Ser introvertido, tener sentido del humor y saber escuchar son características clave en los negocios de las que poco se habla.
Hablar sobre éxito en el mundo de los negocios generalmente involucra ciertos clichés como “Piensa fuera de la caja”, “Crecer o morir” y “El fracaso no es una opción”. Sin embargo, el fracaso sí es una opción, al igual que muchas cualidades clave que comúnmente son poco o nada valoradas en este ámbito:
El fracaso es una de las mejores herramientas para el éxito Steve Jobs tenía 30 años y era exitoso, millonario y una celebridad mundial cuando fue despedido de Apple, la empresa multimillonaria que fundó.
Pero como dijo Jobs ante un grupo de graduados de la Universidad de Stanford en 2005, ser despedido de Apple fue “lo mejor que pudo haberle pasado”. El fracaso, explicaba, finalmente lo liberó de la presión de tener que triunfar, permitiéndole tener un periodo de creatividad que fue pivote para el éxito de Apple.
Y Jobs no es el único. La carrera de muchos líderes de negocios sugiere que el fracaso y la adversidad son instrumentales para el éxito. ¿La clave? Usar ese fracaso como un “despertador” -como una oportunidad de aprender a hacer algo mejor- porque si no estás cometiendo errores, probablemente es porque no estás tomando riesgos.
Un buen Director de Personal quiere contratar a la persona más inteligente de la empresa. La vida laboral no es la preparatoria –no hay una penalidad por copiar la tarea del chico inteligente. El truco está en identificar quién es el chico o la chica inteligente y cómo hacer para sumarlo a tu equipo.
Las startups líderes reconocen la importancia de contratar al mejor talento. Por ejemplo, Google ha implementado su estrategia de analítica de personas la cual mantienen con fervor. Y cuando el emprendedor británico Richard Branson describe el ingrediente clave en su éxito siempre menciona el papel de su personal. Lo más probable es que también hable de las personas talentosas que dirigen empresas individuales dentro de su imperio Virgin.
Las compañías más relevantes en la actualidad se han convertido en sinónimos de sus fundadores: Bill Gates, Steve Jobs, Mark Zuckerberg. Sin embargo, las empresas más exitosas no se han construido a partir de los logros de una sola persona.
No tienes que ser el alma de la fiesta
El mundo de los negocios nunca ha sido muy amigable con los introvertidos. No obstante, cuatro de los 10 principales ejecutivos top (incluyendo a Larry Page, cofundador y CEO de Google) son personas introvertidas. De hecho, aunque su éxito no surge de su introversión natural, una idea respaldada por estudios recientes sugiere que, gracias a ella, los introvertidos adoptan un mejor ambiente en equipo que los extrovertidos.
También es importante destacar que los introvertidos más exitosos han dominado la habilidad de actuar como los extrovertidos, lo que es un recordatorio de que aprender a fingir algunas cosas también es esencial en el arsenal de un líder.
Escuchar puede tener más impacto que hablar
En repetidas ocasiones, se afirmó que para el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, el liderazgo era una carga. Naturalmente tímido en su carrera temprana, Zuckerberg era llamado “moderadamente autista” como resultado de sus extrañas apariciones en público. Pero detrás de la sudadera y de sus nulas habilidades para las entrevistas había una gran capacidad para escuchar.
Típicamente, elegimos líderes por su habilidad de compartir mensajes con poder y claridad. Pero realmente es el saber escuchar lo que distingue a un buen líder de los demás. Eso se debe a que conforme mejor eres escuchando, más probable es que la gente hable contigo. Debido a sus habilidades para escuchar, Zuckerberg reunió a un equipo de personas leales y apasionadas que compartían su pasión por Facebook.
No te lo tomes demasiado en serio
Antes de que Dick Costolo, CEO de Twitter, se convirtiera en la cabeza de la red social, era comediante. Resulta que sus habilidades para hacer reír han jugado un importante papel en el éxito del negocio.
¿Por qué? Sólo piensa en las personas en quienes más confías y con las que mejor te llevas –lo más seguro es que no se tomen demasiado en serio. Y los CEOs exitosos como Costolo han notado que un líder que motiva la risa tiende a ser menos jerárquico y más innovador.
El carisma está sobrevalorado
Un vistazo a algunos de los mayores colapsos de negocios en la última década revela una tendencia asombrosa: muchos de ellos eran dirigidos por líderes muy carismáticos. No siempre fue así. En las décadas de 1960, 1970 y 1980 los CEOs generalmente eran hombres que iniciaron desde abajo y trabajaron hasta llegar a la cima. Pero en los 90’s, la trayectoria corporativa cambió.
Conforme disminuían las ganancias de las grandes empresas, los inversionistas comenzaban a buscar CEOs con atractivo de estrellas. “El culto del CEO” emergió, y el carisma se convirtió en el barómetro del liderazgo empresarial.
Pero el tiempo nuevamente cambió la ecuación y demostró que esta cualidad no lo es todo. Entre este tipo de CEOs que fracasó está el antiguo directivo de Enron, Jeffrey Skilling, cuyo encanto tenía un poder tan poderoso en la junta de consejo que ésta dejó al margen su propio código de ética.
Escrito por: MIKEL JONES
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