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miércoles, 10 de diciembre de 2014

2015, AUN UN FUTURO INCIERTO

 

Estimados lectores: Cuando despedíamos el año 2013, todos nos hacíamos la firme promesa de que las cosas en 2014 iban a cambiar, o al menos, por nuestra parte, cada uno de nosotros pondríamos ese empeño para que esto ocurriera verdaderamente.

En Economía se dice que “un mercado es transparente cuando los precios se forman libremente por la concurrencia de la oferta y la demanda sin que ningún agente que intervenga pueda influir decisivamente en el precio”.  La anticipación de tendencias y situaciones es un asunto que no se ha valorado en la mayoría de los sectores de la economía y en lo que se refiere a las técnicas de análisis del mismo, aquellos que preveían razonadamente el estallido de la burbuja inmobiliaria, se les tachaba de catastrofistas y como, alguien dijo desacertadamente, de antipatriotas

Este sector que mencionamos por desgracia no ha sido durante muchos años modelo en este aspecto y, en mi opinión, la falta de esa transparencia ha desembocado en la actual situación, donde la mayoría de las empresas a partir de 2008 se encontraban en una teórica suspensión de pagos y las menos favorecidas, en quiebra técnica.

Entre bambalinas todo el mundo sabe lo que ha sucedido. Sencillamente: una lucha por el poder financiero en el país, en la que todo parecía ser lícito. Todo lo que hemos vivido y soportado durante los últimos años pertenece al género más puro del “vaudeville” con ribetes de tragi-comedia. El resultado está a la vista: concursos de acreedores, los bancos que aún no se ha socializado y amenazan con embargos a las primeras de cambio, etc. Pero la trascendencia de lo sucedido reviste una extrema gravedad, las prácticas y manipulaciones del mercado con el apoyo de la Banca, quedan cortos frente al notorio perjuicio causado a las familias y a las pequeñas y medianas empresas.

Las previsiones para 2015 parecen ser más optimistas, por lo tanto, la situación ha pasado de ser crítica a esperanzadora. La economía española ya no destruye puestos de trabajo, sino que los crea, aunque sea a cuenta gotas.  

Aunque la mayor parte de los analistas consideran que la recuperación llegará pronto, aún el alto nivel de deuda de las familias, el déficit del Estado y la crisis en la mayoría de los sectores, como la industria, los  servicios, al sistema financiero etc. ponen en tela de juicio estas expectativas. 

Pedro Rubio Domínguez
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