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lunes, 13 de marzo de 2017

CRECIMIENTO ECONÓMICO SÓLIDO Y POTENCIALES CAMBIOS MONETARIOS

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El crecimiento económico español superó todos los pronósticos y volvió a crecer el 3,2% en 2016. El desempleo sigue cayendo, la inflación alcanza el 3% y la deuda pública se estabiliza en torno al 100% del PIB.

En su tercer año de expansión, España ha continuado creciendo más rápidamente que la media de la zona del euro. La demanda interna ha seguido siendo el principal motor del crecimiento y la contribución de las exportaciones netas al crecimiento del PIB ha sido positiva en 2016, por primera vez, desde que comenzó la recuperación. Si bien se prevé que el del consumo privado disminuirá a medida que lo hagan el crecimiento del empleo y otros factores que lo apoyan.

 La renta disponible se verá afectada a medida que suben el precio del petróleo, desaparecen las reducciones fiscales aplicadas por motivos electorales, y se endurecen las condiciones de financiación. En cuanto a la inflación, estabilizará su crecimiento en 2017 para volver a aumentar en 2018, impulsado por la recuperación gradual de la inversión en construcción, tanto residencial como no residencial.

España ha ganado cuotas de mercado en el exterior, en parte impulsadas por llegadas turísticas récord, 75 millones de visitante en 2016. Se espera que las exportaciones se desaceleren en 2017, antes de recuperarse en 2018, mientras los socios comerciales de España se recuperan.

La fuerte creación de empleos ha continuado a lo largo de 2016, y se espera que el desempleo se sitúe en el 16% de la población activa en 2018.

 En combinación con las perspectivas macroeconómicas positivas, que deberían continuar apoyando los ingresos fiscales y manteniendo las transferencias sociales, el déficit público alcanzará el 3,5% del PIB en 2017. En 2018, con políticas sin cambios, el déficit puede reducirse al 2,9% del PIB. Los riesgos de las perspectivas fiscales se relacionan principalmente con pasivos contingentes e incertidumbre con respecto al impacto de las recientes medidas tributarias.

Cambio potencial de la política monetaria

Por el lado financiero, todo parece indicar que el BCE mantendrá su política monetaria, mientras siga resistiendo las presiones que le llegan desde Alemania.

Aunque el repunte de la inflación en la zona euro, que se situó en el 2% el pasado mes de febrero, permita dar por cumplido el objetivo marcado por el BCE. Su presidente, Mario Draghi, permanece impasible y espera que se consolide, además de que su escudo es la inflación subyacente que está en el 0,9%, todavía muy alejada del objetivo del 2%.

Una subida de tipos y el fin de la compra de bonos por parte del BCE tendría sus efectos en la inversión inmobiliaria en general. Otras alternativas de inversión, como la renta fija, volverían a competir con la inmobiliaria, disminuiría la liquidez de los mercados de capitales, y la deuda sería más cara. Además, al aumentar la tasa de capitalización el valor de los activos bajaría, salvo en aquellos casos en los que las subidas de las rentas compensaran de la caída producida por el aumento del cap.

La fortaleza de la economía española es duradera

El ministro de Economía, Luis de Guindos, considera que España tiene la suficiente fortaleza como para que su Producto Interior Bruto (PIB) continúe con la actual «inercia» que puede llevarle a avanzar entre el 2,5% y el 3% durante «los próximos tres o cuatro años». De esta forma, el país conseguiría registrar «una década de crecimiento importante e intenso» tras la crisis que comenzó en 2008.

Las estimaciones del ministro se encuentran condicionadas a que no se cometan «errores», a que el país siga mostrando «cierta» estabilidad política y, por tanto, a que el Gobierno pueda sacar adelante los presupuestos del Estado que previsiblemente aprobará el Ejecutivo a finales de mes. Luis de Guindos pidió «estar a la altura de las circunstancias» porque «a lo mejor el tren no vuelve a pasar en mucho tiempo», en un contexto marcado por factores exógenos favorables, como la actual política del BCE.

El responsable económico del Gobierno insistió en la necesidad de no derogar la actual reforma laboral, aunque matizó que «se puede perfeccionar y complementar». E instó a continuar con el proceso de privatización de las entidades nacionalizadas, Bankia y BMN, y seguir con el esfuerzo de la consolidación fiscal.

Por gentileza de:

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