Prepararse, acudir a la universidad y tener idiomas es importante, sin embargo, no es lo único que buscan las empresas y, desde luego, no es lo por lo que el empleo llama a la puerta. Un artículo publicado en el diario El Confidencial habla de la constancia y perseverancia como los componentes esenciales para ser altamente empleables.
A menudo conseguir un empleo se relaciona con la suerte, pero la realidad es que ni la formación requerida suele ser ya un factor determinante para la empleabilidad. España está llena de personas muy bien formadas, pero en paro. Y aunque existen muchos elementos que han condicionado esta situación, también hay cosas que está en las manos de uno mismo y que pueden cambiar el rumbo de los acontecimientos.
Para empezar, y según revela un artículo publicado en el diario El Confdencial, las personas que logran acceder a un puesto de trabajo, de forma constante, no siguen las normas establecidas. Es decir, que, a la hora de aplicar a la oferta de empleo, no se limitan a seguir las reglas marcadas por la empresa en cuestión.
Un ejemplo de esto mismo es, buscar qué es lo cuenta la empresa sobre ella misma, de sus necesidades y requerimientos. También contactar con personas en puestos similares y preguntar acerca de sus tareas y responsabilidades, conociendo así qué fortalezas se tiene a la hora de postular a ese empleo. Un proceso que LinkedIn ha facilitado y mucho.
Asimismo, estas personas no se limitan a la entrevista personal, un encuentro único donde sólo existe una oportunidad de éxito. De hecho, una buena idea es tratar de saber a quién es necesario conocer dentro de la organización - por ejemplo, personas con un puesto parecido- y cómo ponerse en su radar, así como conocer la ‘vida y milagros’ de la compañía, en entrevistas y artículos que expliquen cuál es su proyecto de futuro y cómo se puede contribuir a él.
En tercer lugar, las personas con un número alto de ofertas de empleo, no pierden el entusiasmo aun cuando fracasan, una actitud que de hecho suele llevar al éxito final. Y finalmente, no se quedan con la primera opción que les aparece, aunque esto depende mucho de las circunstancias particulares de cada persona.
Sin embargo, no ser conformista implica abrir la puerta a oportunidades mejores o, al menos, abrir el camino a una renegociación de las condiciones del trabajo. “Para hacer algo así es fundamental saber qué estás buscando, y no tomar decisiones en base a arrebatos emocionales”, concluye el artículo.
Fuente: Equipos y Talento
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