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sábado, 8 de febrero de 2014

GESTIÓN INMOBILIARIA: LOS PROTAGONISTAS DE LA OPERACIÓN



En el sector inmobiliario, una de las áreas menos desarrolladas, son las referidas a la gestión de los recursos humanos, por creer que cualquier persona puede tener cabida en una organización comercial, por el simple hecho de tener una buena presencia y trato agradable.

Independientemente de estas características físicas y personales, es muy importante que estos vendedores se responsabilicen en las distintas áreas funcionales de la gestión comercial, se involucren y obtengan los objetivos que se ha marcado la organización.

Las empresas inmobiliarias bien organizadas realizan un efectivo diseño comercial para comercializar los productos y/o servicios inmobiliarios, contemplando la formación integral de sus hombres y mujeres de venta.

La “preparación y experiencia” de los comerciales, son los perfiles mas demandados las empresas del sector inmobiliario. Las empresas solicitan vendedores con una gran capacidad de análisis y de gestión de los negocios. No sólo deben ser capaces de persuadir y motivar al comprador, sino que han de ser capaces también de aportar ideas creativas y hacer que las cosas ocurran verdaderamente.

Descubrir las verdaderas necesidades de los clientes compradores y poder satisfacerlas en tiempo record, son factores imprescindibles y determinantes para competir en un mercado que ya no crece en función de la oferta, sino de la demanda.

Hay que contrarrestar las objeciones del cliente con argumentos convincentes, descubrir que el cliente no es un enemigo sino un aliado, conocer sus verdaderas motivaciones de compra y hacerlas coincidir con nuestras propuestas.

En los cursos de formación y reciclaje que IEGE imparte a los equipos comerciales de sus empresas-clientes (Oficinas Inmobiliarias y Promotoras)  se hace hincapié en que hay que tener presente que: “siempre se consigue más dirigiéndonos al bolsillo de los hombres, donde hay algo que les pertenece, que dirigiéndonos a su cabeza o su mente, donde no suele haber más que ideas prestadas o robadas”; esto ya lo decía Samuel Butler en el siglo XIX.

Nuestros clientes

Las relaciones con nuestros clientes son relaciones “proactivas”, por tanto el objetivo principal de nuestro trabajo es dominar todos los conceptos sobre la venta inmobiliaria y desarrollar la habilidad necesaria para poner en práctica todas las técnicas con éxito. Algunas de ellas las desarrollaremos a lo largo de este Seminario.

Las relaciones proactivas con sus clientes le enseñarán a mejorar la prestación de un servicio de calidad y a la vez incrementar su volumen de negocio.

Cada vez que usted trate con un cliente, éste deberá tener la impresión de estar recibiendo un servicio “memorable”.

Todo lo que usted va a estudiar en estos cuadernos de gestión inmobiliaria es práctico y de aplicación inmediata.

Las técnicas que aprenda las adaptará a las funciones que usted desempeñe en su nuevo trabajo como profesional del sector inmobiliaria, bien como vendedor o como responsable de su propia Agencia.

En su nueva singladura empresarial:
  • El éxito y la responsabilidad son suyas
  • Las ventas y el prestar un buen servio van unidos.
Los servicios inmobiliarios son cada vez más complejos, y por ello el consumidor necesita un mayor y mejor asesoramiento.

Vender es ayudar a que la gente consiga lo que necesita.

Acostúmbrese a ser excelente en todo lo que haga.

El principio de las realidades de las que partimos: Tiene usted que enfrentarse a las realidades que le vienen dadas tal y como son y no como usted quiera que sean:
  • La competencia entre las operadoras inmobiliarias está creciendo, y así seguirá.
  • La complejidad creciente de los servicios inmobiliarios que genera dicha competencia está sembrando la confusión entre muchos clientes, por tanto:
La diferencia entre su Agencia Inmobiliaria y otras de su área geográfica radica en cómo promociona, comercializa y vende sus productos y, en consecuencia, qué impresión tiene de todo ello su clientela potencial.

Es importante conocer las variables que condicionan la venta de productos inmobiliarios. Y consecuentemente es necesario dividir la clientela total en grupos y la estructura diferencial de los grupos finalmente obtenida.

Existen diversas tipologías de compradores, es decir, la clasificación de individuos en un cierto número de tipos, a los que habrá de distinguir a la hora de hablar y cubrir sus necesidades.

