto va a provocar mayor concienciación y cambios de comportamiento hacia prácticas más saludables, que ayuden a la prevención. 

El consumidor va a estar, por lo tanto, mucho más receptivo hacia mensajes que se enfoquen en beneficios para la salud: sobre todo van a ganar en relevancia e importancia aquellos que se centren en el fortalecimiento del sistema inmunológico. 

▪ Los cambios de comportamiento hacia la prevención van a impulsar la cultura del botiquín. Categorías como los analgésicos y antipiréticos verán incrementadas sus ventas, más allá de la crisis del coronavirus. 

▪ El incremento del uso de la tecnología no sólo se va a ver en sectores como la banca, el ocio o la compra online. La salud conectada, que no es otra cosa que el uso de la tecnología para mejorar nuestra salud y nuestro pronóstico, va a sufrir una aceleración inesperada: aplicaciones, wearables y la telemedicina van a sufrir una revolución. El coronavirus ha convertido el Internet y las videollamadas en nuestros aliados. A futuro, el uso de la telemedicina para conectarse con el medico se recibirá positivamente, y calará su adopción de una manera más rápida que en la era pre Covid.

Por gentileza de:
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Apuntes del editor:

              


Los eventos impredecibles producen resultados imprevistos. El patógeno está permitiendo aprender, en tiempo real, que los países occidentales deberían prestar más atención a la seguridad nacional, no militar, y a la deuda.


La excesiva dependencia de los países occidentales de China para las cadenas de suministro que van desde productos farmacéuticos hasta los materiales de "tierras raras" utilizados en casi todos los equipos de alta tecnología. En la actualidad, alrededor del 80% de los productos farmacéuticos vendidos en los Estados Unidos se producen en China y el país asiático es también el proveedor más grande y, en ocasiones, el único a nivel mundial del ingrediente activo de algunos medicamentos vitales.


Los líderes chinos tendrán que ajustar rápidamente su economía a la nueva realidad en la que los fabricantes globales diversificarán las cadenas de suministro, siempre que puedan, a costa de los trabajadores chinos. En un país donde las cifras de crecimiento económico dan credibilidad a los líderes autoritarios, la desaceleración de este año y la pérdida de empleos podrían tener consecuencias de gran alcance.


Los líderes internacionales deberían abordar mejor la capacidad de la economía global para absorber choques como el coronavirus, y eso debería comenzar por los niveles récord de deuda corporativa y soberana. La deuda global se acerca a los 244 billones de dólares, el nivel más alto registrado.


Con la mayoría de los bancos centrales occidentales con los tipos de interés cera de cero, las herramientas monetarias son insuficientes para contrarrestar el coronavirus, como se ha puesto de manifiesto con la rebaja de los tipos de interés en medio punto, que llevó a cabo la Fed recientemente, que ha resultado ineficaz. Menores niveles de deuda global restringen mucho mejor que el estímulo fiscal.


Si el destino permite pasar por alto este coronavirus sin una pandemia global, recesión global o colapso financiero, abordar este sobreendeudamiento debería ser una cuestión de urgencia global.


Los primeros retornos están en relación de cómo el episodio de coronavirus podría cambiar el mundo. Sin duda, el virus es una maldición, pero también podría dejar algo positivo, si los políticos y los votantes prestan atención a sus lecciones. Como dijo Winston Churchill en la Segunda Guerra Mundial, "Nunca dejes que una buena crisis se desperdicie".

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