El crecimiento económico español superó todos los pronósticos y volvió a
crecer el 3,2% en 2016. El desempleo sigue cayendo, la inflación alcanza el
3% y la deuda pública se estabiliza en torno al 100% del PIB.
En su tercer año de expansión, España ha
continuado creciendo más rápidamente que la media
de la zona del euro. La demanda interna ha seguido
siendo el principal motor del crecimiento y la
contribución de las exportaciones netas al
crecimiento del PIB ha sido positiva en 2016, por
primera vez, desde que comenzó la recuperación. Si
bien se prevé que el del consumo privado disminuirá
a medida que lo hagan el crecimiento del empleo y
otros factores que lo apoyan.
La renta disponible se verá afectada a
medida que suben el precio del petróleo,
desaparecen las reducciones fiscales aplicadas por
motivos electorales, y se endurecen las condiciones
de financiación. En cuanto a la inflación, estabilizará
su crecimiento en 2017 para volver a aumentar en
2018, impulsado por la recuperación gradual de la
inversión en construcción, tanto residencial como no
residencial.
España ha ganado cuotas de mercado en el
exterior, en parte impulsadas por llegadas turísticas
récord, 75 millones de visitante en 2016. Se espera
que las exportaciones se desaceleren en 2017, antes
de recuperarse en 2018, mientras los socios
comerciales de España se recuperan.
La fuerte creación de empleos ha continuado a
lo largo de 2016, y se espera que el desempleo se
sitúe en el 16% de la población activa en 2018.
En combinación con las perspectivas
macroeconómicas positivas, que deberían continuar
apoyando los ingresos fiscales y manteniendo las
transferencias sociales, el déficit público alcanzará el
3,5% del PIB en 2017. En 2018, con políticas sin
cambios, el déficit puede reducirse al 2,9% del PIB.
Los riesgos de las perspectivas fiscales se
relacionan principalmente con pasivos contingentes
e incertidumbre con respecto al impacto de las
recientes medidas tributarias.
Cambio potencial de la política monetaria
Por el lado financiero, todo parece indicar que el
BCE mantendrá su política monetaria, mientras siga
resistiendo las presiones que le llegan desde
Alemania.
Aunque el repunte de la inflación en la zona
euro, que se situó en el 2% el pasado mes de
febrero, permita dar por cumplido el objetivo
marcado por el BCE. Su presidente, Mario Draghi,
permanece impasible y espera que se consolide,
además de que su escudo es la inflación subyacente
que está en el 0,9%, todavía muy alejada del objetivo
del 2%.
Una subida de tipos y el fin de la compra de
bonos por parte del BCE tendría sus efectos en la
inversión inmobiliaria en general. Otras alternativas
de inversión, como la renta fija, volverían a competir
con la inmobiliaria, disminuiría la liquidez de los
mercados de capitales, y la deuda sería más cara.
Además, al aumentar la tasa de capitalización el
valor de los activos bajaría, salvo en aquellos casos
en los que las subidas de las rentas compensaran de
la caída producida por el aumento del cap.
La fortaleza de la economía española es duradera
El ministro de Economía, Luis de Guindos,
considera que España tiene la suficiente fortaleza
como para que su Producto Interior Bruto (PIB)
continúe con la actual «inercia» que puede llevarle a
avanzar entre el 2,5% y el 3% durante «los próximos
tres o cuatro años». De esta forma, el país
conseguiría registrar «una década de crecimiento
importante e intenso» tras la crisis que comenzó en
2008.
Las estimaciones del ministro se encuentran
condicionadas a que no se cometan «errores», a que
el país siga mostrando «cierta» estabilidad política y,
por tanto, a que el Gobierno pueda sacar adelante los presupuestos del Estado que previsiblemente
aprobará el Ejecutivo a finales de mes. Luis de
Guindos pidió «estar a la altura de las
circunstancias» porque «a lo mejor el tren no vuelve
a pasar en mucho tiempo», en un contexto marcado
por factores exógenos favorables, como la actual
política del BCE.
El responsable económico del Gobierno
insistió en la necesidad de no derogar la actual
reforma laboral, aunque matizó que «se puede
perfeccionar y complementar». E instó a continuar
con el proceso de privatización de las entidades
nacionalizadas, Bankia y BMN, y seguir con el
esfuerzo de la consolidación fiscal.
Por gentileza de:
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