La aplicación de las técnicas de tipología, consideramos que es un punto de partida interesante  para empezar la relación con nuestro mercado objetivo. En nuestro mercado se dan dos conjuntos claramente diferenciados:
  • Un conjunto de individuos con unas necesidades concretas.
  • Un conjunto de opciones inmobiliarias.
El resultado es una tipología simultánea de clientes y productos inmobiliarios.

Por tanto, el aspecto psicológico individual y social del comportamiento del comprador, frente a un mensaje determinado, es una reacción desigual a pesar de que los clientes potenciales adoptan una actitud positiva hacia el contenido del mensaje o idea trasmitida.

El cliente, casi siempre, tiene una idea preconcebida de lo que quiere comprar.  Con o sin razón, muchas veces el cliente tiene ciertos prejuicios, de distinto signo, sobre lo que la publicidad de venta de productos inmobiliarios puede influir en su decisión.

Clasificación de los productos inmobiliarios.

Los productos inmobiliarios pueden clasificarse de la siguiente forma:

1.      Vivienda de primera residencia.
2.      Vivienda de segunda residencia.
3.      Locales comerciales
4.      Garajes
5.      Oficinas
6.      Naves industriales
7.      Fincas rusticas
8.      Solares urbanos.

El 80% de las ofertas que existen en el mercado corresponde a viviendas permanentes.

Es el núcleo principal de la estructura social de un país, donde habitan individuos, familias, es -en definitiva- el hogar. Se convierte por ello en un producto de primera necesidad, no solo equiparable a otras necesidades primarias del ser humano (alimentación, vestido, cultura), sino que también es un elemento diferenciador como signo de posición social.

La vivienda pues se convierte en un elemento que rene una serie de connotaciones que destacamos a continuación:

Disfrute personal: tanto como vivienda permanente como para pasar las vacaciones.

Propiedad: muy arraigado en nuestro país, donde apenas hace 30 años los ciudadanos vivían realquilados o hacinados. Hoy alrededor del 80% de las familias españolas al menos posee una vivienda propia, y otro 10% cuenta con una segunda residencia.

Seguridad: Este patrimonio al verse incrementado en su valor en los últimos años, ha supuesto para muchas familias disponer de un amplio patrimonio que le garantiza su futuro y al mismo tiempo traspasarse a sus herederos.

Inversión y rentabilidad: Los esfuerzos económicos que se hacen inicialmente se ven debidamente compensados al tener un incremento patrimonial en las ventas que se realizan posteriormente con lo cual puede accederse a otras propiedades mejor dotadas tanto para vivienda permanente como para reinversión.

Los factores que condicionan la venta de una vivienda son los que detallamos a continuación y son en definitiva los atributos internos y externos que determinan el ritmo y éxito de nuestras ventas

1)     Producto

·        Situación de la vivienda
·        Características técnicas y constructivas.
·        Tamaño y espacio habitacional.
·        Aspectos exteriores

2)    Condiciones económicas

·        Precios
·        Entradas iniciales
·        Financiación a largo plazo.
·        Precio total

3)    Coste de comercialización

·        Campaña promocional.
·        Señalización
·        Oficinas de venta o pisos piloto
·        Equipos comerciales.

Si la suma de estos factores nos da un resultado ajustado a las preferencias de nuestro mercado objetivo, estaremos ante un producto ideal para la mayoría de los compradores, dado que la relación producto-precio estará debidamente dimensionada, con lo cual la comercialización y el éxito de las ventas estarían garantizados.

Pero no siempre ocurre así. Los parámetros que intervienen en una promoción inmobiliaria, como son el terreno, la construcción, los diversos gastos previos, autorizaciones administrativas, costes de comercialización, etc. muchas veces hacen inviable la compra de una casa.

La vivienda ideal solo existe en la mente del comprador, puesto que la superficie que requiere y la calidad que muchas veces desea, por un lado, y el precio y las condiciones existentes en el mercado, son inasumibles por aquel. 

+ info.

Este Tema forma parte de la serie "Cuadernos de Gestión Inmobiliaria y Financiera" editados por el INSTITUTO EUROPEO DE GESTIÓN EMPRESARIAL. 

Titulo: CURSO DE GESTIÓN INMOBILIARIA
Autor: Pedro Rubio Domínguez (MDI)

Pueden reproducir los textos citando la fuente:
© Instituto Europeo de Gestión Empresarial- Madrid (España) CIF B78404290
"CURSO DE GESTIÓN INMOBILIARIA"
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