Translate

domingo, 8 de diciembre de 2013

DECISIONES A TIEMPO




En muchas ocasiones, la toma de decisiones requiere de un esfuerzo considerable a la hora de recabar información y analizar la misma. Muchas veces, se presentan ante nosotros diversas alternativas, cada una de las cuales tiene sus pros y sus contras, e incluso una reflexión más detenida significa en muchos casos añadir otras posibilidades.

Normalmente, la complejidad de la decisión va en consonancia con su importancia. Cada día tomamos cientos de pequeñas decisiones que ocupan apenas unos segundos nuestra mente, mientras que hay decisiones que conllevan años de estudio, el esfuerzo combinado de muchas personas y por consiguiente una gran inversión en términos monetarios, aunque sólo fuese por el coste de oportunidad.

La infinidad de variaciones y opciones que pueden tenerse en cuenta a la hora de tomar decisiones de cierta entidad pueden implicar además diversos problemas añadidos, que conviene tener en cuenta:

El coste en que se ha incurrido. Si el esfuerzo que se ha dedicado al estudio de las alternativas, en términos de tiempo y/o monetarios es muy elevado, es probable que terminemos adoptando esa decisión, aunque ya no la consideremos demasiado buena ¡con todo lo que hemos invertido, como para echarse atrás! –pensarán algunos.

La llamada parálisis por análisis. Si nos dedicamos a estudiar y a darle tantas vueltas a la información de la que disponemos que el propio proceso de análisis está retrasando en exceso la decisión, mal asunto. Como decía al principio, debe haber cierta correlación entre la importancia de la decisión y el esfuerzo aplicado.

Relacionado con los dos puntos anteriores, debemos considerar también la oportunidad de la decisión. Supongamos que hemos hecho bien nuestro trabajo, hemos analizado las consecuencias de una u otra alternativa de manera razonable, pero… ¿es oportuna ahora mismo esa decisión? ¿O quizás se ha quedado ya obsoleta y ya no es conveniente?

Ejemplos reales de esto último hay muchos:

1. Empresas que deciden realizar una importante inversión porque las ventas van bien, cuando es razonablemente previsible que puede haber una importante bajada de las mismas en los próximos años; evidentemente, nadie tiene una bola de cristal para adivinar el futuro, pero es importante analizar la posibilidad de que el comportamiento del mercado en el futuro sea diferente al que ha tenido en los últimos tiempos, y esto es una lección que se olvida muy a menudo.

2. Sociedades que viven una situación complicada, y tras meditarlo durante mucho tiempo, deciden prescindir de uno o varios trabajadores, con un coste tan elevado que dicha decisión supone la puntilla.

3. Compañías que se endeudan en exceso basándose en los bajos tipos de interés actuales, considerando que en el futuro van a mantenerse.

- Etcétera (aunque son ejemplos del mundo empresarial, esto es extrapolable a la vida personal de cada uno; en muchas ocasiones, no analizamos adecuadamente la oportunidad de la decisión).

Por eso, tan importante como no precipitarse es no tardar demasiado; no sólo se trata de llegar a la conclusión acerca de cuál es el camino adecuado, sino también de tener muy en cuenta si es el momento.


Pablo Rodríguez es licenciado en Ciencias Empresariales, postgraduado en Auditoría de Cuentas y máster MBA, apasionado del mundo de la economía y la gestión empresarial. Para compartir sus comentarios y su punto de vista sobre estos temas, visite: www.economiasencilla.com
_______________________________________________________________________


No hay comentarios:

Publicar un comentario