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domingo, 11 de marzo de 2018

Claves para ser más productivo en el trabajo


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Comportamientos. Las actitudes frente a las tareas y el gusto por ellas define cómo se las hace.
      
Si hay una experiencia que define al profesional moderno es intentar y fracasar en el intento de hacer más trabajo. Me llevó seis minutos escribir esa frase porque entre el comienzo y el fin abrí cuatro solapas, incluyendo un estudio de Harvard interesante acerca de cómo nuestra incapacidad para concentrarnos nos hace sentir miserables. Pero como cuestión fundamental de principios, este economista residente jamás permitirá que su incapacidad personal le impida ofrecer consejos para hacer rendir más el trabajo.
  • Ponga su ser de largo plazo al mando. Thomas Schelling, que inventó la economía conductista antes de que se conociera como tal, alentó a sus lectores a pensarse a sí mismos como dos seres: un ser de corto plazo falto de voluntad y un ser de largo plazo y visión. Su ser de corto plazo es como una rata en un laberinto. Correrá en direcciones aleatorias o donde huela comida, sin considerar el cuadro más grande. La manera de tomar mejores decisiones en su vida, dice Schelling, es que su ser de largo plazo (cuando está brevemente al mando) encierre a su ser de corto plazo en un laberinto cuidadosamente estructurado, canalizando sus acciones primitivas, impulsivas, hacia resultados buenos. Si su ser de corto plazo tiene la opción de escribir un informe o perder el tiempo en Internet, optará por esas tentaciones. Como resultado de ello, Schelling dice que es racional que el ser de largo plazo desenchufe el router de modo que el ser de corto plazo no tenga la distracción de Internet.
  • Recuerde a Pareto. Algunos pensadores del management le dirán que el principio de Pareto es que el 20% de su trabajo siempre produce el 80% de los resultados. Están equivocados respecto de la universalidad de las cifras. Pareto hacía una observación empírica respecto de algunas situaciones. Pero el concepto general que corporiza-que si solo hace el trabajo más importante tendrá la mayor parte de los resultados y que mucho trabajo secundario no agrega demasiado- a menudo es válido.
  • Copie el duro trabajo de otros. Llegamos a un punto en la civilización en la que, no importa lo extraño o sin sentido que sea lo que trata de hacer: alguien ya lo ha hecho en algún lado. En las últimas dos décadas, la tecnología nos ha provisto los medios para descubrir cómo lo hizo. ¿Está tratando de reducir 14.000 fotografías a mano al tamaño exacto de una postal? Si googlea, alguien le indicará como automatizar esa tarea abrumadora. El 90% de los padecimientos podrían eliminarse si la gente aprendiera a buscar las soluciones de los demás a cualquier problema dado. Con disculpas a Reinhold Niebuhr, recuerde siempre esta plegaria moderna de la serenidad: "Señor, dame la humildad para googlear las cosas que no sé, el valor de molestar a mis amigos para que me digan lo que no puedo googlear y la sabiduría para distinguir entre ambas cosas".
  • Entender el verdadero costo de las distracciones. Trabajar 30 minutos, verse distraído por un colega y luego trabajar otros 40 minutos, no es de ningún modo tan bueno como trabajar 70 minutos sin interrupciones. Hay dos razones claves por las que esto es así. Primero, ciertos trabajos involucran costos fijos de inicio: lleva cierto tiempo iniciar una nueva sesión, no importa cuánto termine durando la sesión. Segundo, ciertos tipos de trabajo tienen relaciones no lineales entre el tiempo que llevan y la productividad.
  • Use el trabajo para evitar trabajar. John Perry, un filósofo de Stanford, escribió una de las pocas cosas buenas escritas sobre la dilación, al decir que "el que dilata las cosas puede sentirse motivado a hacer tareas difíciles, oportunas e importantes, mientras estas tareas sean un modo de no hacer algo más importante". La tarea dilatoria, dice Perry, tiene que tener plazos claros pero espurios.
  • Encuentre un trabajo que realmente quiera hacer. Quizás el motivo por el que algo nos resulta difícil es que a la mayoría de las cosas que hacemos las vemos como no necesarias. "Elija un trabajo que le encante y nunca tendrá que trabajar en su vida", dijo Mark Twain o Confucio, o probablemente ninguno de los dos (lo googlearía, pero mi ser de largo plazo desenchufó el router). 
Uri Bram, TheEconomist 
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