Todos podemos quedar atrapados en una emoción que nos molesta o nos perjudica en nuestros vínculos laborales o personales. En lugar de negarla, reprimirla o racionalizarla para evitar el malestar que nos genera, lo mejor será conocerla y transformarla.
Las emociones negativas son reacciones interiores que surgen ante un hecho que interpretamos como desfavorable. Su función es la de preservarnos y adaptarnos al medio ambiente. Como nos hacen experimentar sensaciones desagradables, tendemos a evitarlas. Sin embargo, necesitamos escuchar su mensaje para poder resolverlas.
La psicóloga y coach ontológico Viviana Blas -autora, además, de varios libros, entre ellos, Conoce tus emociones (y sé feliz) (de VR Editoras, disponible desde octubre de 2017)- detalla cuáles son las emociones negativas que solemos sentir y por qué nos hacen mal:
1 - Miedo.
El miedo normal aparece ante un peligro real y su función es protegernos del mismo mediante una reacción de lucha o huida. Pero si se vuelve muy intenso, frecuente y duradero, nos paraliza e impide nuestro crecimiento. Podemos superarlo modificando las creencias negativas que lo generan, lo que nos permitirá afrontar las diversas situaciones que se nos presentan.
2 - Enojo.
Surge cuando nos sentimos agredidas, frustradas u ocurre algo contrario a lo que esperábamos. Puede aparecer de manera repentina, o ir creciendo a lo largo de una conversación que va subiendo de tono. En ambos casos, podemos decidir cómo expresarlo. Si comprendemos el punto de vista del otro, podremos manifestar nuestros sentimientos de manera asertiva.
3 - Ansiedad.
La ansiedad normal nos avisa que necesitamos prepararnos para afrontar una situación exigente. Sin embargo, cuando aumenta en intensidad, frecuencia y duración, interfiere con nuestras actividades habituales, ya que nos hace ver peligros donde no los hay. Cambiar el pensamiento catastrófico que siempre predice el peor desenlace para todas las situaciones es un elemento clave para poder superarla.
4 - Tristeza.
Surge ante la pérdida, o posibilidad de pérdida, de alguien o algo que es valioso para nosotros. Como es una de las emociones que menos nos gusta sentir, tendemos a evitarla, y eso nos impide trascenderla. Su función es hacernos usar nuestras energías para superar el dolor de la pérdida a través de un proceso de duelo. Liberar la tristeza nos permite aceptar la pérdida de aquello que tuvimos.
5 - Aburrimiento.
Aparece cuando lo que nos está sucediendo no nos interesa, no nos gusta o no le aporta ningún valor a nuestra vida. Interpretamos que esas actividades nos hacen perder tiempo y ya no le encontramos sentido seguir realizándolas. Su función es impulsarnos a hacer cambios en nuestro modo de vida, a ser más creativos para vivir, y a ampliar nuestro mundo personal.
6 - Culpa.
Surge cuando juzgamos que lo que hicimos está mal y dañamos a otro o a nosotros mismos. Necesitamos diferenciar si se trata de una culpa real, en la cual cometimos realmente un perjuicio a otro, o de un sentimiento de culpa, que hace que nos sintamos culpables sin haber cometido ninguna mala acción. Si se trata de una culpa real, tendremos que reparar el perjuicio cometido y pedir perdón. Si se trata de un sentimiento de culpa, tendremos que modificar nuestro diálogo interno negativo, exigente y lleno de mandatos que nos impiden disfrutar.
7 - Envidia.
Cuando sentimos envidia ante el logro de otro, lo que nos duele es que éste refleja lo que nosotros aún no hemos podido alcanzar. Su función es la de ponernos en contacto con nuestros deseos insatisfechos. Si la encauzamos sabiamente, puede hacernos tomar conciencia de lo que necesitamos modificar, para sentirnos satisfechos con nosotros mismos y con nuestra vida.
8 - Celos.
Surgen del miedo a que un tercero nos “quite” al ser que queremos. Se producen por la inseguridad sobre nuestra propia valía personal. Cuando no están basados en una situación real -sino que son generados por nuestros propios pensamientos y miedos- necesitamos valorarnos más, modificando aquellas creencias que nos llevan a desvalorizarnos a nosotros mismos.
9 - Decepción.
Surge cuando nuestras expectativas sobre algo o alguien no se cumplen. Puede suceder que una persona haga algo negativo que no esperábamos de ella, o deje de hacer algo positivo que creíamos que haría por nosotros. Esta actitud nos cambia el concepto que teníamos de ella. Cuando alguien nos decepciona, creemos que todos nos van a desilusionar. Evitar generalizar nos permite generar nuevos vínculos con los demás.
10 - Insatisfacción.
Es el descontento que surge cuando no pudimos cumplir un deseo, o cuando su cumplimiento no ha colmado nuestras expectativas. Muchas veces logramos cumplir nuestras metas y, sin embargo, seguimos teniendo una sensación de que nos falta algo. Su mensaje es que necesitamos hacer un cambio, conectándonos con aquello que sentimos que colmará nuestro interior.
Fuente: Clarin.com
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