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jueves, 7 de enero de 2021

El COVID-19 ha cambiado nuestra vida de muchas maneras, incluido el modo de trabajar.



Los profesionales de recursos humanos deben aprender a gestionar a la diversidad generacional que hoy día converge en las organizaciones. Los Baby boomers, la Generación X, los Millennials y los Centennials, tienen intereses compartidos, aunque los sitúan en una escala distinta, en función de su edad y contexto vivido. Por ello, es importante saber cómo trabajar con ellos y el impacto que, en este sentido, tienen los espacios de trabajo.

Los trabajadores pasan un gran parte de su tiempo en la oficina. Por ello, en la consolidación de una cultura de trabajo sólida, que comprometa al personal y resulte productiva, es clave la adecuación del espacio a las características particulares del capital humano de las compañías. Una variable en la que la generación a la que se pertenece, juega un papel principal.

Desde Ofita, empresa de diseño y mobiliario de oficina, han revelado en un artículo  cómo crear lugares que puedan satisfacer las necesidades de todos los empleados que conviven en ella, a través de seis recomendaciones. “La idea –aseguran- es mezclar diferentes tipos de ambientes, por ejemplo, los abiertos destinados al trabajo más colaborativo con salas cerradas, donde se pueda recurrir para realizar labores de mayor concentración, hacer llamadas privadas, o mantener reuniones con grupos reducidos para determinadas funciones”.

El primero de los seis consejos que los expertos de Ofita dan, se encuentra vinculado a incentivar la construcción de espacios colaborativos, es decir, lugares donde pueda ser fomentado el trabajo en equipo y la comunicación interdepartamental. Esta tendencia es clave para los Millennials y Centennials, quienes consideran dicha colaboración como un elemento más para el buen ambiente de trabajo. Además, en la actualidad, “se estima que las áreas colaborativas ya se han convertido en protagonista de los nuevos espacios, ocupando hasta un 65% de ellos. El porcentaje debería aumentar en el corto plazo”, apuntan.

Por otro lado, se recomienda personalizar el diseño de los espacios de trabajo, incluyendo la opinión, expectativas y necesidades de sus profesionales. “En este proceso se debe tomar en consideración las demandas de las distintas generaciones, pues no serán las mismas. Escuchar a cada trabajador es la clave”, indican desde Ofita.

En tercer lugar se apunta hacia la importancia de la creación de “espacios de comunicación informal”, cuya finalidad es la de “fomentar la comunicación entre los empleados de distintas generaciones, a la vez de aumentar la calidad de vida en el trabajo”.

Sumado a ello, en cuarto lugar, comienza a ser relevante trabajar la ‘sensación de hogar’ en la oficina. Esto supone invertir en elementos que sean de uso habitual, más allá del espacio de trabajo como cortinas, cojines y elementos decorativos. “Aunque la generación tradicionalista y los baby boomers hayan crecido en espacios fríos de trabajo, se sienten conformes con el proceso de domesticación. Por su parte, la Generación X y Z asocian los guiños al mundo del hogar, con calidad de vida y satisfacción”, explica Ofita.

La quinta recomendación gira en torno a la creación de “un pool de espacios”, es decir, facilitar distintas opciones de trabajo a los profesionales, bien diferenciadas pero todas ellas flexibles, donde todos los miembros tengan acceso a ellas. Una tendencia, llamada “desk-sharing”, con la que, según Ofita, se sienten más cómodos los jóvenes que los profesionales seniors.

Finalmente, se aconseja invertir en herramientas tecnológicas dado que “los colaboradores empoderados, aquellos que tienen un mayor acceso a sus aplicaciones deseadas y necesarias para trabajar, tienen el triple de probabilidades de aumentar su productividad”, algo que es aplicable a todas las generaciones.

Fuente: Equipos y Talento
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Apuntes del editor:

El COVID-19 ha cambiado nuestra vida de muchas maneras, incluido el modo de trabajar. Ha afectado al modo en que utilizamos la tecnología, nuestro equilibrio entre vida privada y vida laboral y el futuro del trabajo flexible.

Compruebe los cuatro cambios más importantes en nuestra manera de trabajar.


1. Utilización de la tecnología

Cuando millones de personas de todo el mundo tuvieron que empezar a trabajar desde su casa debido a la pandemia de COVID-19, utilizaron la tecnología para adaptar su forma de trabajar. El trabajo en equipo cuando se trabaja a distancia se basa sustancialmente en herramientas en línea. Las reuniones presenciales se sustituyeron por conferencias en linea a través de plataformas como Zoom y Microsoft Teams que permiten a los miembros del personal acceder a las reuniones desde la sala de estar de su casa, ahorrando tiempo y dinero. Estas plataformas en línea superaron los obstáculos del trabajo a distancia y permiten la conexión entre las personas. Hicieron más cómodo el trabajo desde casa, al permitir a sus colegas seguir trabajando juntos en los proyectos.


2. Equilibrio entre la vida privada y la vida laboral

Cuando las empresas decidieron que no era seguro ir a la oficina, muchos empleados y empresarios trabajaron por vez primera desde su casa. Esto significaba que no necesitaban pasar horas de su día en el transporte público o en el tráfico de la autopista. Miles de personas empezaron a tener más tiempo y, en algunos casos, un mejor equilibrio entre la vida profesional y la vida privada. Con más tiempo en el día, el personal ha podido pasar el tiempo haciendo lo que les gusta, cuando normalmente lo dedicaban a viajar de casa al trabajo. Para algunas personas esto significaba que podían dormir más y dedicar más tiempo a hacer el desayuno o a sacar al perro antes de conectarse al ordenador portátil.


3. Comunicación

Aunque quizá crea que trabajar desde casa limitaría la comunicación con sus colegas, esto no siempre era así. Al obligar a las empresas a cambiar al trabajo a distancia, la pandemia mostró a empresarios y trabajadores que también es posible una buena comunicación fuera de la oficina. Trabajar desde casa ha permitido a muchas empresas explorar diferentes herramientas de colaboración, lo que ha permitido celebrar reuniones y debates en línea. Las herramientas también han brindado a los colegas un espacio para socializar. Pueden llamarse mutuamente para mantener las conversaciones que habrían mantenido en la oficina o durante su hora de almuerzo, permitiéndoles así hablar de sus vidas y de su trabajo.


4. Flexibilidad

Tradicionalmente, los empleadores se han mostrado reacios a aceptar el trabajo desde casa y el horario flexible. El trabajo a distancia exige que el empleador confíe en que su personal siga siendo productivo y ofrezca un trabajo de calidad cuando no está fuera de la vista. Al haber ensayado el trabajo en casa durante la pandemia, los empresarios pueden confiar más en el personal para trabajar desde su casa en el futuro, lo cual podría dar lugar a más oportunidades de trabajo flexible. Trabajar desde casa no es para todos, pero muchas personas han tenido la oportunidad de aprender a gestionar su tiempo y adaptarse a un entorno de trabajo diferente. Pueden incluso haber sido más productivas. La pandemia del COVID-19 ha demostrado que ya no hay una sola manera de trabajar, hay muchas.

 

La manera en que trabajamos cambió con la aplicación de diferentes medidas de cierre empresarial en todo el mundo y, para algunas empresas, puede haber cambiado definitivamente su modo de trabajo.


Por gentileza de:

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