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jueves, 18 de marzo de 2021

Los 7 mandamientos del buen líder

 


   

Cuando una persona empieza a desempeñar este rol, no significa necesariamente que esté preparada para ello. De hecho, esta responsabilidad suele traer consigo una curva de aprendizaje abrupta para cualquier nuevo manager.

¿Cuántos profesionales han sido promocionados para dirigir equipos sin saber realmente cómo inspirarlos y liderarlos? Aunque el liderazgo es una cualidad innata en algunas personas, para la mayoría es algo que hay que aprender y trabajar a diario. Muchos directivos se pasan toda su carrera profesional gestionando personas sin ser nunca reconocidos como líderes, sabiendo sólo microgestionar en lugar de desarrollar equipos motivados y autónomos.

Robert Walters acaba de lanzar la guía “Un Paso Adelante: Guía para Nuevos Managers”, en la cual se explican los 7 métodos para integrar un auténtico liderazgo dentro de la gestión de un equipo:

Saber cuándo dar un paso atrás 

Delegar no es compartir una gran carga de trabajo. Los líderes deben saber reconocer cuándo tienen que dar un paso atrás para brindar a los miembros de su equipo la oportunidad de brillar. Esto significa permitir que los empleados adopten su propio enfoque y asuman sus propios errores. Obviamente, si los proyectos empiezan a perder el rumbo, como líder tendrá que intervenir. Sin embargo, los líderes deben ofrecer apoyo sin caer en comportamientos de microgestión, que afectan negativamente a la confianza del equipo.

Fomento de la formación

Los líderes deben estar realmente comprometidos en fomentar el desarrollo de sus empleados. Al promover programas de formación y sesiones para la mejora de sus habilidades y competencias, los buenos líderes animan a su equipo a alcanzar su máximo potencial.

Coaching para el éxito

Un elemento esencial para garantizar que los empleados sobresalgan es apoyarles y guiarles en el camino hacia el éxito. El coaching va de la mano del liderazgo. No se trata sólo de dar consejos, sino de ofrecer un espacio abierto para que los demás expresen sus opiniones, compartan sus ideas y lleguen a sus propias conclusiones sobre los proyectos en marcha.

Ofrecer feedback con honestidad y empatía

Cuando se trata de desarrollar un equipo, es crucial proporcionar un feedback continuo a cada integrante. Pero no siempre es fácil, sobre todo si hay que resolver un conflicto. Los buenos líderes deben intentar que sus comentarios sean constructivos y no críticos:

Ser específico y centrarse en el problema: no dar por sentado que el empleado cuenta con toda la información de contexto para entender por qué cierto elemento, factor o enfoque supondría un problema. Tratar siempre de explicar el «por qué» de las cosas, logrando así una comunicación clara y transparente.

No convertir el problema en algo personal: los buenos líderes deben centrarse en la situación y no en el individuo, evitando que el empleado se sienta atacado y/o a la defensiva.

Cuidar el tono y lenguaje utilizado: lo ideal es que la conversación se realice cara a cara, de forma concisa, clara y tranquila. Si no se puede realizar en persona, es recomendable utilizar el teléfono en lugar de enviar un correo electrónico. Fundamental evitar el uso de palabras con carga emocional, como «decepcionado» o «frustrado».

Apertura a la retroalimentación: siempre que un líder dé su feedback, ha de ofrecer a los miembros de su equipo la oportunidad de expresar sus opiniones, con la misión de establecer juntos los pasos hacia la mejor solución. Esto no sólo demuestra a los empleados la importancia que tienen para el líder, sino que convierte “el problema” en un plan de acción positivo.

Equilibrar lo positivo y negativo: el feedback debe ser continuo y nunca debe centrarse íntegramente en lo positivo o negativo. Puede parecer tentador suavizar los comentarios negativos con elogios. Por ejemplo, «Sé que has trabajado mucho en este proyecto, pero…» Este enfoque hace que el punto anterior parezca poco sincero y envía un mensaje ambiguo. Los elogios deben darse cuando son merecidos y es mejor que vayan acompañados de agradecimiento. Por ejemplo, «El nuevo proceso que has implantado ha mejorado realmente nuestra eficiencia como equipo. Muchas gracias por tu trabajo. Tu iniciativa ha supuesto un verdadero valor añadido”.

Incentivar la autocrítica constructiva

Los líderes deben incentivar a sus equipos a hablar y valorar su desempeño. Puede ser difícil, pero los comentarios de los empleados son muy valiosos para desarrollar un estilo de liderazgo. La mejor manera de obtener un feedback constructivo es haciéndoles preguntas como:

  • ¿Cómo podría haberte apoyado mejor si volviéramos a realizar este proyecto?
  • ¿Con qué obstáculos te has encontrado durante el desarrollo del proyecto?
  • ¿Cómo crees que podríamos haberlos evitado?
  • ¿Qué crees que podría salir mal si intentamos [X]?
  • ¿Qué crees que ha logrado que el proyecto [X] sea un éxito?

Adoptar un enfoque ágil

Los líderes deben adaptarse a los cambios rápidamente debido al mundo laboral en el que vivimos actualmente. La adopción de un enfoque flexible en el estilo de liderazgo y el compromiso con un desarrollo continuo, ayudará a los líderes a sentirse más cómodos con los futuros retos a superar, así como a transformar sus métodos y prácticas con el fin de obtener el máximo potencial de su equipo.

«Como líder, a menudo puedes sentir que es tu responsabilidad tener la solución a todas las cuestiones y problemas. La realidad es que tu cometido no es ofrecer todas las respuestas, sino proporcionar los medios para encontrarlas. Si pudiera dar un consejo a un nuevo manager sería: Disfruta del camino. Siempre surgirán retrasos e imprevistos, pero el privilegio de tu posición es tener la capacidad de ayudar a otros a aprender a enfrentarse a desafíos, con la misión última de que salgan de estas experiencias mejor preparados para superar lo que les depare el futuro.» comenta Marco Laveda, Regional Director en el Grupo Robert Walters.

  • Liderar con pasión: si el líder cree en lo que hace, los demás se motivarán con mayor facilidad y “contagiarán” de su misión.
  • Apoyar desde la distancia: dar un paso atrás para permitir que los miembros del equipo brillen.
  • Ser empátic@: tanto para atribuir una tarea como para ofrecer feedback, el buen líder debe centrarse en las necesidades del equipo.
  • Implantar una cultura positiva: fomentar el entorno adecuado para que los empleados se desarrollen y prosperen.
  • Desarrollo continuo: siempre hay nuevas habilidades y competencias que aprender.
  • Facilitar que otros tengan éxito: consultar, aconsejar, motivar y animar.
  • No esperar ser “el experto”: ningún líder es capaz de hacer, crear y hacer brillar toda tarea y proyecto; es muy importante involucrar y apoyar las ideas de compañeros, amigos y expertos.

Crear una cultura y estilo de liderazgo propio en base a esta combinación de prácticas. 

      Fuente: Observatorio RH

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