Caso nº 5 . Mala selección del adjunto
Después de una carrera mediocre en Derecho, Henry Brown era demasiado tímido y desconfiaba bastante de sus propias habilidades para abrir un bufete. A lo largo de sus estudios procuró evitar toda responsabilidad y de este modo no se confundía. Trabajando demostraba una fidelidad perruna hacia su jefe haciendo todo al pie de la letra, que es como suponía que debía hacerlo, poniendo especial cuidado en los menores detalle porque éstas eran las cosas en la que se consideraba más competente. Estaba muy atento a las caracteristicas y cualidades de su jefe y le adulaba constantemente. Se fijó también en las caracteristicasa de los compañeros de su jefe y hacía alguna pequeña cosa para ellos, En principio, no desperdiciaba la ocasión de tener relación con los "favoritos" y procuraba ser el primero en criticar a los que estaban fuera de este grupo. Sobre todo, tuvo fama como cuidadoso tramitador de grandes cantidades de documentos.
Después de varios años de servicio llamó la atención de su jefe y finalmente la del Director General. Realizaba todas las tareas pequeñas de su jefe, redactaba documentos y órdenes, anotaba sus citas en su agenda, en fin se convirtió en su mano derecha.
Así llegó a ser una pequeña potencia por si mismo. Todas las cosas que solia hacer para su jefe--actuando como felpudo cuando este estaba de mal humor-- escuchando los cuchicheos de los lavabos, preparando bebidas, procurando que las casetas de las cacerias y los camarotes de los cruceros estuvieran a punto para las visitas de su jefe, y así se convirtió en una persona que necesitaba subordinados para ayudarle. Destituyó a individuos sin causa alguna, dejaba a los ejecutivos expectantes cuando iba a producirse un nombramiento, rehusaba autorizar descuentos en las ventas de mercancias de la empresa, excepto para sus propios perros falderos y, en general, se resarcía de sus años de oscuridad con desplantes de arrogancia.
Por fortuna para la empresa y para la salud de los ejecutivos, después de dos años se jubiló su jefe, y ahora Brown está abajo, justo donde empezó, llevando papeles de un despacho a otro. La única diferencia consiste en que ahora usa una visera verde y tiene miedo de mirar a la gente de frente.
PRD
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